Olivia Stone: Aproximación a una biografía desconocida.

 
Por Daniel García Pulido  (Publicado en El Día / La Prensa el 15 de febrero de 2015).
 
 
Para ti, teacher, 
por transmitirme el privilegio 
de conocer, desde muy pequeño,
a todos estos, tus viajeros y viajeras,
a quienes con tu trabajo rescataste del olvido.
 
 
 
          Para quien se adentra en el estudio y la lectura de las obras clásicas de la literatura de viajes en las Islas Canarias hay algunos nombres e identidades que, a fuerza de ser utilizadas una y otra vez como recursos para acercarnos fielmente al pasado -como testimonios directos que fueron de una realidad vital hoy anhelada- nos resultan cotidianos, habituales, incluso diríamos que hasta familiares. Nombres como los de Elizabeth Murray, Sabino Berthelot, René Verneau, André Pierre Ledrú, Hermann Christ o el propio Alfred Samler Brown, por citar algunos entre tantos, traen a nuestra memoria retazos de este o de aquel episodio de la historia y del paisaje insular que fueron rescatados con primor por aquellos trotamundos durante su estancia isleña en el Ochocientos, reflejando sus apuntes a través de la pluma, acompañada a veces asimismo del pincel, de la plumilla o de la cámara fotográfica.
 
          No obstante, al focalizar sobre estos autores nuestra atención revertiendo ese paradigma y convirtiendo al visitante en objeto de introspección, cuando se trata de indagar las circunstancias particulares de esos mismos protagonistas tratando de saber algo más sobre sus vidas, sus intereses, la razón de su viaje a las Islas, no son pocas las ocasiones en que nos encontramos con una densa niebla de desconocimiento que cercena nuestros desvelos e inquietudes. En la mayor parte de las ocasiones se trata de biografías resueltas a base de trazos sencillos, con certeras indicaciones a sus profesiones, rangos o cargos, a sus inapelables fechas de nacimiento y/o defunción, a la identidad de sus esposos/as... si bien existen casos que ni siquiera han logrado avanzar mucho más allá del esclarecimiento del propio nombre y apellidos del visitante. En este sentido creemos que si existe un viajero/a que ejemplarice esta peculiar situación de casi total anonimato debemos acudir de forma insoslayable a la enigmática figura de Olivia Stone, cuya obra Tenerife y sus seis satélites constituye uno de los referentes -posiblemente el más importante- dentro de la literatura extranjera sobre Canarias (Nota 1)
 
        El libro escrito por Stone, que ocupa meritoriamente un parangón de privilegio en la bibliografía foránea sobre el Archipiélago (2), fundamenta su relevancia no solo al tratarse de una de las primeras obras en reflejar la descripción y visita puntual a todas y cada una de las siete islas, así como a la inmensa mayoría de sus poblaciones principales -lo que ya en sí constituye un auténtico hito inédito y digno de ser alabado-, sino también debido a la variedad de los registros recopilados por la incansable viajera, con referencias que van desde el ámbito etnográfico, gastronómico o climatológico a detallar resabios históricos, sociodemográficos o sencillamente anecdóticos, todo en ese lenguaje característico y crítico asociado a la mirada victoriana del momento (3)
 
          Las primeras indicaciones acerca del peculiar anonimato que rodeaba la figura de Olivia Stone nos han llegado gracias al excepcional y precursor trabajo de investigación sobre los viajeros británicos efectuado por el doctor catedrático José Luis García Pérez, quien ya nos avanzaba las causas de este desconocimiento:
 
                    "Desgraciadamente hasta hoy ha sido imposible conocer algo de su biografía ya que al tomar el apellido de su marido todo rastro de su quehacer anterior ha quedado oculto" (4).
 
          Siguiendo esas directrices parecía obvio que las únicas pautas conocidas acerca de esta viajera, agazapada según las normas al uso tras el apellido de su esposo, vinieran plasmadas en la portada y prolegómenos de la propia edición de su Tenerife y sus seis satélites -editada en dos volúmenes en Londres en 1887 por Marcus Ward & Co. Limited (5), con una reedición corregida y aumentada dos años más tarde, en 1889, en un solo tomo-. Estas páginas iniciales, unido a la lectura de algunos pasajes del libro y a las puntuales referencias en prensa que suscitó la aparición de esta importantísima obra (6), habrían de constituir el único material sobre el cual fundamentar un proceso de búsqueda que nos ayudase a adentrarnos en la vida de Olivia Stone.
 
