Una mirada científica sobre Viera y Clavijo, precursor de un cambio metodológico en la Historia insular
Por Daniel García Pulido (Publicado en El Día / La Prensa el 16 de febrero de 2014).
A mi amigo Alejandro, Ale,
para que no olvide nunca
que en los sencillos detalles
puede estar escondido el mayor tesoro.
Introducción
En la labor cotidiana de todo investigador o estudioso se entrecruzan siempre infinidad de referencias, de registros o conocimientos que amenazan con distraerle de su línea primordial de trabajo, atentando contra su código de prioridades y su valioso tiempo. Retazos de información sobre un determinado enclave o familia, apuntes sueltos sobre un hecho histórico en concreto, trazos de una biografía esbozados en una sencilla carta o en una nota perdida entre marasmos de papel que, de seguro, serían merecedores de una atención pormenorizada y eficaz en otro momento o en otras manos, pero que el analista abandona para no ser víctima a ese temor irreverente de descuidar su objetivo inicial. Este artículo nace precisamente de una de esas situaciones, a modo de ejemplo de pecado inconfesable, al habernos desviado de nuestra meta programada para perseguir hasta la saciedad y perdernos, movidos por la curiosidad más apasionada, en un material en apariencia secundario, fuera de contexto, y que vivía ajeno a la atención de los estudiosos. Ojalá el tiempo confirme la calidad y valía de los testimonios obtenidos, en aras a recompensar esta arriesgada incursión en una realidad histórica que creemos inédita.
Descripción física
En el invaluable archivo documental que custodia con esmero la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, en su planero nº 1, se guardan envueltas en su correspondiente papel barrera hasta 84 pequeñas fichas o notas bibliográficas (Nota 1). Los pedazos de papel, recortados todos en un tamaño de aproximadamente 11 x 7 cms. y utilizando para su elaboración restos de antiguos folios usados en cartas desechadas (2), reflejan de manera esquemática y escueta únicamente las referencias más relevantes de una serie de libros asociados al autor que encabeza cada respectiva ficha bibliográfica (a saber, título, lugar de edición, año, formato y, en ocasiones, algún dato biográfico).
La grafía, fechable con certeza entre mediados y finales del siglo XVIII por los rasgos y pautas caligráficas visibles, llama poderosamente la atención por incluir correcciones, adiciones y tachaduras que enmiendan los textos incluidos de cada una de las fichas bibliográficas, enmiendas que nos hablan de un trabajo de perfeccionamiento de esos registros continuado en el tiempo por parte de una persona interesada en recoger sus fuentes documentales de interés (3). La precitada grafía denota asimismo diferentes momentos de escritura, identificables no solo en los trazos distintos de las diferentes correcciones sino en la propia tinta utilizada, desvaída en algunos casos (4). Su cuidada ordenación alfabética por apellidos nos animó a ir recomponiendo áreas temáticas coincidentes entre las diferentes entradas apuntadas en las notas y nuestra primera sorpresa recayó al reconocer que se trataba mayormente de una recopilación de autores canarios, con inclusión de algunos otros autores cuyas obras abordan aspectos de temática isleña (bien sea histórica, literaria o de alguna rama de la erudición dieciochesca).
La cronología inicial que apuntamos para este material documental le otorgaba un valor añadido, hasta cierto punto paradójico, a ese conjunto de autoridades isleñas, al tratarse a nuestro entender de un aspecto extremadamente novedoso para el Setecientos y solo acertamos a encontrar, dentro del panorama cultural de las Islas para ese momento, a un personaje clave en la Historia (en mayúsculas) de nuestro Archipiélago, a José de Viera y Clavijo, a quien poder adscribir semejante proyecto, junto a su equipo de amistades colaboradoras en ese proyecto de dotar a las Islas de una obra de categoría en el ámbito histórico. Teníamos conocimiento que Viera había incluido en su celebérrima Noticias de la Historia de las Islas un novedoso apartado recopilando los «autores isleños» y, al contrastar los nombres de las fichas bibliográficas con los recogidos por el historiador realejero en esa sección de su obra, nuestra emoción fue máxima al coincidir, salvo en puntuales especificidades que trataremos a continuación, ambas fuentes en la inmensa mayoría de los autores recogidos (5). Parecía evidente que esas notas bibliográficas estaban vinculadas en alguna forma con aquel capítulo de tan señalada Historia, acaso siendo copia o, en el mejor de los casos, sirviendo de material o base para su elaboración (6).
