La obra del Cuartel de San Carlos. Año 1850
Por Luis Muñoz y Fernández Vázquez* (Adaptación de José Manuel Padilla Barrera) (Publicado en La Opinión el 7 de enero de 2018)
D. Luis Muñoz y Fernández Vázquez siendo Brigadier de Ingenieros
Amable lector: Si me estás leyendo es porque alguien habrá encontrado y sacado a la luz, en un día no sé cuanto de lejano, el cajón de madera de tea que hoy he colocado sobre la puerta de la derecha de la 2ª cuadra de Artillería en el cuartel de San Carlos a los siete meses de comenzada su construcción. Como verás, si tienes la bondad de continuar la lectura, el proyecto del cuartel va firmado por mí, pero sólo ha sido por efecto de obediencia, por eso quiero expresar mi agradecimiento a quien haya realizado este hallazgo, agradecimiento que le he hecho patente haciéndole el obsequio de dos botellas de vino, vino nuevo del país, de la cosecha de 1850. Porque ese descubrimiento va a permitir que, andando el tiempo, se conozcan los motivos de mi disgusto y disconformidad que figuran en esta memoria de la obra que he introducido en un frasco de cristal dentro de la arqueta.
El 21 de mayo de 1850, acopiados los materiales se dan principio a los trabajos del nuevo Cuartel de San Carlos aprobado por R.O. de 4 de enero de 1848, previa la orden del Excmo Sr. Brigadier Director Subinspector de Ingenieros de estas Islas y el necesario permiso del Excmo. Sr. Gobernador Militar de la Plaza, e igualmente de acuerdo y consentimiento del M.I. Ayuntamiento de esta capital. Antes, por haberse considerado ventajoso para el aspecto y servicio público se ha variado la dirección y se ha reformado el piso de las calles de San Telmo, de la Muralla y del Humo; con cuyas variaciones y transformaciones ha resultado un aumento de solar para el cuartel de unas 1.283 varas cuadradas.
Copia del plano original del proyecto del Cuartel de San carlos, añadiendo una cuadra
Ante todo considero mi deber reproducir mi opinión ya manifestada en la memoria que acompañó al plano del proyecto que se me ordenó hacer para este local, sobre su poca acertada elección por las desventajas que ofrece, no sólo por el mayor gasto que ha ocasionado y ocasionará el gran desnivel del terreno que comprende; que lo hace mucho más costoso que el que hubiera tenido la misma obra en los que señalé en la memoria:
El primero frente a la fachada S. del Hospital Militar (Capitanía General) dejando entre uno y otro edificio por el que pasa el único camino arrecife (Rambla de Pulido) que sirve de comunicación de esta capital a todas las demás poblaciones de la isla una plaza capaz de formar un batallón.
El segundo entre la fachada O. del Hospital Militar y el Camino de los Coches (Ramblas) a 1.350 varas del mar y 350 del Hospital con su fachada principal mirando al E.
En estos dos solares, que tenían el mismo dueño, existió el mismo problema que fue su negativa a enajenarlos por la inmensa utilidad que le ofrecían, destinados al cultivo de nopales para la cría de la cochinilla.
Por último propuse este solar de la Casa Cuartel de San Carlos, pero sólo la urgencia, o sea las circunstancias, pudieron llevarme a proponer para cuartel este edificio y local. Esta casa cuartel es un edificio construido en 1785 por disposición del Comandante General marqués de Branciforte por medio de suscripciones voluntarias y donativos que se dedicó a hospicio bajo la advocación de San Carlos, hasta que por falta de fondos en el año 1799 se arrendó para cuartel de las tropas de esta guarnición. Hace dos años el Ayuntamiento decidió enajenar el edificio aprovechando la necesidad que tiene la Capitanía General de construir un cuartel que ponga término a los conflictos que con frecuencia se producen por carecer de local apropiado para alojar a la tropa. La escritura de la venta se firmó en agosto de 1849 y su importe fue de 81.736 reales, los dos tercios de la valoración que hizo el arquitecto don Manuel Oráa. Este dinero se está empleando en construir un teatro en el solar que antes ocupaba el convento de Santo Domingo.
