Contribución española a la independencia de los EE. UU. Otros héroes.

 
Por José Alberto Ruiz de Oña  (Incluido en el libro Bernardo de Gálvez. La presencia de España en México y EE.UU. editado en diciembre de de 2015 por el Ministerio de Defensa).
 
 
          La contribución directa española a la independencia de Estados Unidos ha quedado bien reflejada en muchos escritos y libros y su fruto se ha colmado con el reciente reconocimiento a Bernardo de Gálvez como ciudadano honorario de ese grandioso país. Pero aún no se ha escrito suficiente sobre la contribución indirecta española a esa independencia. El plan militar de España para la campaña fue dividir y debilitar a las fuerzas británicas a través de diversas operaciones simultáneas en América y Europa.
 
          Las campañas españolas, en América Central y en la propia Europa, durante el siglo XVIII tuvieron una influencia decisiva en la evaluación de la historia de esa independencia de EEUU.  Valga como ejemplo, la expulsión de los ingleses de las islas Malvinas y de Menorca, la conquista de los Fuertes de San Fernando de Omoa (actual Honduras) y el de la Inmaculada Concepción en el río San Juan (actual Nicaragua) e incluso el asedio de Gibraltar ya que todo ello tuvo un impacto muy significativo sobre la independencia de EEUU al debilitar las fuerzas inglesas y obligarles a diversificar sus esfuerzos.
 
          Todas esas campañas fuera de América del Norte no hubieran sido posibles sin el concurso de unos españoles que participaron en ellas de una manera más allá del deber. 
 
1.- Matías de Gálvez y Gallardo (1717-1784)
 
          El mayor de los hermanos de la familia Gálvez y padre de Bernardo de Gálvez nació en el malagueño pueblo de Macharaviaya en 1717. No se sabe mucho de sus primeros años, salvo que salvo que estudió en Madrid y que ingresó en el Real Cuerpo de Artillería a instancias de su hermano José aunque pronto lo dejó para volver a su pueblo natal para hacerse cargo de su patrimonio familiar, donde se casó con Josefa de Madrid y Gallardo en octubre de 1745, fruto del cual nacieron sus hijos Bernardo en 1746 y José en 1748, en cuyo parto falleció Josefa. En 1750 se casó en segundas nupcias con su prima Ana de Zayas y Ramos. 
 
          Tras el fallecimiento de su hijo José en Madrid en 1756, decidió trasladarse a la la isla de Tenerife en 1757, con su mujer y su hijo Bernardo, para hacerse cargo de la administración de la Hacienda Gorvorana en Los Realejos, una de las mayores de la isla. Su buen hacer y prestigio pronto le llegó a ostentar más cargos, como Capitán de la Compañía de Artilleros Milicianos del Puerto de la Orotava en 1771 (actual Puerto de la Cruz) y Administrador de la Real Aduana de dicho lugar, por donde pasaban todas las mercancías de la isla, después de la destrucción del puerto de Garachico por la erupción de 1706. Pero Matías aspiraba a más y quería retomar su carrera militar, por lo que, gracias a su hermano José, fue ascendido a Teniente Coronel y consiguió el nombramiento de gobernador del Castillo de Paso Alto, en Santa Cruz de Tenerife, en 1775 que más tarde simultaneó como Coronel en los cargos de Inspector de las Milicias Canarias y Teniente de Rey, cargo equivalente a segundo Comandante General del archipiélago, del que se hizo cargo en una solemne ceremonia celebrada el 21 de noviembre de 1776.
 
Galvez Custom
 
El mariscal de campo Matías de Gálvez, estampa grabada en Guatemala por García Aguirre
 
         
          En 1777 encargaron a Matías de Gálvez la recluta de un Batallón de 700 hombres para servir en la Luisiana, donde su hijo Bernardo mandaba el Regimiento. Con dichos soldados embarcaron para América sus familias, totalizando más de 3.000 personas que se asentaron en aquellas tierras y, aún hoy en día, sus descendientes mantienen las costumbres, el folklore y el idioma español.
 