Material para la Historia de Canarias
En un intento por otorgar credibilidad a esa valiosísima concordancia revisamos de manera pormenorizada la forma de transcribir los apellidos utilizada en las diferentes entradas reflejadas tanto en las fichas bibliográficas como en la obra original de Viera y Clavijo y descubrimos que en ambas eran absolutamente idénticas en la mayoría de los casos. Ejemplos tales como los de Agustín Betancour, Domingo Verau o Blas Zavala [sic] parecían dejar poco margen a la equivocación o, siquiera, a la suerte (7). De hecho, únicamente identificamos tres cambios ortográficos en la obra vierense respecto a las correspondientes notas bibliográficas en papel (en concreto, los apellidos Mirelles / Mireles; Peraza / Pedraza y Grova / Groba), si bien, a primera vista, parecen ajustarse más a ser correcciones eruditas realizadas en una revisión final del borrador de la propia obra antes que a discrepar respecto a las notas objeto de nuestro estudio. Ese mismo refinamiento y revisión parecen ser la causa de las divergencias existentes entre las fichas y los registros recogidos en la Historia, en autores tales como Francisco Orejón, Juan de Vinatea, Juan Poggio o Luis Leal, que en la edición de Viera y Clavijo aparecen transcritos respectivamente como Francisco Dávila Orejón, Juan de Vinatea Torres, Juan Bautista Poggio y Luis Tomás Leal (8).
A modo de curiosidad debemos reseñar que en la ficha de Juan de Vinatea [Torres] figura añadido, a posteriori, la frase “murió [siendo] correg[idor] de Moquegua en 1768”, en una clara demostración de que este material servía para ir actualizando los datos biográficos de los diferentes autores canarios. Obviamente, esta referencia vital de Juan de Vinatea tuvo su reflejo en la entrada que publicaría Viera sobre este personaje.
No obstante, dentro de las peculiaridades devenidas de esa comparación del material bibliográfico de las fichas y lo publicado por el historiador realejero, subyacen algunos aspectos anómalos de gran interés. Por un lado, hemos de señalar que coinciden las “faltas” [mejor sería llamarlas “ausencias”] entre los autores presentes en las páginas de la edición original de la Historia de Canarias con aquellos que tampoco figuran en las fichas bibliográficas. Se trata de los personajes de Santiago Bencomo, Sebastián de Cubas, Luis de la Encina, Antonio Raymond y Juan Valcárcel Herrera, personajes que serían incluidos en la impresión de Noticias de la Historia efectuada por Ediciones Goya (bajo el cuidado de un equipo de expertos dirigido por Elías Serra Ràfols) bajo el apelativo de Adiciones del ejemplar de Viera al no figurar entre los impresos en la Historia. Por otro lado, entre las fichas que figuran en la RSEAPT hay dos referencias bibliográficas que no se incluyen en la Historia, y ni siquiera figuran en dichas adiciones: se trata del autor Diego Álvarez de Silva -con la obra Historia de Nuestra Señora del Pino- y del amigo y colaborador de Viera, D. Lope de la Guerra y Peña, con sus Vidas de los patriarcas Santo Domingo, San Agustín y San Francisco con verso castellano -tomo en 4º medio- (9). No encontramos razón que explique estas ausencias salvo que fuese decisión del propio Viera el no incluirlas en su material de trabajo, que estas fichas fuesen posteriores a la impresión de las Noticias o que acaso no le llegasen a ser entregadas por la supuesta persona que elaborara estas fichas. En todo momento hemos de tener en cuenta que “la idea de escribir una Historia de Canarias debió de haberse formado en el círculo de la Tertulia, y aunque siempre fue una obra personal, movilizó a un buen número de colaboradores” (10).
