Quinto Centenario de la Primera Vuelta al Mundo. Santa Cruz de Tenerife, Ciudad Magallánica.

 
Por José Manuel Ledesma Alonso  (Publicado en El Día el 29 de septiembre de 2019).
 
03 - Placa en el Muelle Sur-2 Custom
 
Placa descubierta el pasado  26 de septiembre en el Puerto de Santa Cruz
 
         
          Santa Cruz de Tenerife y Granadilla de Abona forman parte de la Red Mundial de Ciudades Magallánicas, constituida en Sevilla el 1 de febrero de 2013 con el fin de dar a conocer a los ciudadanos la Primera Vuelta al Mundo, iniciada por Fernando de Magallanes en 1519 y finalizada por Juan Sebastián Elcano en 1522.
 
          La expedición permaneció fondeada en la bahía de Santa Cruz del 26 al 29 de septiembre, pues la Corona le había designado como Puerto Real de la Isla de Tenerife en 1506, lo que implicaba la arribada forzosa de las flotas que iban a la colonización de América con el fin de avituallarse y como contrapartida sustentar la economía de la Isla.
 
          La Villa y Puerto de Santa Cruz había sido fundada por los castellanos 25 años antes (1494), contaba con una población de 200 habitantes, la mayoría pescadores, artesanos y pequeños comerciantes, cuyo alcalde era Marcos Pérez. Poseía un muelle de mampostería y madera, situado al N. de la playa de la Carnicería, en la caleta de Fernando Castro -no debe confundirse con la caleta de Blas Díaz- por donde se llevaba a cabo el tráfico de personas y mercancías.
 
El viaje
 
          Fernando de Magallanes, experto marino portugués, le propuso a su Rey, Manuel I,  llegar a las Indias Orientales atravesando el Océano Atlántico, hasta encontrar las islas de la Especiería -Las Molucas en las Filipinas- (actual Indonesia), pues hasta entonces las Especias eran transportadas en grandes caravanas de camellos a través del continente asiático.
 
          Ante su negativa, le presentó el proyecto al rey Carlos I de España, quién el 22 de marzo de 1518 firmó en Valladolid las capitulaciones y aportaba el 75% del presupuesto, mientras que un grupo de comerciantes contribuía con el otro 25%.
 
          Las Especias tenían gran demanda en Europa pues, además de ser una importante fuente de ingresos, mejoraban la calidad de vida de la sociedad al utilizarse para condimentar y conservar los alimentos: canela, clavo, pimienta, nuez moscada y jengibre; en la elaboración de perfumes: almizcle y ámbar; en la medicina: alcanfor, quina y opio; en las iglesias: incienso, etc.
 
          Tras dos años de preparativos, el 10 de agosto de 1519, zarparon del puerto de Sevilla cinco navíos de la Corona, con 239 tripulantes: Trinidad, capitaneada por Magallanes; San Antonio, al mando de Juan de Cartagena; Concepción, comandada por Gaspar de Quesada y como maestre Juan Sebastián Elcano; Victoria, dirigida por Luís de Mendoza; y la carabela Santiago, por Juan Serrano.
 
         Después de permanecer 39 días en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), reparando las naves que se encontraban en mal estado, el 20 de septiembre de 1519 tomaron rumbo a Tenerife, navegando en demanda de la punta de Anaga y, después de recorrer 700 millas náuticas, el 26 de Septiembre llegaron a Santa Cruz, único puerto donde podían aprovisionarse las expediciones de la Corona para las Indias, las Islas Canarias, y el África Atlántica, consignadas por la Casa de Contratación de Sevilla.
 
          Para adquirir y preparar el avituallamiento necesario para esta expedición, sobre todo el agua tinerfeña por su extraordinaria calidad, previamente había llegado a la Isla un emisario del financiero burgalés Cristóbal de Haro, en la carabela de Juan Quintero.
 
          En la Relación del primer viaje alrededor del Mundo, del cronista de la expedición Antonio Pigafetta, uno de los 31 que sobrevivió al viaje, dice:.…“El martes 20 de septiembre de 1519 partimos de San Lucar enfilando al sudoeste y el día 26 llegamos a una de isla Canaria llamada Tenerife, situada a los 28º latitud, para surtirnos de carne, agua y madera. Anclamos allí tres días y medio, como lugar donde se aprovisionan las escuadras de dichas cosas. Después nos acercamos a otro puerto de la misma isla que denominan Monte Rosso, donde pasamos dos días pescando y tomamos bastimentos de carne salada, agua, leña, quesos y otros refrescos necesarios para la travesía”.  
 
          En la Narración corta y restringida de Vasco Gómez Gallego,  compañero de Duarte Barbosa en la nao Trinidad, encontrada por el investigador tinerfeño Carlos Palles. “… En el nombre de Dios y a buen salvamento, el 10 de agosto del año 1519 partimos de Sevilla con  cinco naves para ir a descubrir las Islas Molucas. Desde Sanlúcar navegamos al Sudoeste 960 millas, hasta llegar  a las Islas Canarias, donde encontramos la isla de Tenerife, en la cual está el puerto de Santa Cruz, en 28º de latitud Norte. Después de permanecer tres días en Santa Cruz navegamos hasta el tenedero de montaña Roja, en Granadilla, donde permanecimos fondeados dos días más para completar la carga de pez de los hornos allí existentes”.
 
