Estampa retrospectiva (Puerto y puerta - 129)

Por Rafael Zurita Molina (Publicado en el Diario de Avisos el 1 de diciembre de 2013)

         

          En las últimas cuatro semanas el tema que ha prevalecido en ésta, nuestra columna, ha girado en torno a los ancestrales vínculos de la ciudad y el puerto. El ayer y el hoy se manifiestan en la colocación de hitos recordatorios en los lugares donde estaban las fortificaciones de la Plaza; y también en las derivadas de la tesonera obra de fabricar los muelles al unísono del tráfico portuario. En este paisaje, cabe resaltar que los relevantes hechos históricos concernientes a la defensa de Tenerife se enlazan, en otra esfera, con los que refieren la escala de renombrados buques, famosos por los pasajeros ilustres que llevaban a bordo.

         En la dinámica de las justas rememoraciones, hace un par de días recibí una esperada noticia que me place transcribir: “el próximo día 12 de diciembre (jueves), a las doce horas, se procederá a la inauguración del reconstruido primer muelle de Santa Cruz”. Digo esperada noticia porque en el mes octubre se anunció la conclusión de las obras que estaban realizándose en el espacio del muelle de Enlace, en donde se encuentran la entrañable “farola del mar” y la marquesina.

          El recuperado viejo muelle de cantería, el primero de fábrica que se hacía en el Archipiélago, fue construido entre los años 1784 y 1787, según proyecto y dirección del ingeniero militar Andrés Amat de Tortosa. Contando con las aportaciones de los vecinos, se destaca el interés que puso el entonces comandante general, Miguel de la Grúa Talamanca, marqués de Branciforte.

          Sobre la farola del mar, más de una vez tratada en este espacio, el día 31 de este mes se cumplen ciento cincuenta años desde que comenzó a alumbrar. Y como estuvo en funcionamiento hasta el mes de junio de 1954, es oportuno recrear unas pocas sentidas líneas escritas por el recordado Francisco Martínez Viera en la misma fecha: Esta noche no alumbra la farola de mar... No se hizo centenaria la Farola del mar o del muelle que ahora cesa en su cometido después de 91 años de continuados servicios, alumbrando noche a noche la ruta de los navegantes que se acercaban a nuestro puerto... ¡No, ya esta noche no alumbrará la farola, la farola del mar! Pero la recordará siempre la copla...”

          Y la artística marquesina, que también compone la retrospectiva estampa, cumple cien años. En 1913 la Junta de Obras del Puerto la encargó para situarla en el antiguo desembarcadero del muelle Sur. Durante años cumplió su función como punto de entrada y salida de pasaje y mercancías, a modo de puente marítimo con los buques fondeados en la bahía.

          ¡Se perpetúan en el paisaje del puerto!

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