Y lo que es más importante; hay lugar para creer que este local es insalubre por estar bajo, al nivel de la playa, y en una cañada donde los efectos del sol son sofocantes casi todo el año y descubierto a los vientos del E. y S. que tan mal efecto hacen en estas islas, que ocasionan generalmente el sentirse desazonados siempre que soplan de esta parte. Y se ha observado que desde el mes de Mayo al de Diciembre que es el tiempo en que se han hecho los trabajos no ha habido un solo operario ni empleado de unos 120 que de ordinario se han empleado en ellos que no hayan tenido que retirarse por enfermos, una o más ocasiones, y de gravedad algunos y no pocos de males en su vista, por ser esta playa donde arrojan las basuras la mayor parte de los vecinos de este barrio que es el más pobre de la población, donde las casas carecen de agua y muchas de comunes y sumideros, por los malos olores que exhala la playa en las bajas mareas y porque las brisas que son los vientos reinantes llevan hacia el cuartel esta fetidez. Es opinión de los facultativos que las oftalmias o males de la vista que padecen con generalidad los soldados acuartelados en él, que ha dejado ciegos a algunos, son ocasionados por estos accidentes; pues se observa que siendo muy general esta enfermedad en los que habitan en este cuartel, es muy raro en la tropa de la Brigada de Artillería, que está acuartelada en una casa del barrio opuesto de la población situada unas 24 varas más alta que la playa, aunque a la misma distancia de ella que el cuartel de San Carlos.
De la fecha en que se hizo el proyecto a la de hoy se le ha añadido un defecto de no poca consideración por haber quedado sin la noria y estanque por la transacción hecha antes de verificarse la compra de este edificio y huerta con el propietario colindante el Teniente Oficial Archivo don Pablo Cifra, pues priva al cuartel del agua que necesitaba para regar y asear el edificio y han sido infructuosas cuantas gestiones ha hecho esta Comandancia para conseguir que facilitase alguna agua, aunque sólo fuese una o dos pipas diarias para el aseo de los comunes, habiendo llegado su negativa y poca consideración a exigir modificar los derrames o vertientes de un pequeño común para que se dirijan dentro del cuartel y no vertieran dentro de su propiedad, a pesar que más que daño le produce beneficio.
Formación en el patio del cuartel. Se ve claramente la noria objeto del litigio con el teneiente Cifra
Mi deber y conciencia no me permiten dejar pasar en silencio estos accidentes tanto más cuanto que el proyecto aparece firmado por mí; cuando ha sido sólo por efecto de obediencia; y por cuya razón presenté en la memoria que acompañé al plano varios de estos inconvenientes para su elección.
Como me he encontrado desde el principio de los trabajos sin Maestro y con sólo un celador que ha facilitado en clase de auxilio la Comandancia de Las Palmas, que como nuevo en esta clase de servicio y sin práctica ni conocimiento de la faenas de esta clase de obras; y aunque por esta extrema falta de auxilios he tenido precisión de hallarme todos los días en el punto de la obra al empezar los trabajos; y pasar de 4 a 6 horas diarias en él, al menos para trazar la labor de piedra y disponer hasta las menores faenas, lo que he practicado a pesar de haber sufrido como todos varias indisposiciones de salud, no obstante mi privilegiada robustez; pero no he podido evitar un exceso de gastos y pérdidas ya de tiempo ya de materiales de bastante consideración, habiéndose agregado el tener que pagar por entero el jornal a los operarios que se retiraban por enfermos, a lo menos por el día que lo hacían y esto acaecía todos los días. A otros cuatro operarios que se han lastimado por caídas de andamios o golpes, se les ha abonado por antigua y justa práctica sus jornales durante sus males, o al menos la mitad.
La falta de madera para andamios, que por escasez y prohibición de cortes no se han podido conseguir las necesarias hasta el mes de noviembre, ha obligado a servirse de prestado y ha sido necesario devolver algunas a sus dueños interrumpiendo los trabajos y siempre han estado escasas y las faenas de cambiar andamios han invertido muchos jornales sin utilidad. También contribuye al aumento de gastos el alto precio que desde que se formó el presupuesto a la fecha han tomado las maderas por la gran escasez que cada día aumenta en estas islas y haber sido preciso comprarlas al único comerciante que las expende.
Por la no costumbre, en el país, de hacer contratas de materiales para fabricar y carecer de empleados que poder destinar al beneficio de canteras y labor de las piedras, ha sido preciso comprar la cantería a un precio mucho más alto que el que se supuso poder conseguirla cuando se hizo el presupuesto. En fin, se han reunido una porción de accidentes desventajosos para la conveniente economía. Pero estos accidentes han sido inherentes a las circunstancias del país, pues no ha habido en épocas anteriores en que se hayan hecho obras de consideración y en el presente año hay cuatro a gran escala en esta plaza. A saber: el nuevo muelle, obra del ingeniero de caminos don Francisco Clavijo y Pló, hermano, por cierto, de cuatro compañeros del Real Cuerpo, uno de ellos muerto heroicamente en el sitio de Aliaga, un teatro y una plaza de abastos del arquitecto don Manuel Oráa y nuestro cuartel. Lo cual ha sido un bien incalculable para el país, pues sin las obras hubieran perecido de necesidad muchas de las familias de los empleados en ellas, habiendo venido con este motivo de otras islas una gran cantidad de personas en busca del trabajo que aquí se les ofrecía. En nuestra obra de los 94 entre empleados y operarios sólo 21 son de esta isla, 17 del propio Santa Cruz, el resto son 29 de Gran Canaria, 31 de Fuerteventura, 5 de Lanzarote, 4 de La Palma, un valenciano, un alicantino y dos asturianos. La diferencia entre los 120 hombres que antes dije y los 94 pertenecen a subcontratas. Pero esto mismo ha hecho necesario emplear operarios poco hábiles, o simplemente braceros poco a propósito para los adelantos regulares en las fábricas. Para 7 carpinteros, 11 albañiles, 6 labrantes y 6 cabuqueros hay 58 peones de albañil. No obstante lo cual la fábrica es de la mayor solidez y buen aspecto, con notable ventaja a todas las de la población.
En lo único que ha habido alguna economía ha sido en la cal, ya que la más cara que se ha comprado ha sido de 4 reales fanega, cuando el precio ordinario es de 5 y eso ha sido porque la escasez de lluvias en las islas este año ha tenido paralizados los trabajos de agricultura y los braceros en la isla de Fuerteventura se han dedicado a quemar piedra de cal para subsistir.
En el momento de escribir esta memoria están construidas las dos primeras cuadras, aunque el pavimento está aún terrizo por no haber podido conseguir las losas que están pedidas hace más de seis meses y solo se han recibido para el embaldosado de las calles y pavimento del almacén. La cuadra es de 42 varas de largo, 13 de ancho y 8 de alto interiormente y sus paredes tienen 27 pulgadas de grueso. Su fábrica está compuesta de 233 varas3 de mampostería de piedra viva en sus cimientos, 758 varas cúbicas sus paredes y pretiles, de la misma clase de piedra que es la preferente para fábricas en el país, 197 varas cuadradas de sillería, 27 varas lineales de cornisa en su frente y ángulos de la espalda y 116 varas lineales de cordón o sea remate de la fábrica. Siete pilares sostienen los ocho arcos que dividen la cuadra. El zócalo, las esquinas, los huecos de puerta y de ventana, las bases y las cabezas de los pilares y las semipilastras del testero para los arcos del pórtico van revestidos con cantería labrada. Esta cantería procede de una cantera nuevamente descubierta en el sitio llamado de los Campos, media legua al N. de la población, que se ha estado usando no sólo en esta fábrica sino también en el nuevo teatro y plaza de abastos hasta que se ha concluido esta clase de piedra en la cantera, lo cual ha obligado a buscar otra lo más igual o semejante posible, en vista y consistencia a la empleada en esta fábrica. Se ha hallado en el valle de San Andrés, distante una y media legua de la población, pero ha resultado más clara de color, casi blanca y además hay que conducirla por mar, por ser impracticables los caminos o veredas entre estos puntos. Estos accidentes han ocasionado que se hayan suspendido los trabajos por algún tiempo en las otras dos, pero no en los del cuartel por la variedad de clases de fábrica que ha ofrecido el curso de ellos, si bien han ocasionado atrasos y pérdidas sensibles.
