"La Argentina" (Puerto y puerta 122)

 
Por Rafael Zurita Molina  (Publicado en el Diario de Avisos el 13 de octubre de 2013).
 
 
          Hace una semana, las palabras que ocupaban este espacio versaban sobre los hechos del ayer y del hoy, ensamblando la ciudad y el puerto. No se trata, decía, de vivir sólo con lo sucedido en el pasado según refiere el refrán “el agua pasada no mueve molino”, que afirma lo incuestionable; porque también en el hoy cabe considerar la historia, en todas sus facetas, que describe con rigor anteriores acontecimientos dignos de memoria.
 
          Consecuentemente, parece bien que esta cita semanal contenga retazos del pasado portuario con mayor asiduidad. Tal estimación se acrecienta cuando ahora, más de uno, inmersos en el problemático tiempo que nos abruma, se tergiversa el pasado y se cuestiona el presente.
 
          Además, en el prólogo del libro El antiguo Santa Cruz, de Francisco Martínez Viera, encuentro un argumento que refuerza la influencia del ayer: “Recoge y exalta de manera veraz y sencilla los hechos del pasado a modo de incentivo para que los hombres -y mujeres, diría ahora- de hoy se acendren en la sutileza de sus esencias y los proyecten hacia un futuro mejor”.
 
          Las crónicas, en la brevedad que impone nuestra periódica columna, serán preferentemente extraídas del libro Crónicas del puerto de Santa Cruz de Tenerife, aplicando la proximidad que me otorga ser su autor. Esta de ahora, en coincidencia con la solemnidad del Día de la Hispanidad,  nos sitúa en la fecha del 12 de octubre de 1948, en el vespertino La Tarde:
 
                    “A las diez de la mañana hizo su entrada en nuestro puerto el hermoso crucero La Argentina al mando del comandante don Alberto Lonardi. La esbelta nave atracó al dique muelle Sur, después de una rápida maniobra. Desde las primeras horas la muchedumbre se fue dando cita en el muelle y lugares adyacentes, tanto para presenciar la maniobra de atraque, como para testimoniar con su presencia el sentimiento jubilar de Tenerife ante la llegada de los distinguidos marinos del país hermano. En el momento de atracar el buque, la Banda Municipal de Música interpretó los himnos nacionales de Argentina y España, que el público escuchó reverente.” 
 
          El día 15 de octubre el periódico narra la emocionante despedida:
 
                    “Durante los breves días que han permanecido entre nosotros, los marinos argentinos fueron objeto de todo género de atenciones por parte de las autoridades y público en general. El buque inició las operaciones de desatraque a las seis de la tarde, hallándose el muelle atestado de un enorme gentío que desde horas antes comenzó a darse cita en aquel lugar, mientras infinidad de cohetes disparados desde el Casino, hotel Orotava y otros lugares anunciaban la proximidad de la salida.” 
 
          ¡Una sencilla crónica! 
 
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