De todo lo expuesto se presume que este cúmulo de fichas bibliográficas parece entroncar y servir de complemento a todo ese material sobre Viera y Clavijo que se custodia en el Fondo Moure del archivo de la RSEAPT, entre el cual se encuentra el invaluable borrador del tomo I de la Historia de Canarias. Sobre ese ejemplar citan los estudiosos Juan Régulo y Alejandro Cioranescu la existencia de “fichas” o “papeletas” pegadas al mismo con correcciones, de distintos formatos y tiempos, que si bien no responden a patrones similares a los de nuestro material de trabajo, como mínimo son prueba de que "Viera corrige, modifica siempre, constantemente, hasta el último momento. [..] Añade, eso sí, frecuentemente, nuevas fichas, nuevos datos, que pega en papeletas al manuscrito [..] con el transcurso de los años y retrasada por largo espacio de tiempo la deseada publicación, el historiador tuvo más de una vez ocasión de volver a corregir el texto de esta copia. Las correcciones [..] por medio de anotaciones al margen o de papeletas pegadas al manuscrito primitivo" (11).
Identificación del autor
El aspecto más interesante, a la par que delicado por su enorme relevancia, es el de la posible identificación del autor de todo este material. Desde un primer momento, al haber podido corroborar que estas fichas son material vinculado a la Historia de las Islas, de Viera, se impone la posibilidad de pensar que fuera él mismo el encargado de su confección y sus modificaciones. Esta presunción se convierte casi en realidad cuando, por casualidades del destino, en la única de las 84 fichas (12) que nos permite acceder a un texto en el reverso (restos de una antigua misiva), se lee: “Lleva el dador el tomo 1º de la biblioteca Nava de Dn. Nicolás Antonio y 11 tomos de gazetas desde el año de 37 hasta el de 47. En la Gazeta próxima se publicará la adición al poema de los ayres fixos, pero pide [..]”. La alusión al poema de Los aires fijos, escrito por Viera y Clavijo, parece una confirmación de que estas fichas son de su mano o de su círculo de ayudantes.
En ese sentido, la comparación caligráfica de la ortografía de Viera y la de las fichas arroja similitudes dignas a tenerse en cuenta pero somos conscientes de la dificultad de este tipo de adscripciones, siempre sujeta a veleidades y sesgos. El poco cuidado tomado por el autor de las diferentes fichas, que parece tomar nota apresurada de referencias, retocando o revisando datos que encuentra e intercala, no puede compararse con la letra reposada de ningún borrador o manuscrito de Viera que hemos podido consultar. No obstante, saltan a la vista algunas notables concomitancias en algunos vocablos caso de los nombres García del Castillo, Viana o Hierro.
No obstante, debemos reseñar que debe también tenerse en cuenta la posible autoría de su amigo y compañero D. Lope Antonio de la Guerra, de quien se habla: "En la RSEAPT y El Museo Canario se conservan manuscritas series de biografías de escritores y personalidades canarias, debidas en general al citado don Lope Antonio de la Guerra. Son a menudo la base de las escritas por Viera en el último volumen de su obra histórica, con lo que vemos que la colaboración de este diligente amigo se extendió más allá del suministro de materiales documentales" (13).
Datación – cronología
La cronología del conjunto de las anotaciones es evidentemente dispar, habiendo sido rectificadas en varios momentos diferentes, lo que se evidencia tanto en los añadidos o supresiones de apellidos, como en las apostillas que figuran en algunas entradas, de las que hablamos con anterioridad. La clave para esa delimitación temporal descansa, a nuestro entender, en el reseñado texto al reverso de una de las fichas bibliográficas, que guarda parte del contenido de una antigua misiva. Decía en ese fragmento: “En la Gazeta próxima se publicará la adición al poema de los ayres fixos [...]”. Hemos de señalar que el conjunto de versos (estructurado en cuatro cantos) titulado Aires fijos vio la luz inicialmente el año 1779 en la imprenta de Blas Román, en Madrid, y posteriormente "con intervalos de dos años añadió dos nuevos cantos: el referente a los gases vegetales (canto quinto) se imprimió en 1781; el sexto, en 1783" (14). Por tanto, a tenor de estas indicaciones, la datación del texto reseñado en la trasera de la ficha bibliográfica debe fijarse en torno a 1781/1783, lo que concuerda con la publicación del cuarto tomo de la obra de Viera, que se editaría en ese mismo 1783 -tomo en el que se incluiría la lista de autores isleños, utilizando las referencias consignadas en estas fichas bibliográficas- (15).
