Tras el patrimonio tangible de aquella Gesta. La escala de asalto tomada a los ingleses.
Por Pedro Ontoria Oquillas y Daniel García Pulido (Publicado en El Día / La Prensa el 21 de julio de 2018).
"Las cosas de las cuales se afirma que carecen de alma
son dueñas de secretos profundos,
que se imprimen en ellas
y les crean un modo de almas especialísimo".
[Bomarzo. MANUEL MUGICA LAYNEZ]
INTRODUCCIÓN
La memoria de los hechos acaecidos en cualquier episodio histórico subsiste esencialmente gracias a los testimonios escritos que han llegado a nuestros días. Es en ellos donde se guarda la esencia del relato, las causas y el devenir propio de los acontecimientos. Sin embargo, no cabe duda alguna en que esa memoria se refuerza, casi diríamos que necesita, de la presencia física de elementos y objetos que atestigüen la realidad de aquel ayer. Esos restos palpables nos acercan al pasado de una forma directa y única, inalcanzable para el soporte del papel, y hacen despertar incluso nuestra fibra íntima al evidenciar la rotundidad de su innegable verdad empírica.
El objetivo de este artículo es acercarnos por momentos a uno de esos retales patrimoniales vinculados a la inagotable Gesta del 25 de Julio de 1797, página de nuestra historia que, a pesar de ser vituperada como reiterativa e incluso cansina, sigue adoleciendo de estudios en multitud de ámbitos de investigación. Este objeto que hoy nos mueve a esbozar estas líneas ha permanecido en segundo plano, casi en el desconocimiento, y todo ello con mayor desconsuelo debido a su evidente valor histórico y al mensaje directo que encierra. El objeto de nuestros desvelos en esta ocasión es la escala o escalera de asalto tomada a los ingleses en el asalto sufrido por Santa Cruz de Tenerife en 1797, que se conserva actualmente en el Museo del Ejército, en Toledo (Nota 1).
Escala tomada a los ingleses en 1797. Museo del Ejército. Toledo
HISTORIA DE LA ESCALA
La realidad histórica de esta preciosa y valiosísima escala de asalto tiene su punto de partida con el documento titulado "Relación de las armas que en virtud del bando publicado por el Excmo. Sr. comandante general se han presentado en el almacén general de esta plaza, por los vecinos de ella, con distinción de clases y cantidad que por cada uno se ha satisfecho", fechado en Santa Cruz de Tenerife el 3 de agosto de 1797 (2). Este registro, dado a conocer por vez primera por el historiador Antonio Rumeu de Armas en su magna obra sobre los ataques navales a las Islas, nos ofrece un completo listado y enumeración de todo aquel "arsenal" entregado por el paisanaje y milicias a las autoridades una vez acabado el episodio bélico, un importante conjunto de fusiles, pistolas y munición, entre otros artilugios tomados a los británicos durante la defensa de Santa Cruz de Tenerife en la madrugada del 25 de julio.
Al revisar con detenimiento este revelador documento nos encontramos con la entrega de “dos cajas de guerra” (tambores o timbales) por parte del artillero José Padrón y del paisano José Antonio Rivero respectivamente; y entre los últimos registros del listado hallamos la referencia que más nos interesa en este momento: "dos escalas de asalto, la una útil y la otra inútil", por las cuales se le abonó la cantidad de 45 reales a quien las había traído al almacén: Pedro González Quintero. Esta sencilla mención, que pudiera pasar incluso inadvertida entre tantos datos y guarismos, es la prueba plena que le brinda a nuestro objeto su identidad histórica incuestionable. Para mayor certeza contamos además con la necesaria verificación de estos datos por una doble vía: primero, por una copia contemporánea de esa misma relación de entrega de armas (3); y por otra parte, a través del testimonio de un testigo anónimo del episodio, que recogió con minuciosidad el número, calidad y tipología de ese armamento entregado a las autoridades (4).
