Ay Santa Cruz... (Puerto y puerta - 110)

Por Rafael Zurita Molina  (Publicado en el Diario de Avisos el 19 de mayo de 2013).

  

          Siento especial dilección por la poesía de Pedro García Cabrera (Vallehermoso, 1905 - Santa Cruz de Tenerife, 1981); desde el preciso momento que accedí a su obra, muchos de sus versos constituyen una firme referencia. Diría que el poeta lo intuyó al apreciar el lirismo que hallo en las breves palabras que me dedica en su libro A la mar fui por naranjas-Antología poética; fue en el mes de octubre de 1980: “...a quien mi poesía y mi amistad abre los brazos”.

          En la introducción de su Vuelta a la Isla, 1968, se patentiza su personal dimensión insular: “Desde la cima del Teide puede contemplarse, con los ojos del amor a la tierra, la totalidad del archipiélago... Los romances a los pueblos como a las islas no pretenden ser una descripción geográfica... han sido compuestos en el ambiente de cada sitio, pisando su suelo, viviendo su actualidad, pensando sus noches y respirando sus días, conversando con las gentes y el aire que las rodea”. Largo preámbulo para completar los cuatro versos que comienzan con el título que hoy  encabeza esta columna: “Ay Santa Cruz de mi vida, / que bien enciendes el alma; / ver tus luces es sentir / que estamos ya en nuestra casa. /...”

          Sólo cuatro versos que compendian un emocionado canto a nuestra Ciudad. Porque, al margen de la crisis que nos agobia, parece detectarse un recalcitrante pesimismo en la ciudadanía, que tiende a resaltar las carencias, que las hay, confrontándolas con pretendidas bondades ajenas, sin advertir y apreciar lo tanto bueno que aquí se tiene.

          Hace algo más de un año publicaba el diario británico The Guardian una lista con los cinco mejores sitios del mundo para vivir, y entre ellos los rincones más paradisíacos de la costa de Santa Cruz de Tenerife. El periodista -son elementales mis apuntes- no se refiere sólo a la capital, sino “al otro Tenerife, al que se llega a través de la carretera llena de curvas que rodea la costa”. Podría ser por Anaga, percibido por el amigo Emilio Racionero como paisaje exuberante, pleno de laurisilva, helechos, verodes agarrados a paredes rocosas, líquines, una maravilla, una sinfonía de colores. Y sobre la Capital, que es lo suficientemente grande “como para no ser aburrida”. Equilibrada, diría yo.

          Y, para terminar -por ahora- esperanzadas buenas noticias sobre los Puertos de Tenerife: Santa Cruz acogerá el próximo mes de junio la edición del Word Port Strategy Forum, evento que convoca anualmente el Global Institute of Logistics. Por lo que sabemos, será interesante informar sobre cuanto ofrece y deriva esta iniciativa, que cuenta con una amplia cooperación institucional.

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