Contexto
Analizando en un sentido genérico el material, habiendo identificado sus pautas y características esenciales, se puede comprobar que se trata de un valiosísimo y raro ejemplo de una metodología de estudio y tratamiento de la historia que evidencia un cambio de praxis, cambio que luego iría viendo la luz en la magnífica estructura interna de la obra de la Historia de Canarias. Este procedimiento de utilización de fichas bibliográficas, a modo de archivos de referencia sobre los que trabajar y ampliar referencias, presuponen la utilización de una metodología y de una clasificación sistemática hasta entonces desconocida en las islas, propia de sistemas de trabajo avalados por Voltaire o por el propio Benito Feijóo, maestros e inspiración de nuestro Viera y Clavijo. Este, con su obra magna sobre el pasado insular, ejemplifica un antes y un después en la forma de narrar la historia, siendo estas fichas bibliográficas parte de esas herramientas y técnicas aprendidas por el historiador realejero para culminar su objetivo de adentrarse científicamente en el ayer del Archipiélago, aunque siempre desde una posición de humildad que se trasluce en sus palabras de introducción a su Historia: "Aunque yo no podré negar que las Canarias tuvieron sus historiadores, me atrevo a asegurar, sin embargo, que su verdadera historia está todavía por formar y que los mismos conatos de la obra presente, cuando mucho, solo podrán servir como de ensayos, memorias o aparato para escribirla bien" (16).
Según apuntan los críticos de la obra de Viera, "factores importantes del éxito que Viera consiguió en su creación histórica fueron también su laboriosidad y su constancia. En efecto, Viera no improvisó; se preparó debidamente en todo lo que a su alcance estuvo; se informó; estudió todos los ensayos precedentes de historia canaria, así impresos como manuscritos, que pudo hallar con diligencia; buscó colaboradores que, situados en lugares diversos, pudieran procurarle materiales y datos de otro modo inasequibles [..]. Pero él [Viera] hizo mucho más. Reunió un vasto conjunto de fuentes narrativas y documentales, suficiente para intentar una reconstrucción rigurosamente erudita, científica, de la historia de Canarias; no estaba esto, sin duda, en las posibilidades de los tiempos, pero entre este vasto material, supo por lo menos moverse ágilmente, merced a su criterio natural". [..] "Usó Viera, es claro, todos los libros impresos de historia canaria, entonces ya raros y más difíciles de alcanzar que hoy por la falta de librería públicas. [..] No puso menos diligencia en la busca de manuscritos, que acaso utilizó tomando notas de los mismos ejemplares antiguos” (17).
Interés por autores canarios
Es curioso que Viera, con su primera selección de autores, parece haber marcado el camino para ese interés por los libros “patrios”, y no es aventurado pensar que la idea que constituye el fondo de Canarias de la Biblioteca Universitaria, en cuyos registros antiguos ya figuran listados de autores isleños desde mediados del XIX haciendo hincapié en la relevancia de ese fondo especial, venga derivada de ese primer ejemplo cristalizado por Viera en su Historia.
Conclusión
Apenas unos meses después de conmemorarse el bicentenario del fallecimiento de VIera y Clavijo [1813-2013], la identificación de este material vinculado en cierta forma a su figura nos reafirma la presencia perenne de aquel ilustrado en nuestro horizonte cultural, pasado y presente. Los trazos de estos pedazos de papel guardaban su peculiar legado a través del tiempo, como testimonio valioso, a todas luces singular y ejemplificativo, de hacer historia de una forma diferente a la practicada hasta entonces. Como dijera Alejandro Cioranescu, “la escasez de los datos no nos permite representar a la vez el conjunto y el detalle sino que nos obliga a dejarlo todo en el estado de boceto, sombreando o difuminando allí donde no cabe indicar contornos precisos. No sé [y nosotros lo refrendamos] si la Historia puede ser otra cosa”.
