130 aniversario de la fundación de la Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife

 
Por José Manuel Ledesma Alonso  (Publicado en La Opinión el 28 de octubre de 2018).
 
 
 
          Antes de que en Santa Cruz de Tenerife se abriese la Biblioteca Municipal, desde 1840 ya existía una librería, regentada por el alcalde Bartolomé Cifra, así como un gabinete particular de lectura, abierto en la librería-imprenta Isleña en 1846. También, las personas cultas solían recibir libros prohibidos desde Francia, a pesar de los índices expurgatorios, las visitas del Santo Oficio, y las órdenes gubernamentales. 
 
          Sería el 30 de diciembre de 1872, cuando el Gabinete Instructivo le propone a la Sociedad Económica de Amigos del País formar una Biblioteca Pública con los 4.000 volúmenes que tenían ambas Sociedades. La instalan en el Establecimiento de 2ª Enseñanza, en la plaza de Ireneo González, y ponen de bibliotecario a Juan de la Puerta Canseco e Ildefonso Maffiotte; pero, diez años más tarde, en mayo de 1882, al Ayuntamiento les cedió un local en el exconvento de San Pedro de Alcántara, que había sido “depósito de cadáveres”, y pasa a ser bibliotecario Ireneo González Hernández, considerado el mejor gramático canario del s.XIX. La Biblioteca pasaría a denominarse Municipal al año siguiente (1883), cuando el Ayuntamiento comienza a subvencionarla con 1.000 pesetas anuales. En el citado año, Elías Zerolo Hernández, aprovechando su estancia en Madrid, trajo una colección de libros donados por la Dirección General de Instrucción Pública. 
 
          A finales de 1887, Francisco de León y Morales ofrecería 1.580 volúmenes de la biblioteca heredada de su padre, a cambio de la plaza de bibliotecario, con un salario de 1.500 pesetas anuales. Entre estos documentos se encontraban los Apuntes para la continuación de las Noticias Históricas de las Islas Canarias, desde 1776 hasta 1836, de Viera y Clavijo; y los protocolos del mayorazgo fundado por Francisco Benítez de Lugo (1503-1651), regidor perpetuo de Tenerife, aunque estos los había heredado su madre, Juliana Morales y Benítez de Lugo Grimaldi; por cierto, en el citado protocolo se encuentra el documento más antiguo que se conserva en esta Biblioteca, la data de tierras concedidas por Beatriz de Bobadilla, firmadas de su puño y letra en 1493.
 
          La Biblioteca Pública Municipal de Santa Cruz de Tenerife quedaría instalada en los nuevos salones del exconvento franciscano de San Pedro de Alcántara, el día 2 de abril de 1888. En esos momentos contaba con 6.325 volúmenes, de los que 300 eran de gran valor, al formar parte del Fondo Canario Antiguo Impreso. Todos los libros estaban guardados en vitrinas de madera, protegidos con cristales, y registrados en fichas manuales, alfabéticamente colocadas en cajas de madera.
 
01 - Biblioteca Pública Municipal Custom
 
          La Biblioteca pronto alcanzaría un rápido crecimiento, gracias a las obras donadas por el Ministerio de Fomento, la documentación encontrada en el castillo de San Cristóbal, los Fondos de la Casa-Fuerte de Adeje, el posincunable del fondo de raros con los sermones de San Agustín, impreso en Venecia en 1505, único ejemplar en el Mundo, la edición original de la Historia Natural de las Islas Canarias de Sabino Berthelot, ilustrada por los principales grabadores de su época.
 
          Al igual que los fondos personales de Imeldo Serís, Patricio Estévanez, Ireneo González, y Anselmo J. Benítez; la biblioteca personal y los manuscritos originales de las obras de Pedro García Cabrera, Rafael Arozarena, Francisco Aguilar y de los hermanos Iriarte; así como los 400 tomos que regaló Eduardo Domínguez Alfonso, primer Presidente del Cabildo Insular de Tenerife (1913).
 
          De la misma manera, la Biblioteca se iría ampliando con las compras de libros que habían pertenecido a distintas personalidades de la ciudad; como la biblioteca particular del sacerdote Ireneo González, valorada en 4.508,63 pesetas;  la del poeta y funcionario de Hacienda, Matías La-Roche y Siera, por 500 pesetas; 3.000 tomos de la biblioteca de Patricio Estévanez, al que se nombró cronista honorario de la Ciudad, en 1916; y las obras de Villalba Hervás, poniendo en agradecimiento su nombre a la antigua calle del Tigre. 
 
          Cuando el Estado cedió al Municipio el antiguo convento franciscano de San Pedro de Alcántara, el 31 de enero de 1900, el edificio se encontraba en estado ruinoso, pues durante el siglo XIX había sido utilizado como cárcel, depósito de cadáveres, Audiencia, Juzgados, viviendas para el Presidente, Fiscal y Juez de 1ª Instancia, y hasta acuartelamiento del Batallón de Canarias; por ello, se optó por demolerlo y en el solar resultante construir un nuevo edificio que diera cabida a lo que sería la tercera sede de las Casas Consistoriales, Museo, Biblioteca y Escuelas.
 
