Reyes y Reinas

 
Por Alastair F. Robertson.  (Publicado en inglés en el número 609 de Tenerife News el 14 de septiembre de 2018. Traducción de Emilio Abad)
 
 
  
          El Museo de Bellas Artes de Santa Cruz, sito en la calle José Murphy, junto a la Plaza del Príncipe, alberga una colección de pinturas y esculturas datadas entre los siglos XVI y XIX, junto a otras pocas muestras de arte moderno. La temática de los cuadros, muchos de los cuales fueron obra de importantes artistas canarios, es, como es lógico, variada. Los que más me llaman la atención son los antiguos paisajes y dibujos de un Tenerife que se fue, pero me estoy yendo por las ramas porque el tema de este artículo es la monarquía.
 
          En la galería existen cuatro cuadros de soberanos españoles, tres de los cuales son retratos, mientras que el cuarto cuenta además una historia. Con los retratos ocurre que, en sí mismos, presentan un limitado interés, a no ser que uno sepa algo sobre el personaje que está contemplando, de modo que investigué un poco y me encuentro en condiciones de aclarar algo sobre los cuatro. 
 
 
Alfonso X (también llamado “el sabio” y “el astrónomo”), por Dioscoro Teófilo Puebla, 1881
 
          Don Alfonso X, el Sabio, reinó entre 1252 y 1284. En términos económicos, su reinado fue un desastre debido a los continuos gastos y a los fuertes impuestos. Políticamente, si bien derrotó a los moros en varias ocasiones, no pudo hacerse con la corona del Sacro Imperio Romano ni reinar en Gascoña, y también trató de controlar el reino independiente de Navarra. En la política interna española intentó rebajar el poder de los nobles, a lo que, naturalmente, estos se opusieron.
 
          Sin embargo, la Historia le recuerda especialmente por su patronazgo cultural. Todos los temas le interesaban, desde las leyes a la historia, pasando por el ajedrez y la utilización del español vernáculo. Como creador de la Escuela de Traductores de Toledo, impulsó la redacción de la primera Historia General de España y la traducción de obras clásicas judías e islámicas.
 
          En su cuadro se destaca el aspecto por el que más se le conoce: su interés por la astronomía y la astrología. Alrededor del rey aparecen veinte hombres inmersos en un profundo debate; algunos utilizan los instrumentos científicos de la época, como un astrolabio, un globo presentando el cielo nocturno y una representación del sistema solar, tal como se creía entonces que era, mientras unos escribanos, sentados a ambos lados del rey, registran las discusiones. En aquellos tiempos, la astrología estaba considerada como una de las ciencias más importantes, y se puede ver a un hombre estudiando el movimiento de un rayo solar sobre un mapa del zodíaco. Estos estudios se recogían en un conjunto de tablas que se utilizaban para medir la posición del sol, la luna y los planetas con relación a las estrellas fijas. Las tablas, que se denominaron alfonsinas por el rey Alfonso, y fueron actualizadas con frecuencia, se utilizaron durante más de 300 años.
 
           También escribió poesía y tratados sobre química y filosofía. Quizás el ser rey se interpuso en el camino de lo que verdaderamente  quería ser.
 
 
Alfonso XII. , 1875
 
          El reinado de Alfonso XII se inició tras los seis años de caos político que siguieron a la expulsión de su madre, la Reina Isabel II, en 1868. Fue sustituida en los primeros momentos por una república de corta vida, y después por un experimento con un rey “neutral” proveniente de la italiana Casa de Saboya. Pero el Rey Amadeo I nunca sintonizó con el pueblo español, que sarcásticamente lo apodó el “Rey Macarrón”.
 
          Su reinado se caracterizó por la recuperación económica y la estabilidad política que se experimentaron en el marco de lo que, al menos en teoría, eran una monarquía constitucional y una democracia parlamentaria, pero que al final devino en un sistema corrupto.
 
          Alfonso subió al trono en diciembre de 1874, cuando contaba 17 años de edad, a su regreso a España tras cursar estudios en Viena e Inglaterra, donde había sido cadete en Sandhurst. Era joven, era popular tenía el raro don de la concienciación social y, lo que era singular para un monarca español de aquellos tiempos, su fuerte personalidad no se dejaba influenciar por camarillas, nobles o políticos poderosos. En resumen, era un rey totalmente prometedor.
 
