El patrimonio histórico de Santa Cruz (10). La plaza de la Ermita de San Telmo
El patrimonio histórico de Santa Cruz se cae… y no hay quien ponga una mano (10)
PLAZA DE LA ERMITA DE SAN TELMO
Luis Cola Benítez (La Opinión, 01-06-2010)
La ermita de San Telmo es uno de los edificios religiosos más antiguos de la ciudad, pues puede datarse en el primer tercio del siglo XVI. Es el último testimonio, una modesta pero auténtica reliquia del que fue el primer barrio de pescadores y hombres de la mar de Santa Cruz, en cuya antigua plaza que le daba frente, hoy desaparecida, se reunían con panaderos, herreros y otros artesanos, formando el núcleo de uno de los más populares barrios del Lugar y Puerto. Era el lugar en que se celebraban las más sonadas fiestas, bien en honor del Santo de su advocación, patrón de los marineros, o en la festividad de la Santa Cruz que da nombre a la población.
La ermita sufrió innumerables vicisitudes durante largos años, y en ella se han ubicado a veces almacenes, cocinas económicas u hospitalillos de observación en las epidemias, e incluso el pasado siglo estuvo a punto de desaparecer bajo la piqueta de un mal entendido progreso urbanístico, olvidando o menospreciando su importante historial. Restaurada no hace mucho tiempo, mantiene dignamente su interior, pero la situación que presenta su entorno es totalmente inadecuada para lo que el modesto templo representa en la historia de la ciudad. Rodeada por una depauperada verja que pretende protegerla de actos vandálicos y que es un insulto al buen gusto, la nueva plaza que se ha dejado a su costado lleva años vallada, al parecer en espera de ser acondicionada.
En su momento publicó la prensa que en su subsuelo se le permitiría instalar a Unelco-Endesa los transformadores que hoy ocupan costado Norte de la Plaza de Europa, a cambio de urbanizar la plaza, pero pasa el tiempo y el aspecto de aquel histórico rincón, sucio y abandonado, resulta denigrante para cualquier ciudad que se precie. Por si fuera poco, la línea del tranvía transcurre a tan poca distancia de la puerta de la ermita que hasta resulta peligroso el acceso a la misma.