Nada es eterno, la pintura de Gladys de Armas sí.

Por José Vicente González Bethencourt  (Publicado en El Día el 9 de marzo de 2013).

 

          Combinando los azules intensos con los verdes suaves, ocres sugestivos y blancos elegantes, Gladys de Armas Trujillo ha conseguido dar vida a una exposición luminosa de pintura surrealista, que expone la acogedora sala MAC (Mutua de Accidentes de Canarias) de Santa Cruz de Tenerife, en la antigua Casa Elder del número 2 de la calle Robayna hasta el 22 de marzo, gracias a los buenos oficios del escritor Víctor Álamo de la Rosa, destinando un porcentaje de la recaudación de la venta de los cuadros a la Fundación María García-Estrada, dedicada a la investigación del sarcoma, un tipo de cáncer que nos privó de la existencia de una joven canaria, encantadora y destacada golfista, la licenciada en Ciencias Políticas María García-Estrada Acevedo.

          Por fin Gladys de Armas, profesora de dibujo y pintura, nos deleita con una muestra surrealista que hace tanto tiempo esperábamos, pues fue en 2007 cuando por última vez expuso su obra en la ermita de San Miguel de La Laguna. Gladys había iniciado su carrera artística figurativa en 1987, con una breve incursión posterior en el arte abstracto, y más recientemente, a iniciativa de la Tertulia Amigos del 25 de Julio, desde el 31 de enero pasado dos de sus dibujos, uno dedicado a la campesina de San Andrés y otro a las aguadoras, ilustran sendas placas situadas entre el antiguo castillo fortaleza de Paso Alto y el Real Club Náutico de Santa Cruz de Tenerife, en agradecimiento y homenaje a la valiosa participación que tuvieron en la derrota de las fuerzas invasoras que al mando del inglés Horacio Nelson pretendieron invadir nuestra ciudad en 1797.

          Gladys llevaba unos dos años empeñada en dar vida a la exposición de veinticinco cuadros titulada “Nada es etemo”, donde destacan huevos, símbolo de nacimiento, ojos que fijan la mirada en el espectador, agua y cielo que rodean las islas, y escaleras que nos llevan desde la tierra y la naturaleza hacia el universo Infinito y el más allá, simbolizando las raíces del hombre con la tierra y la aspiración de trascender más allá de uno mismo, alejándose de lo cotidiano para permanecer para siempre en el universo que nos observa.

          Unos cuadros donde se resaltan colores como el azul intenso, máxima expresión de energía y sentimiento fuerte, combinado con otros tonos de la naturaleza como el verde conciliador y suave que acaricia y el ocre de la tierra, todo un derroche de luz que se expande por los cuadros.

          A Gladys de Armas, “pequeña gran mujer, artista y mujer en un mismo ser”, tal como la definió la presentadora de la exposición, la doctora en Historia del Arte Ana María Díaz Pérez, que nos llena de luz y energía cuando contemplamos sorprendidos sus cuadros, le auguró grandes éxitos en su futuro artístico y un lugar destacado en la pintura surrealista.

          Gracias, querida amiga, por tu trato tan exquisito y bondadoso y por el buen rato que nos regalaste en la inauguración de tu exposición.

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