          Pero pronto llegó a su fin la estancia de Matías Gálvez en tierras canarias ya que en abril de 1778 partió para Guatemala como Segundo Comandante e Inspector de Tropas. Su primera misión fue la de decidir la ubicación de la nueva capital de Guatemala al haberse destruido la Antigua por un terremoto en 1773. Eligió el valle de La Ermita, donde instaló una Casa de la Moneda y construyó la Catedral.
 
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El ascenso de Matías de Gálvez y otros oficiales por las victorias en Guatemala y Honduras
("El Mercurio histórico y político". Abril de 1780)
 
          A principios de 1779 ascendió a Brigadier y fue nombrado Capitán general de Guatemala y Presidente de su Real Audiencia, con lo que ejercía el control de las actuales zonas de Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala, San Salvador y el estado mexicano de Chiapas.  En poco tiempo reformó la estructura de las tropas de la región y mejoró la preparación de las unidades de infantería y caballería bajo su mando.
 
          Antes de la declaración de la guerra contra Inglaterra, Matías de Gálvez, recibió instrucciones de su hermano José de prepararse para un conflicto militar abierto con los ingleses. Por ello, pasó varios meses aumentando sus fuerzas y suministros y la formación de sus oficiales y hombres y, además, planeando ataques contra los puestos británicos en la región, ya que la proximidad de la colonia inglesa de Belice era una amenaza para las fortificaciones y ciudades centroamericanas. Formó cuerpos de infantería y caballería en diversas ciudades como  Chiquimula, Santa Ana, Tegucigalpa y Comayagua. Cuando España entró formalmente en la guerra en junio de 1779, Matías Gálvez estaba preparado con más de 30.000 hombres armados, siendo su bastión principal el Fuerte de San Fernando de Omoa, uno de los más importantes de toda América, situado en la costa hondureña. Inicialmente Matías mandó un destacamento al fuerte de San Felipe de Bacalar, en la península mexicana de Yucatán, que le sirvió de base para conquistar el fuerte inglés de San Jorge en Belice, con lo que se aseguró una zona importante de esa costa caribeña.
 
          Los ingleses pretendían ocupar una zona de América Central que les permitiese unir el Pacífico con el Caribe y así dividir el virreinato de Nueva España. La misión de Matias de Gálvez era evitarlo con las escasas fuerzas que tenía y la gran extensión de territorio a defender.
 
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Vista del fuerte de San Fernando de Omoa. HND-04.  AGMM - IHCM
 
          En octubre de 1779, los ingleses sitiaron el Fuerte de San Fernando de Omoa. Pero Matías de Gálvez, se había adelantado, reuniendo un ejército de más de mil hombres, que condujo, en lo que fue una de las marchas más duras de esa guerra, a través de un difícil terreno de selvas y montañoso, hasta la costa de Omoa. Pero, poco antes de llegar, el fuerte cayó en manos inglesas. Matías recuperó el fuerte tras duros combates en apenas cinco días y además expulsó a los ingleses de otros lugares del golfo de Honduras (Puerto Limón, Quepriva, Mister Cric y Mosquitos).
 
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Estampa británica relativa a la conquista del fuerte de San Fernando de Omoa en octubre de 1779.
Fue reconquistado unos días más tarde por Matías de Gálvez. (Library of Congree. Washington D.C.)
 
          Viendo el peligro de las incursiones inglesas, Matías se desplazó a la provincia de Nicaragua, estableciendo su cuartel general en Granada y se preparó para la defensa del lago Nicaragua y los fuertes del rio San Juan. Pero no llegó a impedir la caída de los fuertes de San Juan y de la Inmaculada, aunque pronto los recuperaría. La toma del fuerte de San Juan merecería un libro aparte pues era una pequeña defensa con apenas 50 hombres que resistieron épicamente contra casi 1.000 ingleses y que, después de la entrega, fueron llevados prisioneros a Jamaica en un viaje calamitoso donde solo sobrevivieron tres hombres. Asimismo, la caída del fuerte de la Inmaculada solo se logró cuando los españoles se quedaron sin agua, sin municiones y sin capacidad para atender a los heridos, después de 18 días de asedio ante una fuerza muy superior.
 