El proceso de entrega de las armas capturadas a los británicos fue la consecuencia de un bando dictado por el comandante general Antonio Gutiérrez apenas tres días después de finalizado tan magno acontecimiento, el 28 de julio de 1797, que rezaba así:
"Hago saber a todos los vecinos y moradores de esta plaza y a cualquier transeúnte que se halle en ella, sean de la clase y condición que fueren, como en virtud de justas consideraciones he determinado que se recojan todas las armas de los enemigos que con cualquier motivo hubiesen quedado en tierra de resultas de la victoria con que el Dios de los Ejércitos bendijo [a] los nuestros; y para ello he señalado el día de mañana, de las nueve a las once de ella, a cuyo tiempo las admitirá el guarda-almacén del Real Cuerpo de Artillería D. Valentín de Miranda, en el almacén de la Cruz de San Agustín, pagando en el mismo acto a los individuos que las presentasen cuatro pesos corrientes por cada fusil, dos por cada par de pistolas, uno por cada sable y diez reales vellón por cada bayoneta. Por lo que les mando cumpla cada uno en la parte que le corresponda con lo aquí prevenido bajo el supuesto de que todo aquel en cuyo poder se encontrase alguna de dichas armas después de publicado este bando, a más de perderlas, será castigado con el rigor a que se hace acreedor todo vasallo que infringe las órdenes conducentes al mejor servicio a su Rey y de la Patria, exceptuándose solo de esta regla a los militares por lo que hace a los sables, que les permito conservar para su uso" (5).
En este punto no debemos obviar que se nos escapa actualmente la identidad de Pedro González Quintero. Abogamos por reconocer en él al sargento que figura en los registros de empadronamiento de Santa Cruz de Tenerife en 1797 como Pedro Quintero, de 50 años, casado con Petronila Padrón y con dos hijos –María y Luis-, si bien existen otras opciones. Podría tratarse sencillamente de uno de esos cientos de milicianos destinados al puerto santacrucero en aquellos meses posteriores a la declaración de guerra con Gran Bretaña (octubre de 1796), a quien con los avances de la investigación puede que podamos confirmar en un futuro próximo (6). Lo que es evidente es que Pedro fue una de aquellas personas que merodeó por las playas de Santa Cruz una vez desembarcaron los ingleses en aquella histórica madrugada del 25 de julio, aprovechando las circunstancias para hacerse con esos valiosos "trofeos de guerra" que constituían sendas escalas de asalto. Quién sabe si se apoderó de estos objetos sacándolos de alguno de los botes varados en la playa de las Carnicerías o de la desembocadura del barranco de Santos, o si la marea los arrastró a tierra, donde los rescataría de que fuesen destrozados a merced de las olas y de la impetuosa corriente.
Obviamente en las fuentes y relatos propios de la Gesta se menciona la existencia de escalas de asalto, aunque sin ese nivel de precisión que nos ha permitido autentificar la veracidad histórica de nuestro objeto patrimonial. Desde los conocidos José de Monteverde o Francisco de Tolosa (7), pasando por los comerciantes Pedro Forstall y Francisco de Aguilar (8), hasta testigos como el oficial Francisco José Román –que nos señala que fueron "muchas escalas" las que quedaron en la población tras el episodio bélico- (9). Una de las pautas que se repiten cuando se cita estos artefactos es para subrayar el terrible efecto intimidatorio que causaban en la población de Santa Cruz. Los ingleses, sabedores de ese temible poder, utilizaron las escalas de asalto ya desde los primeros días del asalto con el fin de amedrentar a los defensores. De hecho, la visión de estas temibles herramientas bélicas daban cumplida fe del objetivo que buscaban los asaltantes, que no era otro que "escalar" los muros de los castillos. Podríamos decir que los milicianos y tropas regladas isleñas, al contemplar las escalas de asalto exhibidas con orgullo desde los navíos de la flota, eran conscientes de la amenaza palpable y terrorífica del anticipo de la batalla cuerpo a cuerpo (10).
Tras estos momentos iniciales, donde como hemos visto anteriormente pudimos conocer no solo la fecha en que la escala de asalto entra en los anales históricos sino incluso la identidad de su donante, se abre un paréntesis de casi medio siglo donde reina el más absoluto silencio documental. La siguiente referencia ya nos sitúa la escala de asalto británica en Madrid, a donde debió viajar –en fecha que aún ignoramos- en calidad de singular testimonio de aquella página ilustre del pasado insular. Su paradero sería el entonces conocido como Real Museo Militar de Artillería, creado en 1803 a instancias de Manuel Godoy con una primera sede en el Parque de Monteleón pasando en 1815 al palacio de Buenavista –hoy Cuartel General del Ejército-. En el Catálogo del Museo Militar de Artillería elaborado por el ingeniero y cartógrafo León Gil de Palacio en 1849 podemos leer que entre los primeros objetos del discurso museográfico de aquella importante institución figuraban:
"[5] Cañón de a 3 corto montado en carri-cureña. Es procedente de Santa Cruz de Tenerife donde fue reconquistado por las tropas españolas que rechazaron a las inglesas de la escuadra del Almirante Nelson en el asalto dado a aquella plaza el 25 de julio de 1797.
