El busto del general Gutiérrez y la preterida escultura de Roberto Barrera
Por Pedro Ontoria Oquillas (Publicado en El Día / La Prensa el 14 de abril de 2018).
Con motivo del 219 aniversario de la muerte del General Gutiérrez, acaecida el 14 de mayo de 1799, es digna de rememorar su figura evocando el humilde busto-monumento que se le erigió en 1999, hace ya diecinueve años y, por otra parte, no soslayar la pregunta de ¿qué ha sido del magno proyecto del escultor Roberto Barrera?
1. El busto de Cid Gestí
Busto (monumento) al general Gutiérrez. Santa Cruz de Santiago de Tenerife.
La idea de este modesto monumento a la memoria del general Gutiérrez se debe a la Tertulia Amigos del 25 de Julio, quien amplió la sugerencia de fundir una reproducción del busto depositado en el Museo Militar Regional de Canarias para colocarlo en la calle de su nombre en la capital tinerfeña, siendo su ubicación en la confluencia de las calles Imeldo Serís y General Gutiérrez. El descubrimiento de esta efigie al Héroe de la Gesta del 25 de Julio de 1797 tuvo lugar el jueves día 14 de mayo de 1999 a las 19 horas.
Por esa época se escribía que todavía se palpaba entre nosotros una particular preocupación por el pasado, una mezcla de añoranza y de nostalgia del ayer, y todo ellos nos llevó una vez más al tema de la injusticia de los olvidos y, al propio tiempo, a ese cariz justo de los recuerdos. Ya tenemos nombres de vencedores y vencidos en nuestras calles y ahora tocaba recordar a todos aquellos que también lucharon y cuyos nombres quedaron en los rincones de la Historia. Justo ahora, cuando hemos abierto brecha en el pasado, tenemos que recordar a todos los que en aquella ocasión se distinguieron, y en recuerdo del artífice y cabeza de tan gloriosa victoria, el general Gutiérrez, se erigió este sencillo busto-monumento a la espera de que el Ayuntamiento se decidiera en un futuro próximo a erigir una escultura digna del vencedor de Nelson, don Antonio Gutiérrez.
Este magnífico busto de bronce procede de un pequeño museo que existió en la villa de Arafo. Don Domingo Pérez Núñez, persona entusiasta y desprendida, acumulando objetos dispersos formó poco a poco, pieza a pieza, un modesto «Museo Nelsoniano» en su pequeña casa de campo y entre las obras que exponía estaba esta efigie de don Antonio Gutiérrez de Otero, esculpida por el escultor catalán Francisco Cid Gestí.
Busto del General Gutiérrez. ca. 1969. Francisco Cid Gestí. 49 x 24 x 32 cm.
El busto representa al general don Antonio Gutiérrez según los rasgos esenciales transmitidos por el pintor Luis de la Cruz y Ríos. Se trata de una talla de medio cuerpo, en cuyo rostro hay que destacar el rictus de sus labios, que refleja fielmente la parálisis que sufrió el ilustre militar en los últimos años de su vida. Su cabeza la cubre una peluca con bucles y viste casaca con cuello alto y vueltas abotonadas, aparte de cubre-cuello enrollado y camisa encañonada. Cid Gestí talló este busto en la década de los años sesenta del siglo XX, circa 1969, época en que la figura del general Gutiérrez empezaba a despertar gran interés y conocimiento, rectificando curiosamente el artista el error de la venera. La efigie original se exhibe en el Museo Militar de Almeyda desde 1993, año en que ingresó con motivo de la exposición "Antonio Gutiérrez, Comandante General de las Yslas de Canaria (1791-1799)", muestra en la que se quiso realzar la figura del general don Antonio Gutiérrez González Varona Verges de Aragón y Cano, verdadero artífice de la victoria de las tropas españolas y del pueblo de Tenerife sobre la escuadra del contralmirante Horacio Nelson. Con posterioridad, la familia de don Mario Rodríguez Fumero la cedió definitivamente al Museo Militar Regional de Canarias.