          La defensa del lago Nicaragua y la recuperación del fuerte de la Inmaculada a principios de 1781 fueron una de las hazañas más importantes de la guerra contra Inglaterra, donde los ingleses perdieron cerca de 3.000 hombres, gracias a la iniciativa, el valor y las argucias de Matías de Gálvez ya que consiguieron victorias épicas y superaron dificultades que otros, en distintos momentos, suponían imposibles.
 
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Croquis británico del fuerte de San Juan de Guatemala realizado para el ataque de 1780.
El fuerte cayó tras una heroica resistencia, pero fue recuperado al año siguiente por Matías de Gálvez.
(Cortesía de René Chartrand)
 
          La fuerza naval inglesa que atacó esos fuertes la mandaba un joven capitán llamado Horacio Nelson desde la fragata Hinchinbrook. En esa campaña Nelson casi pierde la vida ya que se puso gravemente enfermo, por no estar acostumbrado a esos climas tan extremos, lo que obligó a evacuarle a Jamaica y luego a Inglaterra, donde estuvo de baja casi un año.
 
          Después de expulsar a los ingleses de Nicaragua, éstos perdieron su capacidad ofensiva por lo que Matías de Gálvez aprovechó la situación y continuó sus campañas en la costa norte de Honduras, donde los ingleses tenían varios enclaves, siendo el principal el de Port Royal en la isla de Roatán que conquistó en marzo de 1782, lo que constituyó una importantísima victoria ya que facilitó la caída posterior de otros enclaves, como Caribe y Quipriva, con lo que quedaban liberadas del yugo inglés tanto el interior como la costa caribeña.
 
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Relación de las tropas que combatieron a las órdenes de Matías de Gálvez en las campañas de Nicaragua y Honduras
(Colección Conde de Clonard, legajo 31. AGMM- IHCM)
 
          Gracias a esos éxitos, Carlos III ascendió a Matías de Gálvez a teniente general y le nombró Virrey de Nueva España donde permaneció hasta su fallecimiento en 1784. Matías de Gálvez recibió el bastón de San Cristóbal, como cuadragésimo octavo virrey de aquel territorio y el 28 de abril de 1783 fue solemnemente recibido en la ciudad de México como ningún otro virrey lo había sido hasta la fecha. Su estancia fue corta pero intensa ya que, entre otras cosas inició la construcción del castillo de Chapultepec, que luego su hijo Bernardo terminaría.
 
          Matías de Gálvez ayudó al establecimiento de la Academia de las Nobles Artes de San Carlos, fundada por cédula real del 25 de diciembre de 1783. Otra contribución notable a la vida cultural fue la reedición de La Gaceta de México, que era el periódico del virreinato.
 
          Matías de Gálvez fue recordado por la rectitud y prudencia de su gestión y murió a la edad de 67 años el 3 de noviembre de 1784, siendo enterrado en la iglesia de San Fernando de la ciudad de México. 
         
          El rey apreció tanto su labor que otorgó la dispensa del juicio de residencia al que estaban obligados todos los virreyes en América.
 
          Por todo ello, Matías de Gálvez se merece por méritos propios estar entre los más grandes héroes del ejército español, en un lugar al menos similar al de su hijo Bernardo.
 
2.- Antonio Gutiérrez y Otero (1729-1799)
 
          Es otra de las figuras españolas poco reconocidos, salvo localmente en Tenerife por una de sus hazañas, la victoria sobre Horacio Nelson, pero que fue uno de los que más contribuyeron a debilitar a los ingleses durante el siglo XVIII, con lo que facilitó la independencia de Estados Unidos.
 