          Del frontispicio anteriormente citado se rescata la identidad y la presencia cercana del marido de nuestra protagonista, de nombre John Harris Stone, abogado en ejercicio, M.A. (Master of Arts) (7), F.L.S. (Fellow -miembro- of the Linnean Society) y F.C.S. (Fellow -miembro- of the Chemical Society), y de la dedicatoria misma de la obra surgen los nombres de los que, a primera vista, parecen ser los tres hijos de la pareja: Hartrick, Dudley y Erik (8). De la lectura atenta de la obra sobre las Islas pueden entresacarse referencias como la autoría por Olivia Stone, poco tiempo antes, en 1882, de otra narración de corte típicamente literario de viajes, bajo el título Norway in June (9); de la llegada a las islas a bordo del vapor francés "Parana" -de la "Chargeur Reunis"-; o de la causa del retraso en la publicación de su trabajo, con una demora de casi tres años después de su estancia en las Islas. La viajera anota puntualmente en la introducción de Tenerife y sus seis satélites que todo fue "debido a una grave enfermedad que duró 18 meses, causada por el exceso de trabajo y mi preocupación por publicar estos volúmenes" (10).
 
          A lo largo del texto Olivia Stone efectúa constantes insinuaciones y guiños a la tierra irlandesa -como avanzando de facto su naturaleza y origen de dicha región- (11), y nos presenta al círculo de colaboradores y amistades que estableció en el tiempo que permaneció en las islas y en los años en que estuvo preparando la edición, con personajes que podríamos subdividir en varias categorías: por un lado, el entorno consular, como los vicecónsules John Howard Edwards (Tenerife), James Miller (Gran Canaria) o John Thomas Topham (Lanzarote); por otro, la colonia británica o anglófila afincada en las islas, como John y Hugh Hamilton, Mr. Reid, John Swanston o George John Graham-Toler; a continuación, un elenco de personalidades europeas o extranjeras residentes en tierra canaria como Hermann Wildpret, G.B. Nixon o Arthur Henry Bechervaise; y obviamente, los miembros de la burguesía y nobleza isleña que no dejaron de atender al matrimonio Stone durante su estancia: Lorenzo Machado Benítez de Lugo, Alberto Cólogan Cólogan, Luis Renshaw de Orea, Juan de la Guardia o Gregorio Chil y Naranjo (12). Como refuerzo de este vínculo afectivo y de agradecimiento con el Archipiélago no podemos soslayar las entrañables palabras que dirige a los canarios, que no nos resistimos a copiar en este punto: 
 
                    "Quisiera decir a los amigos de las islas que leyeron este libro que en todo lo que he escrito ya sea de virtudes o de faltas he sido animada siempre de un sentimiento bondadoso hacia los habitantes y de amor hacia su tierra feliz, las preciosas islas de los Bienaventurados [..]. Siempre recordaremos las islas como nos parecieron a nosotros, verdaderas islas Felices, lo más parecido a un paraíso terrenal del cual pudiera cantar un Morris o un Tadema pintara" (13).
 