[6]. Escala tomada a los ingleses en el asalto citado" (11).
Podemos hacernos una idea de la importancia que se le daba a estos objetos patrimoniales ya que, de hecho, se encontraban "en el portal y escalera" de acceso al recinto del Museo. Con posterioridad, a finales del siglo XIX, sería el militar e historiador Adolfo Carrasco de la Torre y Sáiz del Campo quien en su Catálogo de los recuerdos históricos existentes en el Museo de Artillería (12), al hablar en un apartado sobre los "despojos de guerra" de los diferentes episodios castrenses españoles, nos reitera la existencia de la escala de asalto en dicha entidad. Incluso tenemos la suerte de contar con pruebas gráficas, a modo de postales, que nos certifican la presencia del artilugio bélico de la Gesta. Según las normas y tendencias seguidas en aquella época en el ámbito del discurso museístico, dadas sus dimensiones resultaba difícil conseguir un espacio acorde para su muestra y en las antiguas fotografías no debe extrañarnos el ver la escala de asalto expuesta fijada al propio techo de la sala (13).
La escala expuesta en el Museo de Artillería, Madrid.
La siguiente mención, atendiendo a un estricto orden cronológico, nos la brinda la propia ficha catalográfica de la escala de asalto, donde figura que ingresó en el Museo del Ejército en 1915 proveniente de las colecciones del antiguo Museo de Artillería. El referente que certifica este traspaso aparece en la ingente obra del político y militar Luis Bermúdez de Castro y Tomás titulada Catálogo del Museo del Ejército (14). Bajo el número de registro 40.385 podemos leer la siguiente descripción de nuestro objeto:
"Escala de asalto cogida a los ingleses cuando, al mando del Almirante Nelson, atacaron la plaza de Santa Cruz de Tenerife el 25 de julio de 1797, siendo rechazado por su gobernador, el General D. Antonio Gutiérrez, combate en el que Nelson perdió el brazo derecho".
A pesar de todo este interesante recorrido bibliográfico, a nivel insular las noticias que existían sobre esta escala de asalto se reducían a la mera transmisión oral que llegaba de los puntuales y afortunados visitantes del Museo del Ejército madrileño. En este sentido puede afirmarse que el verdadero "redescubridor" para el gran público de la existencia y realidad de este importante objeto fue el coronel Francisco Lanuza Cano. Este autor no solo fue el primero en recoger por escrito la evidencia de esta escala de asalto sino que, no contento con ello, aportó una valiosa imagen de la misma expuesta en una de las paredes de la institución cultural referida (15).
En 1988, al fundar el coronel D. Juan Arencibia de Torres el Museo Militar Regional de Canarias, inició gestiones para conseguir el traslado a la isla de la mencionada escala, entre otros objetos vinculados a la Gesta y al pasado militar de las Islas. El entonces subdirector del citado Museo del Ejército de Madrid, el general de brigada de infantería y diplomado de Estado Mayor D. Alejo Arnáiz Hidalgo (1926-2016), no pudo acceder a ese ansiado y justo propósito pero ordenó la elaboración de una réplica exacta de aquella escala de asalto, que es la que hoy se expone en las dependencias de Almeyda (16).
La escala expuesta en el desaparecido Museo del Ejercito (Madrid)
Tras estas meritorias gestiones, el paso de los años fue borrando el recuerdo del objeto original y solo en 1997 se volvió a rememorar su existencia en el fabuloso catálogo elaborado con motivo del bicentenario de la Gesta (17). La reseña que hablaba sobre esta valiosa reliquia histórica decía:
"Escala en madera, copia exacta de la existente en el Museo del Ejército de Toledo, con 24 travesaños de cuerda y 4 de hierro -dispuesto uno de hierro y ocho de cuerdas-, pensada para su utilización en el asalto al castillo de San Cristóbal. La escala original que se halla en Madrid tiene en uno de sus costados la inscripción Swiftsure, el nombre de uno de los navíos que bloqueaban Cádiz en 1797".
