Han pasado 35 años

 
Por José Manuel Padilla Barrera  (Publicado en el Diario de Avisos el 8 de diciembre de 2013).
 
 
 
          “Hoy, festividad de la Inmaculada, Patrona de Infantería, se hace entrega del cuartel, que tantos años lo ha sido de este Arma, al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife”. Así comenzaba el artículo que aquel día publiqué en este mismo periódico, bajo el título: Pequeña historia del Cuartel de San Carlos. De esto hace ya nada menos que 35 años.
 
          Aquel año de 1978, los infantes tuvieron una celebración de su Patrona, un tanto peculiar, en vez de estar formados en el patio de su viejo cuartel, como ocurría desde muchos años atrás, lo estaban en la Plaza de España de Santa Cruz de Tenerife, participando en un solemne acto cívico militar, en el que el Ayuntamiento hacía entrega de la Medalla de Oro de la ciudad al Ejército, representado en esa ocasión por el Capitán General, General Prada Canillas, al que se le distinguió también en ese mismo acto con el nombramiento de Hijo Adoptivo de Santa Cruz. Para finalizar, el Capitán General entregó, con los intercambios de abrazos de rigor, una gran llave de hierro, que figuraba ser la de San Carlos, al alcalde, Álvaro Acuña Dorta, escenificando así el paso del viejo y entrañable cuartel a manos municipales. Se daba la circunstancia de que en aquella misma fecha, el General Prada pasaba a la reserva y el cuartel a la demolición. Los pertenecientes al Arma de Infantería que allí se encontraban, estaban siendo testigos del momento en que se condenaba a muerte a la que había sido su casa hasta ese mismo día.
 
          Porque, efectivamente, el cuartel estaba condenado a desaparecer. Según el proyecto de urbanización de esa zona, la avenida de Bravo Murillo continuaba recta hasta confluir con la de Tres de Mayo y la de José Manuel Guimerá, en una gran plaza que ahora mismo existe, aunque, desgraciadamente, no sea plaza, sino rotonda distribuidora de tráfico, que, para acabarla de destrozar, la atraviesa el tranvía según un diámetro. Pero ocurrió algo que ya casi nadie recuerda y es que desde el Colegio de Arquitectos, por iniciativa de Sebastián Matías Delgado, se organizó una campaña bajo el lema: “Salvar San Carlos”. Se repartieron por la ciudad una gran cantidad de pasquines con ese lema, aquello caló en la ciudadanía y se creó un fuerte estado de opinión que logró lo que el lema proponía, se salvó San Carlos. El Ayuntamiento dio marcha atrás y por eso la avenida de Bravo Murillo, describe una curva muy abierta hacia la derecha hasta desembocar en la de José Manuel Guimerá. Pero no se salvó en su totalidad, solo quedaron en pie lo que había sido el edificio de mando y como mudos testigos, los trece bellos laureles de indias que adornaban el patio y daban sombra para impartir las teóricas de las tardes, el resto cayó bajo la piqueta municipal.
 
          Es increíble, han pasado nada menos que tres décadas y media de incuria y abandono, aunque ahora hay motivos de esperanza, lo dicen los periódicos: se van acometer de nuevo las obras, y la razón principal de ello, aseguran, es que a alguien ha descubierto de pronto, que tener un montón de millones enterrados, nunca mejor dicho, recuerden las masivas inyecciones de hormigón en la cimentación del edificio, es antieconómico. Llevan años para llegar a esta tan elemental conclusión, pero bienvenida sea. El Cuartel de San Carlos, se comenzó a construir en 1850, el ritmo de la obra fue desesperadamente lento, tanto que se llego a temer que no se acabaría nunca, pero al fin se logró terminar en 1875. Es decir, se tardaron 25 años, una barbaridad, en ejecutar las obras; ahora llevamos 35 en rehabilitar solo una parte. Vamos mejorando.
 
          Valga este recuerdo al cuartel de Infantería, al cuartel del barrio del Cabo, o lo que es lo mismo, al cuartel de San Carlos, como felicitación y homenaje, en este día tan señalado, a todos los integrantes, de antes y de ahora, del Arma de Infantería, que, como dice su himno, prometen o han prometido “ser fieles a su historia y dignos de su honor y de su gloria”.
 
 
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