El Santo en Tenerife

 

 

 

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 Traducción por Emilio Abad Ripoll de la novela Thieve's Picnic (1937), de Leslie Charteris.  

 

Prólogo a la versión española de John A. Gaze.

Introducción a la versión española de José Luis García Pérez

Lea aquí las palabras pronunciadas por Emilio Abad en el acto de presentación del libro 

Lea aquí las palabras pronunciadas por Francisco Pomares en el acto de presentación del libro

 

Ediciones Idea,  Santa Cruz de Tenerife 2001. En la colección Con T de Tenerife.  Número de páginas: 319

Se puede adquirir, además de en las librerías más conocidas de Tenerife, en Ediciones Idea:
    Calle San Clemente 24 (Edificio El Pilar), 6ª planta. 38002 Santa Cruz de Tenerife
    Calle León y Castillo, 39, 4º b.  35003 Las Palmas de Gran Canaria
    

          En 1937,  Thieve’s Picnic fue publicado en EE.UU. en la revista American Magazine y, en forma de libro, por The Crime Club, mientras que con idéntico titulo y también como libro la presentaba en Inglaterra Hodder and Stanton. De nuevo en EE.UU. Triangle Books la reeditaba en 1942, cambiando el título por el de The Saint Bids Diamonds, lo que también haría Hodder and Stanton en las islas británicas en 1950, para llegar a una nueva reedición, ahora de Charter y en los EE.UU, en 1980, con un tercer título: The Saint at the Thieve’s Picnic.

         Difícilmente podía imaginar Simon Templar, el hombre que en el mundo del hampa y en las más altas instancias policíacas mundiales era especialmente conocido con el sobrenombre de “El Santo” (así también lo conocieron millones de televidentes en las décadas de los 60 y 70 del siglo XX), que cuando aquella noche de diciembre de 1935 desembarcaba en el puerto de Santa Cruz de Tenerife estaba dando comienzo una de las aventuras más peligrosas de su arriesgada vida.

        En aquella recoleta y animada ciudad iba a enfrentarse a la peligrosa banda de atracadores internacionales que venía persiguiendo hacía tiempo, pero también se involucraría en la búsqueda de un billete de lotería que podía devolver vida y libertad a un hombre castigado por las circunstancias y a su bella hija. 

       Y todo empezó en la carretera que desde Santa Cruz llevaba a La Laguna, cuando Simón Templar detuvo su coche para mediar en una pelea...