Mi tardío adiós al periodista tinerfeño Francisco Ayala de Armas (1923-2015)

 
Por Antonio Salgado Pérez   (Inédito. Publicado en esta web el 17 de enero de 2019).
 
Paco Ayala Custom 
 
Francisco Ayala de Armas
 
 
           Le conocimos en los albores de la década de los 60 del pasado siglo, en la Redacción de aquel singular edificio que atesoraba El Día, en la calle del Norte (léase Valentín Sanz). Allí, y junto a una trilogía de excepción formada por Andrés Llombet, Paco Pimentel y Álvaro Castañeda, Francisco Ayala Armas que, a sus 91 años,  se nos fue para siempre en el mes de febrero del 2015, corregía las pruebas que salían de aquellas estridentes linotipias, de las que también se aprovechaba el inolvidable semanario deportivo Aire Libre, de Julio Fernández. Rufo Gamazo lideraba aquel periódico cuyos redactores saciaban su escaso ocio en el célebre y cercano café “El Águila”, extraordinario vivero de cultura, noticias, vivencias y anécdotas de todo tipo.
 
          Siempre leí a Paco, así le llamaba, por aquella notable y peculiar  amenidad con la que enriquecía sus innumerables artículos de muy diversas materias. Una información que jamás abandonó, y de la que mostraba su predilección, fue “El Puerto es lo primero”, en la que había sido pionero su compañero, Luis Ramos.
 
          Una faceta poco conocida de Paco Ayala fue su vocación por el Super 8. Filmó varias películas- primordialmente de ambiente circense- con aquel recordado y extinguido formato, y luego, en el Círculo de Bellas Artes, las exponía junto a otros trabajos de los hermanos Ríos, de los Ormazábal, Roberto Rodríguez, Siliuto, Casanova, Tauroni,  Luciano García, Aurelio Carnero y un largo etcétera, que obraban el milagro de gestar una numerosísima concurrencia en el mencionado salón cultural de la calle del Castillo que, incluso, estuvo a punto de implantar taquilla, idea que no prosperó porque prevaleció la filantropía a la crematística.
 
          ¿Quién amaba más a los animales que Paco Ayala? Aún recordamos el cariño que le profesó a sus mascotas. Hace ya muchos años, y tras nuestra vinculación profesional en Unelco, descubrimos que en la añorada y desaparecida Fábrica de Gas, ubicada en Los Llanos, la Unión Eléctrica de Canarias, otra ausencia, tenía en su “nómina” a un perro que ejercía de guardián en la aludida instalación industrial. Cuando se lo confesamos a Paco, éste, inmediatamente, no sólo envió un redactor gráfico a la  fábrica sino que le dedicó a Moro, así se llamaba el can, un texto para el recuerdo donde, también, escudriñó que tan singular personaje había sido producto de un devaneo entre un pastor alemán y una perra majorera…Tras felicitar a Unelco por tan delicado gesto, Paco, con frecuencia, siguió los pasos de Moro, no sólo a través de El Día sino por las ondas de Radio Juventud de Canarias, donde cumplió un fructífero ciclo.
 
          Paco Ayala, que era químico, pero que se obnubiló con los hechos noticiosos y con los recovecos de asuntos generales o domésticos, frecuentemente nos recordaba que había pertenecido a un periódico- donde ejerció como director adjunto- que bajo la tutela de Ernesto Salcedo había tenido su Edad de Oro con protagonistas de la categoría profesional de  Luis Álvarez Cruz, Juan Pérez Delgado “Nijota”, Alberto Santana “Altober”, Luis Ortega, Juan Antonio Padrón Albornoz, etc; y con firmas de la vitola de Domingo Pérez Minik, Arozena y Hernández Rubio, por nombrar un trío.
 
          Tras su jubilación, y en su última actividad periodística, Paco siguió ejerciendo, como simple colaborador, la tarea que siempre había abrazado con persuasión y apego, entonces bajo la égida de José Rodríguez Ramírez, al que respetó y admiró por su excepcional fibra emprendedora y empresarial.
 
          Se nos fue para siempre un presidente de Honor de la Asociación de la Prensa; un periodista veterano, de increíble memoria y de extraordinaria laboriosidad que, en su época, nos narraba, con detalles de galeno, todo lo acaecido en aquella Casa de Socorro, próxima a la plaza del Príncipe, receptora, a cada instante, de vehículos de vesánicas e insistentes bocinas y de airosos pañuelos blancos. Ya no está entre nosotros aquel periodista que entrevistó a Winston Churchill y, en múltiples ocasiones, a Manuel Fraga Iribarne. Se nos fue Francisco Ayala Armas, el primer periodista que visitó La Gomera, su isla natal, en helicóptero. Algún día le preguntaremos el motivo de aquel vuelo.
 
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