          En Granadilla, Andrés Blanco, Blas Afonso, Hernán López, y Pedro de Indarchi, –Pedro de Tenerife-, maestros pegueros de los hornos de brea que el Duque de Medina Sidonia poseía en la Data de tierras que le fueron entregadas por Alonso Fernández de Lugo en compensación a la ayuda recibida durante la Conquista de la Isla de Tenerife, llevaron un barquichuelo cargado de pez desde el puerto de Abona a montaña Roja y, como allí no habían habitantes, ayudaron a tumbar la nao en la playa para calafatearla, por lo que creemos que fueron obligados a subir a bordo; Pedro en la nao capitana y los otros tres en la carabela Santiago. Para que cupiesen tuvo que bajar a tierra el sobresaliente Lázaro de Torres.
 
          La medianoche del  lunes 2 de octubre de 1519, cuando los alisios comenzaron a soplar, los cinco barcos tomaron rumbo sudoeste y luego sur, para acercarse a la costa africana y aprovechar el viento alisio que les conduciría rumbo a América.
 
          Después de haber explorado durante meses las costas de Sudamérica, donde el 3 de mayo de 1520 la carabela Santiago naufragó en el estuario del río Santa Cruz, en la Patagonia argentina, y la nao San Antonio retornó a Sevilla, el 6 de mayo de 1521, al haberse sublevado su tripulación, el 21 de noviembre de 1520 lograrían encontrar el paso que comunicaba el Océano Atlántico con el Pacífico, al que bautizaron como de Todos los Santos -Estrecho de Magallanes-.
 
          A las islas Filipinas llegaron el 27 de abril de 1521, después de haber quemado la nao Concepción frente a la isla de Bohol, por falta de tripulación para continuar navegando. Aquí moriría Magallanes, en la batalla de Mactán.
 
          Por tanto, a las islas Molucas, objetivo del viaje, sólo llegaron la nao Victoria, al mando de Juan Sebastián de Elcano y la Trinidad a cargo de Gonzalo Gómez de Espinosa, el 7 de noviembre de 1521.
 
          El tornaviaje hacia España lo comenzaron el 21 de diciembre, con las bodegas repletas de especias. La Trinidad, con 17 supervivientes, regresó por el Pacífico Norte, pero un tifón la desarboló y diezmó su tripulación; sin embargo, la nao Victoria navegó hacia el Oeste y, aprovechando  la corriente ecuatorial del Índico Sur, doblaría el  cabo de Buena Esperanza, en el sur de África, y beneficiándose de los alisios de ambos hemisferios, navegaría por el Atlántico hasta llegar a la isla de Santiago, en Cabo Verde, el 9 de Julio de 1522,  donde tuvo que fondear debido a las enfermedades que padecía la tripulación y la falta de alimentos. 
 
          Para ello, Elcano tuvo que fingir que formaba parte de una flota española que regresaba de América y había sufrido una tempestad que les había roto el mastelero y la verga del trinquete; argucia utilizada porque según el Tratado de Tordesillas (1494) acuerdo firmado por los reyes de Castilla y de Aragón, Isabel y Fernando, y el rey Juan II de Portugal, el dominio ultramarino se lo repartieron en virtud de una línea imaginaria de demarcación que, de norte a sur, discurría a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde.
 
          Obtenido el permiso del Gobernador, 12 marineros bajaron a tierra con el fin de transbordar agua y provisiones, operación que repetirían varias veces hasta que fueron descubiertos al intentar comprar esclavos con especias, siendo retenidos en la isla, motivo por el que la Nao tuvo que zarpar con premura, dejándolos en tierra.
 
          El sábado 6 de septiembre de 1522, la Victoria entraba en la bahía de Sanlúcar, con 18 supervivientes, extenuados y sin fuerzas, pero con 750 quintales de especias en la bodega, lo que haría el viaje muy rentable al cubrir con creces los gastos de la expedición. 
 
          Cuando Juan Sebastián de Elcano fue llamado por el Emperador a Valladolid, le llevó muestras de las distintas especias, para que las conociera y disfrutara. Después de pedirle que le diera la cuarta y la veintena parte de los efectos que traían consigo, le suplicó que hablara con el Rey de Portugal para lograr la libertad de los 12 hombres que habían quedado presos en Cabo Verde, los cuales llegarían a Sevilla semanas más tarde, lo que hacía un total de 35 supervivientes. Entre ellos estaba Maestre Pedro de Tenerife. 
 
          Carlos I, obsequió a Juan Sebastián Elcano con un escudo en forma de globo terráqueo, con la leyenda “Primus Circumdedisti Me” - Fuiste el Primero en Circunnavegarme.
 
Consecuencias
 
          La primera circunnavegación de la Tierra cambiaría para siempre su concepción, pues todos los mapas quedaron obsoletos ante la gran cantidad de nuevos datos y accidentes geográficos que habían descubierto, a la vez que demostraba su esfericidad, además de su redondez. También tendría una repercusión inmediata en el comercio, comunicaciones, botánica, zoológica, etc.
 
Reconocimientos a Magallanes y Elcano en Santa Cruz de Tenerife.
 
01 - Hito en el Puerto de Santa Cruz Custom
 
02 - Hito en el Puerto de Santa Cruz 2 Custom
 
          En el Paseo de Visitantes Ilustres que se encuentra en el puerto santacrucero, inaugurado en 2016, se levantan hitos en honor de Magallanes y Elcano, iniciativa llevada a cabo por la Tertulia Amigos del 25 de Julio, con la colaboración de la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.
 
          Y, desde el pasado jueves, 26 de septiembre, la estancia de la expedición en Santa Cruz se recuerda con una placa colocada al inicio del muelle Sur, justo en el lugar donde fondearon las cinco naos.   
 
 
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -