Palabras del Alcalde en la presentación del libro "Retales de la Historia" de Luis Cola
A cargo de José Manuel Bermúdez Esparza (Palacio Municipal de Santa Cruz de Tenerife, 24 de octubre de 2016)
Hay actos como éste que son difíciles de gestionar desde el punto de vista personal e institucional. Por un lado, la presentación de un libro siempre es motivo de alegría, pero por otro, la ausencia de su autor nos entristece enormemente. Más si ese autor es Luis Cola Benítez; más si este autor fue cronista oficial de la ciudad; más si ese autor fue una persona tan querida como Luis Cola Benítez.
Créanme si les digo que mi obligación institucional es hoy mínima en comparación con la admiración y el respeto que siempre profesé a una de las personas que mayor conocimiento atesoró de la historia de Santa Cruz. Pero sobre todo, una persona que amó como pocos a su ciudad. En ocasiones desde la crítica constructiva, pero siempre desde el rigor histórico, su ingente labor investigadora constituye un patrimonio a defender y promocionar.
Este acto que celebramos en el Salón de Plenos trasciende hoy la mera puesta en circulación de un producto cultural, para convertirse en un homenaje solemne y sincero a Luis Cola Benítez; a su fecunda producción a favor de la ciudad, a su vida como chicharrero ejemplar y a la herencia que deja a futuros investigadores históricos.
Pero, además, el propio libro que presentamos a título póstumo tiene vocación de permanencia, no en vano están recogidos los artículos periodísticos que Luis Cola venía publicando bajo la denominación genérica de ‘Retales de la Historia’.
Con motivo de su fallecimiento, fue publicado en la prensa un artículo de este alcalde, que me permitirán recuerde en uno de sus párrafos, dada la proximidad física del Archivo Municipal en el que tanto tiempo pasó:
“Raro era el día que Don Luis Cola Benítez no bajaba al sótano del Palacio Municipal para enfrascarse en los legajos y documentos del Archivo Histórico Municipal. Me consta que allí, entre retales de la historia, fue plenamente feliz. Allí, entre actas y expedientes seguramente amarillados por el paso del tiempo, Don Luis Cola no solo cumplía con su desempeño de cronista oficial de Santa Cruz, sino que renovaba día a día su compromiso absoluto con la ciudad que lo vio nacer”.
Efectivamente, aquí cerca, bajo este suelo que pisamos ahora, don Luis Cola escudriñaba documentos en su condición de cronista oficial, puesto que venía desempeñando desde el año 2011, pero sobre todo daba rienda suelta a su pasión investigadora.
Siempre estuvo cerca de la ciudad, pero en los últimos años se metió literalmente en los recovecos históricos de Santa Cruz para ofrecernos nuevas y atractivas lecciones sobre nuestro pasado.
Santa Cruz, lo he dicho muchas veces en estos últimos meses, está en deuda con Luis Cola Benítez. Y Santa Cruz es una ciudad agradecida y de recta conducta, que ha comenzado a saldar la deuda con este acto que celebramos hoy en el Salón de Plenos, pero cuyo mayor éxito será mantener vivo el recuerdo de uno de sus hijos más ilustres.
Y tengan por seguro que me encargaré de ello.
Muchas gracias
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