          Atendiendo a estas escuetas referencias parecía obvio que, a fin de conocer alguna referencia más acerca de la vida y dilucidar en sí la identidad de Olivia Stone, debíamos bucear en la biografía de su esposo, John Frederick Matthias Harris Stone -o sencillamente J. Harris Stone, como le gustaba que lo llamasen- (14). Los anales británicos son fecundos hacia su persona y nos detallan de inicio que había nacido en la localidad de Bath (Somerset), en 1853, siendo el séptimo de un total de siete hijos en la familia conformada por el procurador y secretario del Ayuntamiento de aquella ciudad, John Stone (1818-1899), auténtica personalidad en el ámbito local (15). Activo colaborador en prensa y reconocido abogado -tras haber estudiado en la Dame´s School, en el Clifton College, ambos en Bath (16), y con titulación académica en Ciencias Naturales obtenida en la siempre prestigiosa Universidad de Cambridge-, John Harris mostró desde su juventud una inquieta participación en la vida social del momento y prueba notable de ello es que no solo en 1885 fundó, en base a sus querencias por el mundo de la fotografía, la sociedad "The Camera Club", con sede en Bedford Street, en el Strand londinense, llegando a ser editor de una una revista fotográfica amateur (17), sino que pocos años después impulsó la creación del "Caravan Club" -sociedad de la que sería secretario honorario desde 1907 a 1935 y vicepresidente desde 1935 a 1939-. De su biografía destaca sobremanera la gran cantidad de publicaciones que realizó, con títulos tan sugerentes como Physiology of every-day Life: a lecture (1881); Nihilist Napoleon. A tale (1888, junto a Percy Carter); The civic reader (1893, junto a B. Johnson); Local government act. A practical ready reference guide to the election of parish and rural district councillors (1894, junto a Joseph Gerald Pease); Achill Island, Dugurt and Dooagh (1906) (18); Connamara and the neighboring spots of beauty and interest (1906); England´s Riviera, a topographical and archaelogical description of Land´s End, Cornwall and adjacent spots of beauty and interest (Londres, 1912); o Caravanning and camping out: experiences and adventures in a living-van and in the open air, with hints and facts (Londres, 1913). Asimismo llama la atención su sentido patriótico, cuando, con motivo del estallido de la Primera Guerra Mundial, quiso contribuir a la causa de la defensa nacional y se alistó en el Civil Service como secretario interino en el Departamento de Control de Carburantes. Nuestro biografiado fallecería, a la avanzada edad de 86 años, en 1939 (19).
 
          De forma complementaria a estos datos biográficos del esposo de Olivia Stone, gracias al inestimable recurso de los investigadores genealógicos británicos (20) hemos tenido acceso al censo efectuado en territorio anglosajón en 1881, fuente de valor inestimable que nos abrirá definitivamente el camino para conocer su apellido de soltera y, con ello, su origen familiar. En el empadronamiento aparece fielmente reflejada la pareja objeto de nuestras inquietudes viviendo en el nº 11 de Sheffield Gardens, en Kensington, en la capital de Londres (21), bajo la siguiente descripción: 
 
     -John Harris Stone, natural de Bath, de 27 años.
     -Olivia Mary [Hartrick] Stone, natural de Irlanda, de 25 años.
     -Mary Macaulay Hartrick, natural de Irlanda, de 71 años. Suegra del titular. 
     -Dos niños: John Hartrick Stone, de 1 año;  y un recién nacido, del que no consta siquiera su nombre.    
     -Cocinera, Beatrice Barrow, inglesa, de 17 años. 
     -Enfermera doméstica, Annie McG. Simpson, irlandesa, de 26 años.
 
         La mención del apellido Hartrick nos hizo avanzar en ese sentido para conocer la ascendencia familiar de Olivia Stone, encabezada hasta donde hemos podido saber por John Hartrick, labrador establecido en la localidad irlandesa de New Ross, en Wexford, quien tuvo, al menos, un hijo, el reverendo Edward John Hartrick (1812-1893) -M.A. y T.C.D.-. Este se desposó en 1842 con la citada anteriormente en el censo Mary Macaulay Dobbs (1819-1892) -hija a su vez del reverendo Richard Stewart Dobbs-, teniendo esta pareja hasta cinco hijos:
 
      -Richard Stewart Hartrick (1845-..) -C.E.-, que se desposaría en 1872 con Mary B. Culbertson -hija de Albert Culbertson, de Monongahala City, Pensilvania, que fallecería en Pittsburg en 1911-, padres ambos de James Albert Hartrick. 
     -Edward Macaulay Hartrick (1847-1915) –C.E.-, que casaría en 1870 con Mary McClelland, y falleció en Dickinson, Galveztown, Texas, siendo enterrado en el Holy Trinity Episcopal Church Cemetery. 
     -Olivia Mary Hartrick (1855-..), nuestra Olivia Stone.
     -Francis Henry Hartrick (1851-56) y
     -John Edward Hartrick (1843-50), fallecidos ambos a temprana edad.
 
