Anécdotas canarias reales. Entretenimiento para un confinamiento

 
Por Carlos Hernández Bento  (Publicado en Ágora, suplemento cultural del mejicano Diario de Colima, el 19 de abril de 2020).
 
 
ANÉCDOTA GOMERA
 
          Un turista camino del monte preguntó lleno de confianza a un paisano:
          - Oiga, amigo, ¿sabe si está lloviendo pa' arriba?
          - Pues mire... (contestó el gomero) ni yo soy su amigo, ni he visto llover pa' arriba.
 
NOTA: Proverbial es tanto la desconfianza del campesino del lugar, como sus rápidas respuestas. No hay peor desencuentro que el de un confianzudo y un desconfiado.
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SINCERIDADES QUE MATAN
 
          En un juicio por una pelea en un bar preguntaron al acusado: "¿Es cierto que a las 8:30 de la noche usted entró en el local e increpó a este señor, tratándolo de animal?". El acusado respondió: "Sí, es cierto... pero eso es completamente normal, señor juez... ¡Allí otro animal no había!".
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TODO POR LA PATRIA
 
          - Mi sargento ese rótulo está mal. No es "Todo por la Patria". Debería ser "Todos por la Patria". Es decir: Todos los españoles juntos por la Patria.
 
          La anécdota es real y el soldado guasón, después de hacer dudar a su superior, dio con su cuerpo en el calabozo.
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CRUCE DE TELEGRAMAS TENERIFE - GOMERA
 
          - Suspendidas todas. Prepara a papá.
          - Papá preparado. Prepárate tú.
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ANÉCDOTA DE UN GOMERO, COSAS DE CANARIOS
 
          A un gomero que iban a operar, le preguntó su médico con cierta sorna: "¿Es verdad la famosa frase que dice que el gomero más tonto es abogado?". Y éste le espetó: "No, no, señor, qué va... médico como usted".
 
          MORALEJA: Antes de una operación, piensa bien donde pinchas con el bisturí.
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ANÉCDOTA POLÍTICAMENTE INCORRECTA, PERO VERÍDICA
 
          Un famoso poeta homosexual escribió en la tapia de su casa: "Lo primero el corazón". Luego, alguien que no tenía otra cosa que hacer, le ayudó a completar su delicada inspiración apuntando por debajo: "...y lo segundo el trasero. Y si el dueño es maricón, lo segundo es lo primero".
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DESCUIDO IMPERDONABLE
 
          Ante la oleada de embarazos no deseados en San Sebastián de La Gomera, cierto amigo mío comentó la posibilidad de que en la farmacia estuvieran grapando la receta en las cajas de preservativos.
 
          MORALEJA: Antes de arrancar el motor, comprueba el estado de las gomas.
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SUCEDIÓ EN LA GOMERA
 
          - Oiga y usted siendo tan feo, ¿cómo es que tiene unos hijos tan guapos?
          - Señora... porque yo los niños no los hice con la cara, sino con otra cosa.
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APRENDER IDIOMAS TIENE SUS DIFICULTADES
 
          Cierta vez apareció por San Sebastián de La Gomera un alemán que se interesó por un tal don Domingo Cerrado, propietario de los negocios y locales de medio pueblo.
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¿CUÁNTO ES X+X?
 
          Ante el atoramiento matemático de un alumno, el profesor acabó por gritarle desesperado: "Pero, muchacho... ¡Cuánto es un tonto más un tonto?" Fue entonces cuando el acorralado pupilo vio algo de luz entre lo oscuro y acabó musitando: "Con usted... tres".
 
          MORALEJA: La letra no sé, pero el número, por lo visto, sí que entra con algo de sangre.
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¡EXAGERACIONES!
 
          Mi padre siempre contaba el caso de un sacerdote de La Gomera (no necesariamente gomero), que entró en tal grado de confianza con los parroquianos, que daba la bendición diciendo: "¡Qué la Gracia de Dios se esparrame sobre vosotros como las cagarrutas de cabra sobre una laja, amén!". Conveníamos en que esto era una exageración pero... ¡qué exageración tan gráfica y simpática, papá!
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MOTES TAN REALES COMO RAZONABLES
 
          Pasaba todos los días por las cafeterías de La Laguna paseando sus cuatro chihuahuas con correa. Acabaron llamándole: “Ben-Hur”.
 
          En tiempos del general Franco a un profesor lo destinaron a dar clase en la isla de La Palma. Quería caer en gracia a la buena sociedad. Así que pasaba su tiempo libre en la terraza de un café levantándose y saludando cordialmente a todo transeúnte. Levanta, saluda, sienta y levanta. Al final le pusieron: “Educación y Descanso”.
 
          Pasaba todas las mañanas por las cafeterías de Santa Cruz de La Palma con un libro o un periódico bajo el brazo. Hablaba mucho, leía poco. Acabaron por decirle: “sobaco ilustrado”.
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DE TOUR POR FRANCIA
 
          Dos señoras de las Islas Canarias al llegar a París con un viaje de su parroquia, quedaron impactadas por la belleza de sus monumentos. Una le dijo a la otra: "Desde luego... ¡hay que reconocer que esta isla es más bonita que la nuestra!". A lo que la otra contestó: "Bueno, mujer... ¡cada isla tiene su encanto!".
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¡NO ME GUSTAN LAS MODERNIDADES! 
 
          Un maestro barbero de La Gomera, sin mediar permiso ni palabra alguna, afeitó de un tajo una de las modernas patillas de su cliente, quién sobresaltado le reprendió: "Pero, ¡qué hace, cristiano?". La pronta respuesta de maese fue: "¡Separarte la cara de la cabeza!". Y es que al hombre no le iban las modernidades. ¡Qué le vamos a hacer!
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CARNAVALES
 
          "Usted déjelos que celebren el Carnaval, que ya nosotros nos ocupamos de confesarlos". (Franco Cascón, obispo de Tenerife).
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LA PELA ES LA PELA (Y EL CARIÑO, OTRA COSA)
 
          Cierta vez le comentaron a D. Domingo Pérez Cáceres, obispo de Tenerife: "Ay, don Domingo, se trata de unos hermanos que se llevan estupendamente". A lo que D. Domingo contestó: "Muy bonito todo, pero... ¿ya partieron?"
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¡QUÉ PILLADA! 
 
          Una oficina del obispado de Tenerife. Un joven auxiliar que al final era yo. Un enjambre de curas que se llevan al café a los curas de mi oficina. Uno de ellos que se gira y me dice: "Carlos, te dejamos solito". Yo que respondo levantando el dedo (índice): "Solo no... ¡con Dios!" El resto fue un escándalo de risas, que es imposible que no se sintiera en el obispado de la isla vecina. Amén.
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UNA DE MI ABUELO, YA MAYOR
 
          - Don Fernando lleva usted la bragueta del pantalón abierta.
          - Uy, déjala... ¡Ella es noblita!
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TERROR DE LOS ARCHIVEROS
 
          En el Sáhara español de la época de Franco había una oficina cuya ventana asomaba a un corral de cabras y chivos. Se cuenta que el funcionario de turno, muy simpático él, cuando se cerraba un expediente, lo lanzaba por la ventana directo al corral a la voz de ¡Enchívese! y... ¡se quedaba tan fresco, el tipo!
 
          NOTA: Si lo agarra un archivero de hoy, sale volando detrás de los papeles.
 
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