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El teniente general don Antonio Gutiérrez
 
          Antonio Gutiérrez nació en Aranda de Duero el 8 de mayo de 1729 en el seno de una noble familia burgalesa. Desde muy joven, con solo 7 años, ya ingresa en el Regimiento de Milicias de Burgos donde se instruye en el arte militar. Con 14 años, en 1743, sale con dicho Regimiento hacia Italia con el grado de Teniente de Milicias, donde permanece hasta la finalización de la guerra de Sucesión austriaca (Paz de Aquisgrán 1748).
 
          En 1753 ingresa en el ejército regular como Teniente del Regimiento de Infantería de Mallorca con el que permanece en diversos lugares de la geografía española hasta que, ya con el grado de Teniente Coronel, marcha para América en 1765, permaneciendo en Montevideo más de 7 años donde participó en varias operaciones, destacando por su valor e iniciativa en todas ellas.
 
          Por ello en 1770 el Capitán General de Montevideo, D Francisco Bucareli y Usúa, le designa como jefe de las tropas expedicionarias de desembarco que derrotaron a los Ingleses en la Gran Malvina, Puerto Egmont, y como un precedente de lo que ocurrió en Tenerife en 1.797, permitió la salida de las tropas inglesas con honores. Este hecho sería la primera gran victoria de Antonio Gutiérrez contra los ingleses.
 
          En 1772 regresa a España ya con el grado de Coronel y el cargo de sargento mayor del Regimiento de Mallorca, donde permanece hasta 1775 en que se incorpora, con el Regimiento Inmemorial del Rey, a la triste expedición de Argel, donde demuestra sus magistrales dotes de mando, pero es herido gravemente en la cabeza. En esta operación coincide con Bernardo de Gálvez que también resultó herido.
 
          Ya en el empleo de brigadier participa en el asedio de Gibraltar y además formó parte en 1781 de las fuerzas embarcadas que se dirigieron a Menorca para su recuperación, lo cual se logró el 6 de enero de 1782, fecha que sirvió para instituir la Pascua Militar. Este hecho sería la segunda gran victoria sobre los ingleses de Antonio Gutiérrez. Gracias a los méritos contraídos, se le nombra en 1783 gobernador de la plaza de Mahón y Comandante Militar de Menorca y, posteriormente, ejerció el cargo de Comandante General de Baleares desde 1787 hasta 1790.
 
          En octubre de 1790 asciende a mariscal de campo y es nombrado Comandante General de las Islas Canarias y Presidente de la Audiencia, con sede en Santa Cruz de Tenerife, “por el grande mérito y buenas circunstancias que concurren en este oficial”. Gracias a la experiencia adquirida en otras campañas, Antonio Gutiérrez reorganiza las fuerzas a sus órdenes y prepara concienzudamente la defensa de las islas.
 
          Tras la declaración de guerra a Inglaterra en 1796, ocurre en Tenerife una de las páginas más gloriosas de nuestra Patria: la victoria del General Gutiérrez contra la escuadra de Horacio Nelson el 25 de julio de 1797, donde perdió su brazo derecho.
 
          Esta era la segunda vez que Nelson era derrotado por los españoles tras la campaña en 1781 de Matías de Gálvez en el Río San Juan de Guatemala y también era la tercera gran victoria de Antonio Gutiérrez sobre los ingleses.
 
          Será difícil encontrar un historial tan completo como el de Antonio Gutiérrez en los anales españoles y queda demostrado que todas sus acciones, tanto en Europa, como en África y América, contribuyeron de una manera muy importante a debilitar el poder inglés, con lo que se aceleró la independencia de Estados Unidos. 
 
3.- Manuel de Salcedo (1738-1810)
 
          Este militar no tiene la relevancia de Matías de Gálvez o de Antonio Gutiérrez pero participó en momentos claves de la historia española que influyeron en la independencia de Estados Unidos.
 
          Manuel de Salcedo nació hacía 1738 en Bilbao. Desde los 16 años ingresa en las milicias del ejército y ya en 1761, como Teniente de Infantería de Milicias destaca en la Guerra de los Siete Años luchando contra los ingleses en el Señorío de Vizcaya.
 