          Los recursos genealógicos nos han permitido conocer múltiples aspectos de la vida personal de estos personajes, entre los que destaca que el desposamiento de John Harris y Olivia Stone se produjo en 1878; que posiblemente la localidad de nacimiento de Olivia sea Wexford, en Irlanda -acaso la misma población de New Ross, donde estaba establecido su abuelo John Hartrick- (22); y que los hijos de la pareja fueron:
 
     -El teniente John Hartrick Stone -del Royal Field of Artillery-, que se desposó en la iglesia de St. Mary´s, en Stamford Brook -Hammersmith, Londres- el 3 de noviembre de 1906 con Florence Harriet Glyn Wellbeloved -nacida en 1886, hija de Richard Wellbeloved-.
     -Eric Edward Stone, nacido en Larne el 20 de agosto de 1882 y muerto el 1 de octubre de 1918, casado con Mabel Stone -que fallecería a su vez el 14 de julio de 1932-. Esta pareja tuvo un recién nacido, muerto prematuramente el 26 de diciembre de 1912 en Dickinson, Texas.
     -Dudley, del que nada sabemos.
 
          Ahondando incluso hemos podido conocer que John Harris Stone se desposó por segunda vez el 29 de diciembre de 1900 en la iglesia de St. Marylebone, en Londres, con Lillie Tully -hija del ingeniero Thomas Dominic Tully-, lo que nos está indicando que Olivia Stone es muy posible que haya fallecido en el transcurso del último decenio del siglo XIX (23). Si a este cúmulo de indicaciones añadimos los datos obtenidos por la doctora y profesora María Isabel González Cruz para la vida del matrimonio Stone tras su regreso a Inglaterra después de su periplo isleño (24), que afirma que "de Olivia M. Stone sabemos que vivía junto a su marido, John Harris Stone, en una casa en Dover (Kent), a la que habían puesto el nombre de "Fuerteventura", y que tenían decorada con abundantes recuerdos de Canarias", contamos con apuntes para rastrear en un futuro próximo la defunción de nuestra añorada viajera (25).
 
Conclusión
 
          No deberíamos cejar en adentrarnos más y más en el conocimiento de los detalles de esa interesantísima parcela de nuestra idiosincrasia constituida por la recopilación de las narraciones de todos aquellos viajeros y viajeras que hicieron estadía en el Archipiélago y nos legaron descripciones, apuntes o referencias que constituyen hoy parte de nuestro acervo patrimonial. En el amplio imaginario dibujado por la historiografía canaria existen multitud de temáticas por desarrollar, de enigmas o confusiones por esclarecer, de espacios en blanco esperando ser rellenados con el paso del tiempo, conforme vayan surgiendo nuevas fuentes documentales y detalles rescatados de algún papel rezagado, de una memoria revisada, de una mirada inquieta. La identidad de Olivia Mary Hartrick Stone era una deuda pendiente con una viajera que nos ha legado, posiblemente, una de las mejores obras de literatura de viajes existentes sobre las Islas. Saldar ese débito de memoria ojalá sirva en parte de sincero reconocimiento al recuerdo y la figura de un espíritu privilegiado en una época de cambios, de contrastes, de crecimiento. 
 
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NOTAS
 
 1 - Como testimonio fehaciente de la actualidad e importancia de esta viajera en estas fechas, y hasta finales del mes de febrero, en el Centro de Historia y Cultura Militar de Canarias, ubicado en el Fuerte de Almeyda, en Santa Cruz de Tenerife, se expone la muestra «Olivia Stone y la naturaleza de las palabras», organizada por la Cátedra Cultural "Alexander von Humboldt" y el Vicerrectorado de Relaciones Universidad y Sociedad, de la Universidad de La Laguna, y comisariada por el profesor Francisco Javier Castillo.
 
2 - GARCÍA PÉREZ, José Luis [1988]: Viajeros ingleses en las Islas Canarias durante el siglo XIX. Santa Cruz de Tenerife: Cajacanarias. pp. 175-184.
 
3 - Véase la introducción elaborada por Jonathan ALLEN HERNÁNDEZ en la traducción de la obra de Olivia Stone, donde se hace estudio pormenorizado de las pautas y características que definen la narración de esta singular viajera victoriana. STONE, Olivia M. [1995]: Tenerife y sus seis satélites. [Introducción y revisión, Jonathan Allen Hernández; traducción y notas Juan S. Amador Bedford]; 2 vols.; Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular.
 
4 - GARCÍA PÉREZ, J.L. [1988]. Op. cit. pág. 175.
 