DESCRIPCIÓN DE LA ESCALA
En la actualidad, tal y como venimos relatando, la escala de asalto se halla en el fondo de la denominada "colección estable" del Museo del Ejército, ubicado en Toledo, bajo la signatura de inventario MUE-40385 -código UCO 50400002- y con un nivel de protección que la identifica como Bien de Interés Cultural. Con unas importantes dimensiones de longitud (9,8 metros), anchura (54 cm.) y profundidad (12 cm.), se exhibe en dos piezas o tramos desmontados, dejando claramente visible su sistema de acoplamiento, y según el texto de la propia descriptiva del museo, está...
"compuesta por dos laterales de madera con una ranura interior, en la que se insertan 28 peldaños repartidos de la siguiente manera: barra de hierro plan, ocho peldaños de soga, barra, ocho peldaños de soga, barra, ocho peldaños de soga, barra de hierro. La separación entre peldaños es de 34,5 cm. La medida del peldaño de hierro es de 2.5 x 43 cm. Cada lateral está formado por dos piezas con unión (en el centro) a media madera, sujetas por cuatro placas y atornilladas (4 tornillos cada uno más otros dos laterales)" (18).
Una de sus peculiaridades, ya apuntada en la reseña del catálogo del bicentenario de la Gesta, es que el sentido longitudinal del larguero derecho de los dos que componen esta escala de asalto, figura pintado el nombre del navío que era propietario de la misma: Swiftsure. Y se da la conocida circunstancia de que el nombre de esa embarcación no figura entre las que integraron la escuadra que atacó Santa Cruz de Tenerife. ¿Cómo se explica esta paradoja?
Detalle de la escala con el nombre del navío Swiftsure
CONTEXTO HISTÓRICO
Para entender la existencia de esta escala de asalto del Swiftsure debemos remontarnos a los primeros días de julio de 1797, una vez ya el contralmirante Horacio Nelson ha decidido junto al almirante en jefe John Jervis dar luz verde al asalto por sorpresa a Santa Cruz de Tenerife. La flota británica que bloquea el puerto de Cádiz, donde se encontraban sendos personajes y desde donde se tomó esta crucial decisión, estaba en pleno ajetreo con los preparativos. Entre las herramientas bélicas que se consideraban imprescindibles para el asalto figuraban las escalas de asalto y existen pruebas documentales de cómo Nelson solicitó a los carpinteros de los diferentes navíos de la precitada escuadra que hicieran cuantas escalas y plataformas para artillería les fuese posible, aparte de solicitar botes y lanchas de refuerzo para implementar la fuerza de desembarco en Santa Cruz de Tenerife (19).
Si por un lado, en las instrucciones remitidas al navío de línea Culloden se consignaba claramente que llevaran consigo "cuatro escalas de asalto, cada una de ellas con una cuerda de cuatro brazas de largo", en el diario de a bordo del Theseus, con fecha 15 de julio (día de la salida de la escuadra atacante desde Cádiz hacia Tenerife) leemos: "Recibimos a bordo muchas escalas de asalto procedentes de la Flota" (20). Entre todo ese variopinto conjunto de escaleras debería encontrarse la nuestra del Swiftsure.
El HMS Swiftsure era efectivamente uno de los navíos de línea de 74 cañones que participaban en el bloqueo de Cádiz en julio de 1797 y se da la curiosa coincidencia que, desde octubre anterior, se encontraba al mando del capitán Arthur Phillips, otro gran conocedor del puerto de Santa Cruz de Tenerife al haber hecho escala en su rada en varias ocasiones en sus viajes con motivo del repoblamiento británico del continente australiano (21). Construido en los astilleros de John & William Wells en Deptford entre 1782 y 1784, había sido botado al mar el 4 de abril de 1787.
Captuia del HMS Swiftsure por los navíos Indivisible y Dix- Août
Esta embarcación tomaría parte en la célebre Batalla de Nilo en 1798 y, si bien fue capturada por Francia en 1801. la encontramos nuevamente recuperada por la Royal Navy pues actuó en Trafalgar rebautizada como HMS Irresistible (22). Otro detalle que vincula al Swiftsure con Tenerife es que en octubre de 1797 pasaría a estar bajo las órdenes del capitán Benjamin Hallowell, personaje bien conocido en el puerto santacrucero por haber sido el comandante que, dirigiendo las fragatas Lively y Minerve, había apresado a finales de mayo de aquel mismo año la corbeta francesa La Mutine en la bahía santacrucera (23).