          En 1775 asciende a capitán y se casa en Málaga donde nace su hijo Manuel que llegaría a ser gobernador de Texas. En 1777 llega a Tenerife como sargento mayor de la plaza y enseguida se adapta a su cargo y congenia con la sociedad civil, quienes incluso en 1786 le designan alcalde electo de la ciudad de Santa Cruz, cargo que rechaza por su condición de militar en activo. Más tarde, en 1789 es designado Teniente de Rey de la Comandancia General de Canarias y asciende a Coronel en 1792 ocupando el mismo cargo.
 
          En julio de 1797 participa activamente en la victoria sobre la escuadra inglesa de Horacio Nelson en Santa Cruz de Tenerife y es felicitado y propuesto para un ascenso por el General Antonio Gutiérrez.
 
          Permanece en Tenerife hasta que en 1799 es nombrado Gobernador de Luisiana, cuando ya tenía 61 años. Por razones de salud propia y el fallecimiento de su mujer, no se incorporó a Nueva Orleans hasta 1801, siendo el último gobernador de español de esa provincia en la época cuando España decidió devolverla a Francia.
 
Edicto Salcedo Custom
 
Edicto de Manuel de Salcedo cuando era Gobernador de La Luisiana
(Colección General de documentos, 5-1-10-3.  AGMM - IHCM)
 
          El Tratado de San Ildefonso estaba fechado el 1 de octubre de 1800, por el que España transfería Louisiana a Francia, pero Carlos IV no firmó esa cesión concreta hasta el 15 de octubre de 1802, y la ceremonia oficial tuvo lugar el 30 de noviembre de 1803 en la plaza de armas de Nueva Orleans, tres años más tarde del Tratado, ya que se mantuvo en secreto por asuntos de estado entre España y Francia.
 
          Sin saberlo la corte madrileña, Napoleón firmó en París, el 2 de mayo de 1803, la venta de la Luisiana a los americanos por 15 millones de dólares, cuestión que prohibía expresamente el Tratado de San Ildefonso. No obstante, España no emitió acciones legales al respecto. Por ello, apenas un mes después de entregar España la Luisiana, Francia hace la entrega a Estados Unidos el 20 de diciembre en la misma plaza de Nueva Orleans.
 
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Bandera del Regimiento Fijo de La Luisiana (réplica). Museo Militar (Tenerife)
 
 
          No obstante, el puesto español de San Luis de Illinois no fue entregado hasta el 10 de marzo de 1804, debido a su lejanía y a la definición de límites que se estudiaba.
 
          Manuel de Salcedo, que ascendió a Brigadier en 1802, fue el comisario nombrado para la entrega de la Luisiana por lo que fue el responsable de realizar el inventario de bienes y el encargado de hacer el estudio de límites de esa provincia, cuestión muy importante para el resto de las posesiones españolas. Cuando finalizó sus trabajos, en mayo de 1804 regresó a España, permaneciendo en Cádiz y posteriormente en Sevilla hasta su fallecimiento hacia 1810.
 
4.- Andrés Amat de Tortosa (1733-1795)
 
          Nació en el pequeño pueblo almeriense de Huécija el 22 de junio de 1733. Posteriormente se casó en Valladolid con Dª  Eufrasia Gutiérrez del Mazo en 1747 y tuvieron 7 hijos. En 1751 ingresó en el cuerpo de artillería, en los empleos de cadete y subteniente hasta 1763, en que es nombrado Teniente de ingenieros. Hasta 1775 participa en campañas en Melilla, Oran y Mazalquivir.
 
          Llegó a Tenerife con su familia en 1775 con el empleo de capitán de ingenieros, donde permaneció 13 años realizando multitud de obras para reforzar las defensas de las islas.
 
          En 1778 se hace cargo de la recluta de soldados para formar el Batallón de Luisiana, sustituyendo a Matías de Gálvez por su marcha a Guatemala. Ascendido a teniente coronel en 1779, desarrolla una corriente intelectual muy importante en las islas fundando el primer semanario impreso de Canarias.
 
