Un agradecimiento, una promesa y una dedicatoria
Por Emilio Abad Ripoll (Publicado en Diario de Avisos el 12 de junio de 2009)
El pasado día 30 de mayo, y durante el desarrollo de la Gala conmemorativa de los 150 años de concesión a Santa Cruz de Santiago de Tenerife del título de Ciudad, tuve el honor, en representación de la Tertulia Amigos del 25 de Julio, de recibir de manos del Primer Teniente de Alcalde, don Ángel Llanos, una reproducción facsímil del Real Decreto por el que la Reina doña Isabel II otorgaba tal categoría a nuestra, hasta entonces, Villa, así como una preciosa litografía representando a uno de nuestros convecinos más ilustres, el Teniente General don Leopoldo O’Donnell, el único chicharrero que, hasta el momento, ha sido Presidente del Gobierno de España.Y en nombre propio, y en el de la Tertulia, agradezco de corazón al Ayuntamiento de Santa Cruz ese detalle hacia nuestra Asociación, que representa, según me expresaron don Miguel Zerolo, nuestro Alcalde, y el propio señor Llanos, un reconocimiento a la labor, oculta y callada si se quiere, pero pertinaz, de un grupo de personas enamoradas de Santa Cruz, de Tenerife, de Canarias y de España.
La Tertulia es consciente de que si se anula la vigencia de la cultura y de la historia, que deben estar en la base de un verdadero proyecto político, la supervivencia de la sociedad que debe regirse por ese proyecto corre un gravísimo peligro y sólo un milagro podría salvarla. ¿Cómo va a ser posible que esa sociedad, ese pueblo, esa ciudad o esa nación se puedan mantener vivos si los que tienen la obligación de preservar su legado, es decir, su herencia histórica y cultural, no se sienten identificados con él, y por lo tanto ni lo recuerdan, ni lo enseñan a las nuevas generaciones, ni lo impulsan hacia el futuro? ¿O es que alguien puede ser tan ingenuo como para pensar que el amor y la lealtad hacia la patria chica y hacia la Patria grande, la admiración y el agradecimiento por lo recibido, y el esfuerzo y el orgullo de contribuir a una obra común se pueden mantener por sí mismos, sin que haya alguien que cuide, engrandezca y transmita esos valores?
Con vocación de apoyo nació, hace ya década y media, nuestra Tertulia; para ser asesoramiento, y si hiciese falta acicate, dentro de nuestras modestas posibilidades, de la actuación de los poderes públicos locales, insulares y regionales. Para instarles, diría que hasta importunarles en algunas ocasiones, a fin de que sean conscientes de que deben ser ejemplo permanente de admiración y cuidado de lo que otros nos legaron y dirigir a nuestros conciudadanos en ese mismo camino, mientras a la vez se esfuerzan en elevar el nivel cultural de la sociedad a la que sirven. Habrá, sin duda, otras facetas de su actuación, pero sólo con el cuidado y conservación de lo histórico y el acrecentamiento de lo cultural se es sociedad, se es pueblo y se es nación. Y el ejemplo lo podemos admirar en países que, no hace falta mencionarlos, respetando su historia y su cultura, están entre los más avanzados y estables del mundo.
Si echamos la vista atrás contemplamos con cierto orgullo que algunas de las cosas que se fueron proponiendo a nuestras autoridades a lo largo de esos quince años de existencia de la Tertulia se han ido convirtiendo en realidades: mucho de lo que se realizó en la conmemoración de los Bicentenarios de la Gesta del 25 de Julio y de la concesión del título de Villa Exenta, nació de ideas aportadas por los tertulianos; también hemos tenido que ver en la erección del monumento a Murphy y el busto a O’Donnell; en la colocación de placas recordando históricos momentos en determinados edificios de Santa Cruz; en la conmemoración de las “tres cabezas de león” de su escudo municipal; en la participación en varios ciclos de conferencias organizados por el Ayuntamiento santacrucero, la Cátedra General Gutiérrez y la Agrupación Canaria de Milicias Universitarias; en el proyecto de concienciar a la ciudadanía en el sentido de que la defensa del Lugar y Puerto de Santa Cruz contra Nelson y los suyos fue una empresa común de Tenerife, claramente reflejada en la participación de los cinco Regimientos de Milicias, con los que vinieron a defender el terruño tinerfeños de todos los rincones de la isla; en la publicación de más de una decena de libros; etc., etc.
Pero, en esa misma mirada atrás, simultáneamente nos invade un cierto sentimiento de desilusión o de fracaso. ¡Es tanto lo que hemos propuesto que aún queda pendiente! Esa es la razón de que en mi respuesta a las amables palabras de los señores Zerolo y Llanos les dijera que la Tertulia no considera, ni mucho menos, terminada su labor. Que aún vamos a seguir proponiendo “cosas” como las llamamos nosotros, para que Santa Cruz, y la isla, se sientan orgullosas de lo que tienen, lo den a conocer, lo conserven y sepan transmitir ese legado a los que vendrán después. En ese sendero saben los responsables de todos los municipios de Tenerife que “nunca caminarán solos”, que siempre nos encontrarán a su lado con sugerencias, ideas y proyectos.
Y tras el agradecimiento y la promesa, la dedicatoria. Uno de lo fundadores de la Tertulia, su primer Presidente, y hoy Presidente de Honor, por culpa de una desdichada enfermedad, que deseamos supere con la fuerza de voluntad de que siempre hizo gala, no pudo estar la otra noche en la Plaza de Candelaria y subir al escenario a recibir el significativo detalle de nuestro Ayuntamiento. A él, a don José Luis García Pérez, es a quien se debió entregar el recuerdo; por eso a él, a José Luis, se lo dedicamos con cariño los que, a su sombra, emprendimos este ilusionante proyecto que aún nos subyuga y que es la Tertulia Amigos del 25 de Julio.