CONCLUSIÓN
Hasta la fecha no se había efectuado un estudio pormenorizado acerca de la escala de asalto original tomada a los ingleses en el ataque a Santa Cruz de Tenerife el 25 de julio de 1797, cuyo recorrido museístico nos ha llevado desde el Museo de Artillería de Madrid, pasando por el Museo del Ejército de Madrid, hasta su actual homónimo en Toledo, creado en 2009. En esa institución esta reliquia patrimonial comparte espacio expositivo con la afamada carta de Horacio Nelson a Gutiérrez (24) y con el cañón de campaña capturado también a las tropas británicas. Se trata de testimonios fehacientes de un episodio que trasciende el ámbito local, regional o nacional para situarse a nivel internacional. La derrota de la escuadra de Nelson en Santa Cruz de Tenerife ha dejado atrás este tipo de testimonios físicos de un valor imposible de cuantificar y que se han convertido en joyas apetecibles y deseadas por cualquier entidad museística europea o mundial. Ojalá estas líneas nos ayuden a valorar más y mejor lo que atesoramos, lo que tenemos cerca y lejos, porque en esos objetos, en esos sencillos detalles en piedra, en metal, en madera, pervive la esencia de nuestra idiosincrasia y nuestra memoria.
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NOTAS
1 - No podemos iniciar este artículo sin agradecer la exquisita profesionalidad y amabilidad del personal del Museo del Ejército de Toledo por la información e imágenes aportadas, especialmente a D. RAFAEL ORTEGA GUTIÉRREZ, del Área de Documentación y Sección de Fotografía, así como a D. ENRIQUE RONTOMÉ NOTARIO, conservador del Departamento de Arqueología y Patrimonio y de su Área de Investigación.
2 - RUMEU DE ARMAS, Antonio: Piraterías y ataques navales contra las Islas Canarias. (3 t. en 5 vols.). Madrid, 1947-1950. Vide tomo III. Segunda parte, págs. 1.163 y 1.164. LANUZA CANO, Francisco: Ataque y derrota de Nelson en Santa Cruz de Tenerife. Madrid: Talleres del Servicio Geográfico del Ejército, 1955, págs. 246-247 y 250.
3 – Biblioteca Pública Municipal de Santa Cruz de Tenerife, Fondo Antiguo, caja 53. “Gobierno y Defensa, 3º”.
4 – “Relación Anónima D”, recogida en Fuentes documentales del 25 de julio de 1797. [Edits. lits., Pedro ONTORIA OQUILLAS, Luis COLA BENÍTEZ, y Daniel GARCÍA PULIDO]. Santa Cruz de Tenerife: Ayuntamiento. pág. 273.
5 - Fuentes documentales del 25 de julio de 1797. págs. 51-52. Curiosamente, aunque se dictaba para la recogida “el día siguiente” a la promulgación del Bando (es decir, 29 de julio), el documento oficial no se formalizó hasta el 3 de agosto siguiente.
6 - En el reseñado padrón elaborado en Santa Cruz de Tenerife en 1797 aparece una Estébana González Quintero que acaso pudiera ser familiar de nuestro personaje. CARDELL CRISTELLYS, Juan Carlos: El lugar de Santa Cruz de Tenerife : finales de los siglos XV al XVIII y su población en 1797. Santa Cruz de Tenerife: Ediciones Idea, 2017.
7 - En la relación de Tolosa (Fuentes documentales… pág. 223) se lee: “Antes del Ave María dio parte el gobernador de Paso Alto de que los enemigos se estaban embarcando en sus botes algunas municiones y escalas grandes que daba a entender proyecto de asaltar los castillos”. La conocida como “Relación güimarense”, borrador del relato de Tolosa, recoge que en el rechazo del refuerzo británico de la mañana del 25 de julio, al hundirse varios botes, se destruyeron “también la partida de escalas que traían para asaltar a los castillos” (Addenda a las Fuentes Documentales. Santa Cruz de Tenerife: Tertulia de Amigos del 25 de Julio, 2008, págs. 48 y 51). Monteverde las llama “escalas de mano” (Fuentes documentales.. pág. 190).
8 - Addenda a las Fuentes Documentales… pág. 40, y Fuentes documentales…, pág. 61.