          Por desgracia, las esperanzas nunca se pudieron hacer realidad. Alfonso murió dramáticamente joven, a los 27 años. Sufría de tuberculosis, pero la causa inmediata de su muerte fue la disentería.
 
          En el Museo de Bellas Artes, desde su retrato parece mirar, al otro lado de la galería, a su primera esposa, María de las Mercedes.
 
 
María de las Mercedes, 1878
 
          Nacida en 1860 en el Palacio Real de Madrid, María de las Mercedes de Orleans fue la primera esposa del rey Alfonso XII. Era sobrina de la reina Isabel II, y cuando ésta fue expulsada en 1868, la familia de María de las Mercedes tuvo también que marcharse con ella. Cuando regresaron a España, María de las Mercedes y Alfonso comenzaron un romance que culminó en matrimonio, cuando la novia tenía 17 años, en 1878. Ese fue el año y probablemente el motivo del retrato. 
 
          Pronto llegaron las gozosas noticias del embarazo de María de las Mercedes, pero, por desgracia, poco más tarde abortó y la reina murió de fiebres tifoideas dos días después de cumplir 18 años. Su matrimonio con Alfonso había durado tan sólo seis meses. 
 
          María de las Mercedes murió trágicamente joven, demasiado joven para dejar una huella importante en la Historia de España, pero su breve período de influjo sirvió de impulso inicial para la construcción de la catedral de la Almudena, en Madrid, comenzada en 1879 y que no se concluyó hasta 1993.
 
 
 Isabel II, c. 1845
 
          Cuando comenzó a vivir una vida importante, Isabel II aún estaba construyendo la suya propia. Era la primera hija de Fernando VII, y había nacido en 1830, de modo que al morir el rey en 1833, su madre se encargó de la regencia. En 1843, con tan solo 13 años, Isabel fue declarada mayor de edad, y capaz de reinar por si misma.
 
Isabella II Custom
 
Isabel  II
 
          En el retrato, pintado hacia 1845, cuando tenía 15 años, aparece una reina muy joven, con aspecto agradable, de pie frente al trono de España, con la corona y el cetro sobre una mesa y cerca de su mano derecha. Contemplando el retrato de aquella jovencita, se la puede comparar con la Reina Victoria cuando accedió al trono, pero sus carreras como reinas fueron totalmente opuestas. Como Victoria en sus últimos años, Isabel fue sencilla y gruesa, pero, a diferencia de aquella, fue abiertamente criticada por su chabacano aspecto y su vulgar comportamiento, y era cualquier cosa menos virtuosa.
 
          Como consecuencia de su educación en la Corte, era políticamente ignorante o inocente, según se mire, y cayó bajo la influencia de los reaccionarios. Su reinado se caracterizó por una total inestabilidad política, con bandazos entre el progresismo y la reacción y un intento de revolución en 1854. A todo esto se añadía su tendencia a intervenir personalmente en la política, por lo que finalmente sólo podía mantenerse en el trono gracias al apoyo del Ejército.
 
          Su vida privada fue interesante. Se casó en 1846 con su primo hermano Francisco de Asís, del que se rumoreaba que era impotente y homosexual. Es muy posible que los rumores fuesen ciertos, porque Isabel se vio envuelta pronto en una serie de líos amorosos, lo que, por otra parte, era sorprendente dada su poco atractiva apariencia, pero, claro, era la reina. Pronto esos líos se hicieron públicos y se decía que pocos, quizás ninguno, de sus nueve hijos fueron engendrados por su marido. Y a todo esto se añadían dudosas actuaciones financieras. En 1868 los españoles se hartaron del escandaloso y licencioso comportamiento de Isabel, de modo que destronada se fue a Francia a vivir el resto de su vida en el exilio.
 
          Bien, pues en el Museo de Bellas Artes, descontando a María de las Mercedes, nos encontramos con tres monarcas distintos, tres personas muy diferentes que nos enseñan que también los reyes y las reinas son seres humanos.
 
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