          En 1787 es nombrado Corregidor Intendente de la ciudad y provincia de Guanajuato, en Nueva España (hoy Estado de Guanajuato en México) donde asciende a Coronel en 1790. Era como un gobernador provincial, con competencias sobre justicia, guerra, hacienda y policía. Por razones de salud se jubila en 1791.
 
          Su labor durante la recluta del Batallón de Luisiana fue fundamental para conseguir que Bernardo de Gálvez tuviese suficientes hombres para sus campañas en aquella provincia. Se debe tener en cuenta que los 700 soldados reclutados fueron con sus familias, con lo que se trasladaron a Luisiana casi 4.000 personas que sirvieron para asentar aquella zona y, aun hoy día, sus descendientes mantienen las tradiciones y costumbres españolas.
 
5.- Antonio de Ulloa y de la Torre (1716-1795)
 
          Contar la vida y semblanzas de Antonio de Ulloa no es motivo de este artículo ya que abarcaría mucho espacio.
 
          Antonio de Ulloa fue un marino ilustrado, dotado de una mente privilegiada y de un profundo sentimiento humanitario. Llevó a cabo con notable éxito multitud de misiones científicas y militares, siempre al servicio de la Corona. Apenas con 14 años ya empieza su vida de marino en 1730 como Aventurero de la Armada y marcha en 1731 en su primer viaje a América, hasta Cartagena de Indias.
 
          En 1735, ya de teniente de navío, fue designado junto a Jorge Juan para acompañar a una expedición francesa a Perú a medir por primera vez un arco de meridiano. Regresa a España en 1746 después de su brillantísima misión, donde llegó a descubrir un nuevo metal: el platino que tanto benefició a la industria.
 
          Desde 1758 hasta 1763, fue designado gobernador y superintendente de la más importante mina de mercurio en América, la de Huancavelica en Perú, donde tuvo que enfrentarse a las autoridades locales para imponer sus avances científicos y evitar la corrupción existente.
 
          Al finalizar la guerra de los Siete Años y obtener España el territorio de Luisiana, en 1776 Antonio de Ulloa fue nombrado como el primer gobernador de Luisiana, donde tuvo serios problemas para cumplir su misión quizás por la escasez de fuerzas que le acompañaron, menos de 100 hombres, en comparación con la inmensidad del territorio asignado, pero también por la animadversión de los residentes franceses de Nueva Orleans que le hicieron la vida imposible, llegando a sublevarse en 1768, con lo que Ulloa tuvo que regresar a España. El siguiente gobernador, Alejandro O´Reilly, volvió a Luisiana en 1769 con una gran flota y más de 3000 hombres y pacificó la zona.
 
          En 1776, con 60 años, es nombrado comandante de la Flota de Nueva España, donde se premiaba su categoría científica, saliendo de Cádiz en mayo de 1776 al frente de la que sería la última flota de Indias volviendo a Cádiz en 1778. 
 
          En 1779 fue ascendido a teniente general  de la Real Armada y nombrado, poco antes de su fallecimiento, Director General de la Armada española, cargo que demuestra una brillante carrera como marino, gobernante y hombre de ciencia.
 
          Con motivo del bicentenario de su nacimiento, la Armada puso una lápida en el Panteón de Marinos Ilustres donde puede leerse:
 
                    "A la Memoria del Excmo. Sr. D Antonio de Ulloa y de la Torre Bernardi, Caballero de la Orden de Santiago y Comendador de Ocaña, Teniente General de la Armada Española, Socio correspondiente de las Reales Academias de París, Londres, Estocolmo, Berlín y Bolonia, enviado con algunos académicos parisienses a la provincia de Quito para medir algunos grados terrestres en la región equinocial, con lo que se aclarará más la magnitud del Mar y la figura de la Tierra y después ocupado en muchos trabajos públicos se mostró siempre con los servicios prestados fiel al Rey y apareció como modelo de amor a la Patria que, agradecida, le dedica esta lápida en el Bicentenario de su muerte. Sevilla 1716 - Real Isla de León 1795"
 
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