- - - - - - - - - -
NOTAS
1. En ese envoltorio de papel barrera figura escrita a lápiz la siguiente explicación de contenido: “84 fichas de autores del siglo XVIII y XVII y otras referencias”.
2. En el reverso de una de las fichas aparece un fragmento de nota manuscrita -texto sobre el que hablaremos más adelante- [ficha bibliográfica de N. Lugo] y en una de ellas aparecen restos del sello de lacre de una misiva [ficha bibliográfica de Tomás Arias Marín].
3. Entre los apellidos integrados con posterioridad figuran los de “Ruiz de Vergara”, añadido a la ficha correspondiente a Pedro Agustín del Castillo; el de “Carvallido”, adscrito posteriormente al nombre de Manuel de Grova; o el de “Molina”, colocado a posteriori en la ficha de “Pedro de Quesada”. Como ejemplo claro de rectificaciones contamos con la ficha bibliográfica de Marcos Alayón, donde aparecen testadas las variantes Gaspar y Melchor asociadas a dicho apellido.
4. Tal y como ocurre en la de Pedro Yanes del Cristo.
5. De los 87 registros finales presentes en la obra de Viera, 82 figuran en las fichas bibliográficas y 2 no aparecen entre esa selección publicada. Una circunstancia que apoya esta vinculación es la presencia, en dicho archivo de la RSEAPT, de material de apoyo de esa edición de las “Noticias de la Historia” de Viera (borradores, anotaciones, correspondencia..), a la que posiblemente deben adscribirse estas fichas bibliográficas.
6. Se han estudiado las normas de Viera para citar sus obras de consulta argumentándose que “acostumbraba, como ya se hacía corrientemente en su tiempo, hacer mención de sus fuentes y autoridades citándolas bajo una forma muy abreviada". [VIERA Y CLAVIJO, José de: Noticias de la historia general de las Islas Canarias. Ediciones Goya, tomo I, pág. CXX] Resulta obvio que para ello necesitaba contar con todo el bagaje de ese material bibliográfico de forma cómoda.
7. El ejemplo de Agustín Martínez y Ramos, encabezado en las Noticias… bajo este último apellido (Ramos), es una prueba evidente de que este material bibliográfico está íntimamente vinculado a dicha obra, bien siendo copia o fuente de las mismas.
8. Solo en un caso, el de Manuel Cidrón, no se siguió lo explicitado en la ficha, donde se recogía el nombre al completo como Manuel Fernández Cidrón. El ejemplo de N. de Lugo, presbítero de La Palma, es paradigmático porque se desarrolló en Pedro de Lugo, lo que no consta en las fichas. De hecho lo hemos podido identificar porque se le atribuye la autoría de la obra “Las cadenas de Aleides” [VIERA Y CLAVIJO: Op. cit. Goya edic. Tomo III p. 445].
9. Esta obra no figura en MILLARES CARLO, A. / HERNÁNDEZ SUÁREZ, M.: Biobibliografía de escritores canarios : siglos XVI, XVII y XVIII. El Museo Canario y Cabildo Insular de Gran Canaria; Las Palmas de Gran Canaria, 1975-1993.
10. Viera al trasluz. [Edición al cuidado de Victoria Galván Cruz] Ediciones Idea, Santa Cruz de Tenerife, 2009. pág. 97.
11. VIERA Y CLAVIJO: Op. cit. Goya edic. Tomo I pp. CVII y CX.
12. Concretamente figura en el reverso de la ficha bibliográfica de “N. Lugo, Presbítero de La Palma”.
13. VIERA Y CLAVIJO: Op.cit. Goya edic. tomo I p. LXIX. La importancia de este equipo de colaboradores queda reflejada asimismo en varias obras sobre la figura vierense.
14. VIERA Y CLAVIJO: Op. cit. Goya edic. tomo I p. XXXI.
15. VIERA Y CLAVIJO: Op. cit. Goya edic. tomo I p. CXIII.
16. VIERA Y CLAVIJO, José de: Noticias de la historia general de las Islas de Canaria. Imprenta de Blas Román, Madrid, 1772. Tomo I [prólogo], p. 7.
17. VIERA Y CLAVIJO: Op. cit. Goya edic. tomo I p. LXIII.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -