Tristeza (Puerto y puerta - 105)

Por Rafael Zurita Molina  (Publicado en el Diario de Avisos el 14 de abril de 2013).

  

          Con tristeza, me remiten un correo que trata sobre una orden (18 de marzo de 2013) de la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad, “por la que se autoriza el cambio de la denominación específica del Colegio de Educación Infantil y Primaria García Escámez por Timplista José Antonio Ramos”.

          Este colegio, situado en la calle Carmelo Bethencourt, en Las Palmas de Gran Canaria, lo acordó por unanimidad el 23 de noviembre de 2009. Y tuvo que esperar hasta el 11 de febrero de 2013, que fue cuando el ayuntamiento de la capital grancanaria -el alcalde es Juan José Cardona- dio su conformidad. Lo que no sabemos es si a los niños y niñas del citado colegio se les informó sobre el porqué del cambio. Eso es lo triste; sin cuestionar en absoluto los méritos del músico, que son muchos.

          En tales reflexiones, la noticia fue el incentivo para rememorar la excepcional figura del general García-Escámez; en principio, por lo del colegio de educación infantil, acudo al libro de Juan Arencibia editado en 1999 para recuperar unas líneas: “El Mando Económico afrontó la tarea de poner en funcionamiento unos treinta complejos escolares de enseñanza primaria. Jamás, en tan poco tiempo, se ha realizado en Canarias una promoción cultural de esta envergadura”.

          Abundando sobre el Mando Económico, repaso la conferencia que pronunció en Las Palmas el general Emilio Abad Ripoll, en junio de 2006; fue en la Económica de Amigos del País de Las Palmas. Entre tanto bueno, sólo me cabe un párrafo de permanente vigencia: “Tenemos la obligación, todos, de difundir lo mucho y bueno que une para contrarrestar el rencor, la maledicencia, la envidia y la ignorancia de aquellos que -quien sabe por qué- sólo buscan lo poco y malo que separa”.

          Hace algo más de un año también traspasaba esta generosa puerta portuaria para resaltar la conmemoración de los 200 años de la Constitución de 1812. Refería la cercanía de Cádiz en el afecto por tantas fehacientes razones. Además de los médicos canarios formados en la gaditana Facultad de Medicina, la conocíamos porque era el principal pórtico de entrada en la Península. Y por la relevancia del amarre del cable desde Cádiz, en 1883.

          Vínculos que se dilatan y expresan en la conferencia de Andrés de Arroyo, en junio de 1951, sobre el general García-Escámez; justas palabras que formaron un libro prologado por José María Pemán. Sirva de muestra: “Una vez más Cádiz y las Islas Canarias se unen en un sentimiento y comparten una emoción. Cádiz dio vida al general y el general dio enormes cantidades de vida a las Canarias”. ¡Para no olvidar!

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