De ese busto original realizó dos copias exactas el escultor Manuel Bethencourt Santana para los respectivos monumentos del general Gutiérrez que se habían de erigir en Aranda de Duero (Burgos) y en Santa Cruz de Tenerife. Debemos reseñar que el polifacético artista Francisco Cid Gestí, nacido en Tarragona el 6 de febrero de 1902, intervino asimismo en la ordenación del extenso espacio ajardinado que formaba parte armoniosa con el Monumento a los Caídos levantado en 1945-1946 en la Plaza de España de Santa Cruz de Tenerife (Nota 1).
2. La escultura de Barrera Martín
Siguiendo la promesa esgrimida parece ser que el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife tuvo deseo e interés en los primeros años de la década de nuestro siglo en levantar una escultura digna y proporcionada al General Gutiérrez, según consta en documentación conservada. En 2003 se levantaba a José Murphy Meade en la céntrica plaza de San Francisco la estatua salida del taller del escultor tinerfeño Roberto Barrera dentro de las actividades programadas para la conmemoración del Bicentenario de la declaración de Santa Cruz como Villa Exenta, feliz idea que curiosamente había salido del pensamiento del General Gutiérrez. Fue entonces cuando se propuso solicitar al mismo escultor Barrera Martín que ejecutase una escultura en bronce del General Gutiérrez, algunos de cuyos prospectos damos a conocer por si sirven de acicate y despertaren de nuevo el interés por tan ilusionante proyecto.
Roberto Barrera Martín nació en La Laguna el 4 de septiembre de 1927 y se formó en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, revalidando sus estudios y obteniendo la titulación profesional por la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona, aparte de ser académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Miguel Arcángel (RACBA) (2). Entre sus obras sobresale, aparte del monumento reseñado a Murphy, el busto-retrato del arquitecto José Enrique Marrero Regalado, ubicado en la Casa Cuna de Santa Cruz de Tenerife (3), y la escultura en bronce titulada "Aguadora canaria", donada por el propio autor al Museo Municipal de Bellas Artes de esta capital.
3. La escultura de Barrera.
Roberto Barrera Martín, Maqueta en bronce del General A. Gutiérrez.
La escultura del General Gutiérrez, de proporcionadas dimensiones, se eleva en el proyecto a los 280 cm. de alto elaborada en un brillante y esmerado color broncíneo, que en una proporción 4/4 se alzaría sobre un pequeño zócalo o pedestal en posición erguida, siendo su rostro varonil de una mirada fija, seria y penetrante.
Viste uniforme de teniente general luciendo los botones del regimiento de África, cuerpo este cuyas prendas reglamentarias eran en 1791: casaca (blanca); chupa (blanca); calzón (blanco); collarín (azul); vueltas (azul); y solapas (azul). Calzado: botín blanco con botón negro de cuero, con la campana pequeña para que juegue la rodilla con libertad. Conviene recordar que el General Gutiérrez en 1776 fue designado coronel de dicho Regimiento de Infantería de África, con el que con anterioridad participaría en la "expedición de Argel y desembarco en su playa el día 8 de julio de 1775 en cuya función fue erido de un valazo en la cabeza" (4).
Por tanto, el General lleva peluca rematada en bucles, viste casaca (blanca) con cuello alto y solapas (azules) con botonadura dorada, luciendo en la bocamanga los entorchados áureos de teniente general. En el lado izquierdo del pecho luce la cruz de la orden de Alcántara, la misma cruz o verde venera de Alcántara realizada en oro que legaría a su sobrino Francisco Gutiérrez Ordóñez, según consta en su Testamentaría (5). Aparte, contaba con la chupa (blanca) con perfil azul y botones dorados, con ancho fajín (rojo) adornado con unos entrecruzados; el cubre-cuello y la camisa encañonada o con chorrera, además de los consabidos calzón y botines blancos ya reseñados.
Con la mano derecha empuña el bastón de mando, mientras que con la izquierda sujeta el espadín por la cazoleta (6). La maqueta de la preterida escultura la tiene en depósito don Rafael Delgado Rodríguez, antiguo consejero provincial de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife.