5 -  Ubicada en Oriel House, en Farringdon Street, E.C., y con filiales en Belfast y Nueva York, como se especifica en la referida portada.
 
6 - En la introducción de su obra, la propia Olivia Stone cita expresamente que «hemos escrito varios artículos relacionados directa o indirectamente con las Islas Canarias en muchos periódicos y revistas» (STONE, 1995: I,11). García Pérez cita, a su vez, varios textos surgidos a propósito de la edición de la obra, como el incluido en la sección "Literature" de "The Atheneum" -Londres, 24 de marzo de 1888-, o la crítica referida a la pésima transcripción de los topónimos en la primera edición, firmada por George F. Hooper en "The Academy" en 1888. (GARCÍA PÉREZ, 1988 : 175 y 180).
 
7 - Las iniciales M.A., que provienen de la expresión Latina Magister artium, equivaldría aproximadamente a una licenciatura en gran parte de las universidades europeas, con asignaturas sobre Literatura, Historia, Geografía, Humanidades, Filosofía, Ciencias Sociales o Teología, entre otras. 
 
8 - Olivia Stone menciona en el transcurso de su relato que llevaba con ella el retrato fotográfico de sus hijos –lo que demuestra que debieron quedar en Inglaterra al cuidado de familiares y personas de confianza-, que mostraba a todas aquellas mujeres isleñas de las que apunta que siempre tenían un aguzado interés por el tema de los niños y la infancia.  [STONE, Oliva M. [1995]. Op. cit. pp. 121-122].“En todos los lugares donde nos quedábamos en las islas descubrí que las mujeres se interesaban enormemente por todo aquello relacionado con los niños y el placer llegaba a su punto más alto y llovían miles de preguntas cuando sacaba las fotografías de los míos”
 
9 - STONE, Olivia M. [1995]: Op. cit. vol. I pág. 10. En varios pasajes reitera haber viajado a las islas del Canal de la Mancha –particularmente, Jersey y Sark-, a Noruega y a Islandia [vol. I pp. 29, 138, 155, 224, 277 y 308] e incluso deja entrever haber visitado Suiza, Nueva Zelanda, Estados Unidos e incluso Canadá [vol. I pp. 132, 293 y 471; II, p. 8 y 68].
 
10 - STONE, Olivia M. [1995]: Op. cit. Vol. I. pág. 10. A modo de curiosidad cita que en La Laguna se quedó en una posada "enfrente del fielato", no lejos del casco. Posiblemente esa vivienda haya subsistido hasta la actualidad y pueda identificarse algún día. [p. 61]
 
11 - STONE, Olivia M. [1995]: Op. cit. Hay ejemplos en vol. I. p. 64 -citando la prenda irlandesa "cothamore" en comparación a la manta esperancera-; p. 83 -a propósito de la analogía isleña de cabalgar con albardas en el lado derecho de las bestias, "como si montasen un carruaje irlandés"-; pp. 215 o 253 -donde el musgo y el liquen herreños le recuerdan a la "isla Esmeralda"-; o en la pp. 274, 342, 471 y 491, donde el paisaje isleño le recuerda la Calzada del Gigante, en Antrim, Irlanda del Norte. En la p. 455 se permite hacer una loa del pueblo irlandés, "uno de los más virtuosos de la tierra, por no decir el más". En el vol. II hay citas a Irlanda en las pp. 40-41, 43, 46, 59, 146, 166, 249 -recordando el río Dargle, al sur de Dublín-, 301, 389 y 404. Llega a afirmar que semillas del tasagaste isleño las había plantado "en Inglaterra e Irlanda", demostrando su vinculación con ambas naciones [vol. I. p. 351].
 
12 - GARCÍA PÉREZ, J.L. [1988]. Op. cit. pp. 177, 182 y 183.
 
13 - GARCÍA PÉREZ, J.L. [1988]. Op. cit. pág. 184.
 
14 - Cuando ya ultimábamos la redacción del presente artículo y a través del testimonio del profesor Francisco Javier Castillo hemos sabido que el licenciado Iru Jesús Rodríguez Navarro ha presentado un trabajo de Fin de Grado -aún inédito-, defendido en julio de 2014, sobre la figura de Olivia Stone, donde recoge igualmente múltiples referencias acerca de su biografía y antecedentes familiares. 
 