9 - Fuentes documentales… pág. 202. La relación anónima C afirma “que abandonaron … algunas escalas con las que sin duda intentaban asaltar el Castillo” (Op. cit., pág. 206). Asimismo fuentes británicas como el diario del capitán Ralph Willett Miller citan las escalas de asalto en el discurso de su relato del ataque a Santa Cruz de Tenerife (Addenda a las Fuentes Documentales…, págs. 131, 133 y 138).
10 - El alcalde Domingo Vicente Marrero afirmaba: “luego se advirtió que las fragatas traían escalas de asalto fuera de sus costados como de intento para que fuesen vistas por nosotros” (Fuentes documentales…, pág. 148); lo que más o menos repite José María Zuaznávar al comentar que “las fragatas llevaban escalas de asalto fuera de sus costados para que [las] viesen desde la plaza” (Op. cit, pág. 148).
11 - GIL DE PALACIO, León: Catálogo del Museo Militar de Artillería. Imprenta del Colegio de Sordomudos: Madrid, 1849, pág. 19.
12 - CARRASCO Y SÁIZ, Adolfo: Catálogo de los recuerdos históricos existentes en el Museo de Artillería. Madrid: Imprenta del Cuerpo de Artillería, 1893-1896. 2 vols. Vide vol. 2, págs. 318-319.
13 - FERREIRO, Miguel Ángel. "El antiguo Museo del Ejército de Madrid". El Reto Histórico. Madrid, 18 de julio de 2015. https://elretohistorico.com/antiguo-museo-ejercito-madrid/ [Consultado, 17/05/2018].
14 - BERMÚDEZ DE CASTRO, Luis: Catálogo del Museo del Ejército. Madrid: Editorial Ares, 1953-1958. Vide vol. 5, pág. 47.
15 - LANUZA CANO, F. Op. cit. Pág. 165 y lámina LXVII.
16 - Agradecemos esta interesante información a la amabilidad del propio D. Juan Arencibia de Torres y al coronel director del Museo Militar Regional de Canarias, D. José María Iglesias de Ussel y de Leste.
17 - La Gesta del 25 de julio de 1797: narración en la que se describe el vigoroso combate... [Edits., JUAN TOUS MELIÁ et alii]. Santa Cruz de Tenerife: Ayuntamiento, 1997. pág. 182, nº 34.
18 - Observaciones NANFOT. Inventario: 19951020. Med.98. FMINIMOS. P2004-DH-S4. Bibliografía B.C., t. 5, p. 47. Las abreviaturas B.C. hacen referencia al citado Catálogo del Museo del Ejército de BERMÚDEZ DE CASTRO, tomo 5 página 47, del año 1958. El estado de conservación y funcionamiento de la escala de asalto se considera como bueno, con solo un proceso de restauración registrado (Rest. 2007/1/289).
19 - CLARKE, James Stanier & MCARTHUR, John: The life of Admiral Lord Nelson, K.B., from his lordship's manuscripts. Londres: T. Bensley, 1810, citado en Fuentes Documentales…, pág. 315.
20 - Fuentes Documentales…, pág. 328. La transcripción íntegra de los diferentes diarios de navegación de los navíos integrantes de la escuadra, recopilados en su momento para la exposición del Bicentenario en 1997, formarán parte del próximo volumen de fuentes documentales sobre la Gesta.
21 - PARKER, Dereck: Arthur Phillip. Australia´s first governor. Wardewood: Woodslane Press, 2012, pág. 333.
22 - La Royal Navy ha tenido buques nombrados Swiftsure desde 1573: un galeón (1573-1624); un navío de 42 cañones (1621-1666); un navío de línea de 70 cañones (1673) -renombrado Revenge-; un nuevo navío de línea de 70 cañones -botado en 1750-; un navío de línea de 74 cañones (1804-1845); una fragata blindada (1870); un acorazado (1903-1920); un crucero ligero (1943); e incluso un submarino (1971-1992). Referencias tomadas de https://es.wikipedia.org/ wiki/ HMS_Swiftsure y https://es.wikipedia.org/wiki/HMS_Swiftsure_(1787).
23 - HORE, Peter: Nelson´s Band of Brothers. Lives and memorials. South Yorkshire; Seaforth Publishing, 2015, pág. 18.
24 - GARCÍA PULIDO, Daniel / ONTORIA OQUILLAS, Pedro: "Otro tesoro documental para 1797: La carta de Nelson a Gutiérrez, la primera firmada con su mano izquierda" en el suplemento “La Prensa” de EL DÍA, sábado, 22 de julio de 2017, págs. I-IV.
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