Las puertas y ventanas son de madera de pino tea canario, al igual que las cadenas, vigas, riostras y tilla que sostienen la cubierta de azotea que está construida según el sistema que es propio de estas islas porque se utiliza una tierra arcillosa, a la que llaman mazapéz, que sólo se da aquí. Este mazapéz se obtiene, cerca de la obra, de las inmediaciones del Depósito de Pólvoras y del castillo de San Juan. La azotea de la cuadra es de 520 varas cuadradas y está compuesta por 202 vigas de 7 varas de largo, que son las que se expenden en la plaza, y 8 por 4 pulgadas de escuadría, arriostradas con dos cadenas en toda su longitud de cada uno de sus lados; de una capa de rajas de 2 pies de largo, tendidas sobre las vigas en sentido perpendicular a ellas; esta tilla, que es como se conoce aquí a las rajas, está cubierta y sujeta con una capa de torta o barro de mazapéz mezclada con paja de rastrojo de trigo que apisonado queda de unas 2 ¼ pulgadas de espesor, otra capa de la misma clase de torta de doble espesor que la primera después de bien apisonada y sobre esta otra capa de hormigón formado por 3 partes de cal y 5 de zahorra o picón, que fuertemente apisonado queda reducido su espesor a unas 4 ½ pulgadas, esta última capa queda alisada o bruñida su superficie con callaos por espacio de 3, 4 o más días.
Interior de una cuadra (dormitorio de tropa)
Se han construido también las cocinas para la tropa y para sargentos. adosadas al lado N. desde el ángulo del N.E. con tres campanas de chimenea para la primera y una para la segunda, con luz y ventilación en el centro de sus azoteas ambas.
Están terminados los lavaderos que disponen de 12 pilas, con dos pequeños depósitos para surtirlos de agua, que también abastecen a las cocinas.
El común para la tropa dispone de un local de 47 varas cuadradas, tiene construido una arco que divide los 6 agujeros o asientos que debe tener, 3 a cada lado y el plano inclinado o derrame hacia el depósito cerrado que debe construir en su propiedad el colindante Cifra a consecuencia de la transacción hecha por éste con el M.I. Ayuntamiento, cuya construcción se le reclamó el 17 de diciembre de 1847, se repitió la demanda el 1º de agosto último y aún está por ejecutarse.
Se ha construido en el 1er patio del cuartel un aljibe con 11.340 pies cúbicos de cabida, habiéndose dado esta gran cabida por la pérdida de la noria. Para suministrarle de agua se ha instalado una cañería de 306 varas lineales hasta el arca o registro del puente en el barranco de Santos, donde se encuentra la fuente pública que abastece a este barrio del Cabo. Tanto la cañería como el aljibe han sido construidas por contrata.
Por todas las fundadas razones que más arriba apuntaba soy del parecer de que sin el auxilio de un oficial del Cuerpo para el Detall, un maestro de obras y mejor Maestro Mayor no debe continuarse la obra, pues aumentaría considerablemente su costo y si la Divina Providencia me ha favorecido este año más que a los que se han empleado en estos trabajos, tal vez no podré resistir otro año y sin una continua asistencia de persona celosa e inteligente en fábricas es imposible seguir, porque son pocos los operarios inteligentes para esta clase de trabajos.
Esta memoria, que he depositado hoy lunes 13 de enero de 1851, es copia fiel de la que hace ya días envié a mis superiores. No ha tenido respuesta alguna. Sólo tú, desinteresado lector, podrás juzgar, libre de todo prejuicio, de la justicia de mis quejas y si no, al menos, reconocer que me he producido sin ninguna torcida intención al expresarme como lo hago.
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*Luis Muñoz y Fernández Vázquez fue Ingeniero Comandante de la Comandancia de Ingenieros de Santa Cruz de Tenerife entre los años 1841 a 1852.