15 - Autor de un diario desde noviembre de 1838 a enero de 1899, continuado en sus últimos años por su hijo John Harris, hoy depositado en la Bath Municipal Library. (British Diaries: an annotated bibliography of British diaries written between 1442-1942. Ed. William Matthews; University California Press, 1984). Las crónicas de Bath confirman que una sociedad en la que él participaba como procurador desde 1855, conocida como «Stone King», aún existe hoy en día. Los nombres de los hermanos de John Harris eran Louisa, Deborah, Mary, Henry, William y Ethel. Para mayor coincidencia, Olivia Stone, en su referida obra sobre las islas, utiliza esta localidad como ejemplo de su discurso narrativo, evidenciado así la asiduidad y cercanía con ese enclave: “usando solo el mapa y la regla –como el ferrocarril entre Londres y Bath-“ [Stone, Olivia M. (1995): Op. cit. pp. 70-71] y compara la Catedral de Santa Ana, en Las Palmas de Gran Canaria, con la abadía de dicha localidad británica [vol. II, p. 12].
 
16 - Curiosamente, este Clifton College tiene una biblioteca de Ciencias bautizada como Stone Library en honor a los hermanos Stone. Véase ELLIS, C: The history of the Caravan Club. East Grinstead, 2006. En su estancia en Tenerife coincidieron los Stone con un "viejo amigo de la British Association", la célebre academia británica de las Ciencias [vol.I, p. 323].
 
17 - Agradecimiento a Kevin Birch, presidente, y Michael Colman, archivero, del "The Camera Club", Londres, por brindarme fuentes de información acerca de John Harris Stone.
 
18 - En la introducción de esta obra dejaba patente que seguía influenciado por el espíritu que motivó el conocido viaje a las Islas Canarias: "En estas páginas únicamente me he esforzado, puede que de forma inadecuada, en describir a través de la pluma y de la lente el oeste de Irlanda tal y como yo lo contemplé".
 
19 - Necrológica en Proceedings of the Linnean Society of London. Vol. 151, nº 4. Mayo 1941. Datos biográficos obtenidos en parte en el censo británico de 1881 y en otras fuentes que nos ha brindado el "Caravan Club" (National Motor Museum, en Brokenhurst, Hampstead), a quienes agradecemos fervientemente la información. Al fallecer John Harris Stone era poseedor de un interesado legado documental, hoy guardado en la East Grinstead House. Véase ELLIS, C: Op. cit.
 
20 - Debemos la obtención y registro de estas referencias genealógico-históricas a los investigadores Mike Hartrick y Paul Robinson.
 
21 - Esta misma dirección (11, Sheffield Gardens, Kensington) aparece claramente visible, como membrete impreso, en la hoja de dedicatoria manuscrita que, pegada al lomo de uno de los tomos de la obra de Olivia Stone, figura en el ejemplar donado a la entonces Biblioteca Provincial del Instituto de Canarias. 
 
22 - En este punto no podemos soslayar hacer referencia a otra "coincidencia" enriquecedora que figura en la obra de Olivia Stone [Op. cit. vol. II. pp. 333-334]: al relatar el triste episodio del asesinato de George Glas en las costas de Irlanda nos apunta que estos hechos tuvieron lugar en Duncannon, muy cerca de Wexford, y continúa diciendo que ha "llevado a cabo toda investigación posible tanto en el condado de Wexford como en el Waterford", demostrando así su familiaridad con este territorio.
 
23 - No deja de resultar tremendamente curioso que en 7 de noviembre de 1895 llegase otro individuo apellidado Stone a Santa Cruz de Tenerife a bordo del "Wazzan", procedente de Londres y Funchal el 7 de noviembre de 1895 [La Opinión, Santa Cruz de Tenerife, 9 de noviembre de 1895].
 
24 - GONZÁLEZ CRUZ, María Isabel [2011]: "Hispanismos y canarismos en los textos de dos viajeras inglesas decimonónicas". Revista de Filología. Universidad de La Laguna, nº 29, p. 81. 
 
25 - Esa residencia en Dover parece confirmarse con otro pequeño trabajo publicado en 1910 por John Harris Stone sobre St. Margaret´s Bay, a unas ocho millas al este de dicho Dover, enclave al que él llamaba particularmente como la "Picadilly de los mares".
 
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