525 años de la Fundación de Santa Cruz
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en El Día el 5 de mayo de 2019)
Cada 3 de mayo, la cristiandad celebra la Invención de la Cruz; es decir, el descubrimiento, en el año 326, de la verdadera Cruz utilizada en el martirio de Cristo.
El hallazgo se le debe a Santa Elena, la madre del emperador Constantino, cuando viajó desde Bizancio a los Santos Lugares en busca del sagrado madero y encontró las tres cruces del Calvario dentro de un pozo al que habían cegado con tierra. Para descubrir cuál era la Vera Cruz, colocaron a una cristiana moribunda sobre cada una, recuperando la salud al tumbarse sobre la tercera.
En esta capital, la fecha coincide con la celebración de la Santa Misa celebrada ante el madero cruciforme de pino gallego de 2.05 por 1.30 metro, y 0.10 m de espesor, que Alonso Fernández de Lugo hincó en la pedregosa playa de Añazo en 1494 para conmemorar la fundación del primer enclave castellano en Tenerife; en su alusión, aquella ribera se intituló Puerto de Santa Cruz.
Lugar donde se fundó la Ciudad
Por lo tanto, desde los primeros momentos de la existencia de esta Villa, cada 3 de mayo se celebraba la festividad de la Invención de la Santa Cruz, pues existe constancia documental que el 23 de abril de 1513, cuando el Cabildo nombra guardas para el puerto de Santa Cruz le comunica “que deben incorporarse el día 3 de mayo, donde se celebra la fiesta del pueblo”.
La Cruz permanecería durante muchos años en el mismo lugar, donde, olvidada por unos y abandonada a su suerte por otros, soportó lluvias, sol y maresía.
Así la encontramos dibujada en un plano de 1701, al naciente de la plaza de la Iglesia, o plaza de la Villa. En la actualidad, este lugar se encuentra en la confluencia de la avenida Marítima con la calle Bravo Murillo, entre el edificio Mapfre y el solar de Unelco, muy cerca de la parada del tranvía denominada Fundación.
Lugar donde estaba la Cruz en 1701
En 1735, cuando la parroquia de la Concepción construyó una casa para la venta de carne, en lo que luego se denominaría playa de la Carnicería, la Cruz Fundacional quedaría en un ambiente poco propicio para su conservación.
Por ello, en 1745, el alcalde Juan de Arauz y Lordelo, al observar el estado de deterioro y abandono en que se hallaba, le mandó construir una capilla en la plazuela de la Cruz para que quedara resguardada, denominándose capilla del Santo Sudario. A partir de esta fecha, cada 3 de mayo comenzó a salir en procesión.
En 1794, al derribarse la citada capilla, los frailes franciscanos la pusieron junto a la puerta de la ermita de San Telmo, donde quedó olvidada por aquellos que no conocían su historia y la indiferencia de los que, aún conociéndola, no eran conscientes de su valor testimonial.
En 1850, el dominico Lorenzo Siverio, valorando lo que aquel antiguo símbolo representaba para la población tomó la decisión de trasladarla a la capilla del Hospital de los Desamparados, donde era capellán, exclamando: “Nadie presta hoy atención a esta vieja reliquia, pero llegará el día en que todos se la disputarán”.
Sería en 1871, cuando el alcalde Emilio Serra y Ruz se interesó oficialmente por la Cruz, promoviendo que fuera reconocida su titularidad municipal, se cumplió lo que el fraile dominico había vaticinado: “llegará el día en que todos se la disputarán”; pues, la Parroquia no veía con buenos ojos las pretensiones del Ayuntamiento; las autoridades de Marina alegaron que les pertenecía, pues San Telmo era la ermita de los mareantes; y el Ayuntamiento de La Laguna alegaba que debía conservarse junto al Pendón de la Conquista, al ser una pieza fundamental en la historia de la Isla.
Por fin, el 19 de abril de 1873, la Comisión Provincial informó que la Cruz de la Conquista pertenecía de hecho y de derecho al municipio de Santa Cruz, autorizando a recoger todos los ornamentos que le pertenecían para su custodia. También acordó que la Cruz permaneciera en San Telmo y que en su festividad de mayo saliera en procesión por las calles del barrio del Cabo hasta la parroquia de La Concepción.
En 1892, para conmemorar los cuatro siglos de existencia de la Cruz Fundacional, y con el fin de preservarla en las mejores condiciones posibles, el Ayuntamiento encargó un relicario de madera, níquel y cristal, en cuya parte superior figura el escudo de armas de Santa Cruz de Tenerife y una inscripción que dice: “Aquí se encierra la Cruz colocada por el conquistador de Tenerife Don Alonso Fernández de Lugo en el altar ante el cual se celebró por primera vez el Santo Sacrificio de la Misa en la playa de Añazo, día 3 de mayo de 1494. Fue costeada por el Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz en 1892. In hoc signo vinces”.
De esta forma se le otorgaba a la Cruz Fundacional y a la conmemoración anual de su festividad un carácter institucional del que antes había carecido y muchos habitantes de la Villa y Puerto de Santa Cruz de Añazo comenzaron a conocer lo que aquella vieja reliquia representaba y sentir interés por el testigo fundacional de su historia.
En 1896 la Cruz sería trasladada de manera definitiva a la iglesia matriz de Nuestra Señora de la Concepción, donde permanece y recibe culto. Desde aquí, cada 3 de mayo, sale en procesión por las calles de la ciudad, acompañada de autoridades religiosas, civiles y militares, así como multitud de fieles.
Estado de la Cruz fundacional (Fotografía de Carlos Pallés)
Desde el 28 de agosto de 1803, la Cruz Fundacional forma parte del Escudo Heráldico de Santa Cruz de Tenerife, otorgado por el rey Carlos IV, donde aparece superpuesta a la Cruz de Santiago, debido a que ambas simbolizan dos hitos importantes en la historia de la ciudad: la Fundación, el 3 de mayo de 1494, y la derrota de la escuadra inglesa, al mando del contralmirante Horacio Nelson, el 25 de julio de 1797, festividad de Santiago Apóstol.
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