          En ese año se estableció el Patronato de Museos y Bibliotecas, formado por Anselmo J. Benítez, Pedro Tarquis Soria y Antonio Pintor Ocete, al que el Ayuntamiento dota de 2.000 pesetas anuales de subvención.
 
          En 1925, contando con un crédito concedido por el Cabildo Insular, el alcalde Santiago García Sanabria convocó un concurso de anteproyectos, al que sólo concurrió el arquitecto Eladio Laredo Carranza, quién concebía un edificio multiusos en el que debía tener cabida, además de la Biblioteca Municipal, el Museo de Bellas Artes, la Audiencia, los Juzgados, Parque de Bomberos, Casa de Socorro y viviendas. 
 
          Las obras finalizaron en 1933 y, a pesar de los esfuerzos realizados, el resultado final no respondió a las expectativas, pues el tiempo ha demostrado que no pudo satisfacer totalmente a ninguno de los usos a los que se le pretendió dedicar.
 
          En el edificio, de estilo clasicista, quedaría incorporada la torre del antiguo convento, único elemento que se respetó, junto con las iglesias de San Francisco y la Orden Tercera. Presidiendo la imagen exterior del inmueble aparecen los diez bustos de intelectuales y pensadores, figuras relevantes de la historia y la cultura de Tenerife. La mayoría están deteriorados por el efecto corrosivo de los excrementos de palomas. 
 
          La modernización y primera ampliación de la Biblioteca tuvo lugar en 1957, al dejar libre sus espacios la Banda Municipal de Música y los Bomberos; de la misma manera, al trasladarse en 1998 los Juzgados a la avenida Tres de Mayo, se organizaron los denominados “Espacios Culturales” que armonizaban los servicios de la Biblioteca con la Exposición de Fondos artísticos.
 
          La Sede actual de la Biblioteca Municipal Central, inaugurada en 2008, es un servicio del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, gestionada por el Organismo Autónomo de Cultura, llevada por un equipo Humano, formado por el Director, en funciones, cinco Ayudantes de Biblioteca, una Coordinadora de la Sala Infantil y Juvenil, dieciséis Auxiliares de Biblioteca y una Administrativa.
 
02 - Bibliteca Municipal Central Custom
 
Biblioteca Central Municipal
 
         
          Está ubicada en el edificio Tenerife Espacio de las Artes, TEA, un centro de producción y exhibición de las distintas tendencias del arte y la cultura, promovido por el Cabildo de Tenerife. Diseñado por los arquitectos Herzog y de Meuron se caracteriza por los espacios diáfanos conectados entre sí, y por la conjunción de interiores y exteriores a través de un pasaje peatonal que lo atraviesa.
 
          Como la Biblioteca es un punto de encuentro, comunicación y debate de toda la ciudadanía, según sus necesidades y preferencias en materia de información, cultura y educación. Está dotada de zona Wifi de acceso gratuito y dispone de tomas de electricidad cercana a la mayoría de los 300 puntos de lectura y consulta donde los usuarios pueden conectar sus dispositivos electrónicos.
 
          La biblioteca está abierta como sala de lectura, las 24 horas, los 7 días de la semana, y los 365 días del año. El edificio cumple con la normativa relativa a espacios adaptados para usuarios minusválidos; está situada muy cerca de las paradas de guagua y tranvía, dispone de parking para bicicletas, etc.
 
          Forma parte de la Red de Bibliotecas de Canarias, BICA, caracterizada por la prestación de servicios de forma conjunta, utilizando un único carné de usuario.
 
          Cuenta con sucursales en: Ofra, Biblioteca “Federico García Lorca”, abierta en 1996; Añaza, Biblioteca “José Saramago”, inaugurada en 2002; Biblioteca Móvil, en 35 barrios de la periferia; y la Biblioguagua Municipal desde 1977.
 
          El fondo bibliográfico está formado por 200.000 volúmenes, de los que 14.000 son anteriores al siglo XX; de ellos, existen ediciones nacionales y extranjeras, desde el siglo XVI; un Fondo hemerográfico del primer periodo impreso en Tenerife (1785); 120.000 folletos referidos a Canarias; 2.000 libros de ediciones “Príncipe”; la colección completa del Semanario Misceláneo Enciclopédico; Mapas, Planos y Láminas; periódicos y revistas, desde 1738; BOE y BOC; 14.000 CD y DVD. También dispone de una Sala infantil y juvenil, dotada de 20.000 libros y 3.000 CD y DVD, en un espacio donde los pequeños lectores tienen zonas de juegos, taller y áreas de actividades.
 
          Para uso público, también dispone de 42 ordenadores; 2 ordenadores para la consulta exclusiva del catálogo en línea; 6 estaciones de trabajo en red; y 9 puestos de atención al público. Además, cuenta con zonas de trabajo para investigadores, en los que existen equipos de consulta de documentos microfilmados, documentos digitalizados, y del fondo antiguo, visualización de prensa y otros documentos, etc.
 
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