4. El monumento.
A través de la documentación descriptiva y gráfica de que disponemos sabemos que el proyecto del monumento consta de un podio o pedestal rectangular de 2’30 m de alto y 1´45 m de ancho, erigido a su vez sobre una base en forma de escalinata de tres peldaños de 30 cm de altura cada uno adecuadas para corregir el desnivel del lugar seleccionado para su colocación. En total, la altura total del monumento alcanzaría los 6 metros de altura (escultura: 2’80 + podio: 2’30 m + alzado de tres escalones: 90 cm).
Fotomontaje o recreación de la estatua del General Gutiérrez en la Plaza de la Candelaria.
En esa promesa que comenzó a cristalizar, por otra parte, parece ser que no hubo problemas iniciales para su ubicación ideal, dictaminándose que el lugar más idóneo y armonioso sería en el segmento superior de la plaza de la Candelaria, justo en el enclave que actualmente ocupa la Fuente de la Pila -que sería trasladada, dada su antigüedad y precario estado de conservación, al cercano Museo Municipal, si bien hoy podría pasar perfectamente al patio del museo en preparación sobre la historia de la ciudad-.
Guardando ponderaciones el General Gutiérrez contaría con un monumento acreedor de comparaciones, tan propensas y pesimistas entre nosotros, con el monumento de Nelson en Trafalgar Square. Se podría exclamar: ¡Por fin tenemos un monumento grandioso a la figura del defensor de Santa Cruz de Tenerife y un lugar digno en el que se ha levantado!
5. Conclusión.
La escultura y el conjunto del monumento es una obra que debería dar qué pensar al Departamento de Cultura del Ayuntamiento por si ha llegado de nuevo el momento de reavivar el interés que hubo por erigir una digna escultura a Gutiérrez y, por ende, traer a colación el proyecto de su monumento establecido por el escultor tinerfeño Roberto Barrera Martín. Es obvio que Santa Cruz de Tenerife tiene una deuda con Gutiérrez a través de una digna escultura, que mutatis mutandis, recuerde el Exegi monumentum aere perennius, "He levantado un monumento más duradero que el bronce".
Si los óbices que se suele alegar son la falta de medios económicos, muy bien los tinerfeños podríamos demostrar nuestro deseo de ver exaltada la Gesta participando en una suscripción popular pro Monumento al General Gutiérrez. Se demostraría que los chicharreros no están conformes con el cuento de los dos errores cometidos por los tinerfeños –la salida y entrada- tan grato de recordar por “los críticos historiadores” en los chascarrillos de sus conversaciones.
Comunicación del General Gutiérrez a los distintos coroneles de los regimientos de la isla.
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NOTAS
1.- Una relación de sus obras artísticas puede consultarse en la tesis doctoral de C. Pérez Reyes, La escultura canaria contemporánea (1918-1978), premio Viera Clavijo 1980 y publicada por el Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria en 1984.
4.- ONTORIA OQUILLAS, Pedro: El General Don Antonio Gutiérrez, Vencedor de Nelson. Ediciones Idea, Santa Cruz de Tenerife 2006 pp. 301-302.
5.- En el cuadro del Ayuntamiento el General Gutiérrez aparecía con la venera roja de la orden de Santiago a partir de la restauración en 1878 que Gumersindo Robayna la trazase en su pecho, error subsanado en una de las restauraciones que ha sufrido el cuadro a finales del siglo XX. La única condecoración que luce actualmente en la casaca es la crucecita modificada en medalla de la orden de Alcántara que pende o cuelga de cinta verde del tercer botón. ¿Por qué medalla de la orden de Alcántara y no pequeña cruz de la orden de Carlos III? En 18 de diciembre de 1778 existe una instancia de don Antonio Gutiérrez solicitando la pequeña cruz de la Orden de Carlos III (ONTORIA OQUILLAS, Pedro: Op. cit., pp. 64-65).
6.- En la Testamentaría se hace el inventario «de dos bastones con sus puños de oro y una espada con el puño de metal; un uniforme grande de gala de teniente general compuesto de casaca, chupa y dos pares de calzones los unos azules y los otros de grana encarnada; un vestido de uniforme entero, de África de Paño con los calzones de casimiro; una faja de teniente general de red; un juego de bordados de oro de teniente general…» ONTORIA OQUILLAS, op. cit., págs. 226, nota 331; p. 258, nota 356.
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