Dimensión regional (Puerto y puerta - 84)

Por Rafael Zurita Molina  (Publicado en el Diario de Avisos el 18 de noviembre de 2012).

 

          El pasado lunes, día 12, este periódico ofrecía la siguiente información: “La titular  del Ministerio de Fomento, Ana Pastor, en una visita realizada en la mañana de ayer al Puerto de la Luz y Las Palmas, anunció que su departamento se hará cargo de la obra de la defensa marítima de San Andrés a través de Puertos del Estado”. Al respecto, la Delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, manifestó que se trataba de una noticia muy positiva para la isla de Tenerife y en especial para el barrio marinero de San Andrés.

          Nos alegramos de la noticia, pero no en la forma. Pensamos que la ministra de Fomento, tras culminarse el acto que propició su desplazamiento a Las Palmas, pudo haberse desplazado hasta aquí, a esta otra capital, como destinataria de la noticia. Además, de haber sido así, la Delegada del Gobierno quedaba excusada de compartir su afabilidad con Tenerife. Lo decimos, en base a lo que manifestó en una entrevista que le hicieron tras su nombramiento; entre sus confesiones (un libro, un sueño, una canción, etc.), tuvo la franqueza de significarse: un lugar, Gran Canaria. Y es normal; perfectamente asumible mientras no conlleve actitudes excluyentes.

          Retrocediendo unos meses, el día 19 de mayo la ministra Pastor visitó el puerto de Granadilla, afirmando “que está llamado a ser complemento y alternativa para futuros crecimiento del tráfico de tránsitos”; asimismo, se acercó a las instalaciones portuarias de Santa Cruz de Tenerife, con especial atención a la base de contenedores en obras. Aquí estaban los que tenían que estar.

          Es cierto que comencé a hilvanar estas líneas escudriñando sobre la dinámica del pleito insular no apagado. Sentí que estaba echando más leña al fuego; y cuesta hacerlo. Reflexionaba sobre la dimensión regional de los partidos estatales; y sobre el no cumplimiento de una esencial norma institucional de Canarias, como es la defensa de sus intereses y la solidaridad insular. Sirva de triste ejemplo el debate sobre el estar o no estar en la Red Transeuropea de Transportes.

          Sentí actuales unas líneas de un editorial de La Tarde (21-08-1964), que discrepaba sobre la creación de un Jurado Territorial Tributario en la capital de la vecina isla, con jurisdicción en las dos provincias canarias: “Los adalides del divisionismo se han convertido ahora en apóstoles de la unidad y han alentado la creación de toda una serie de órganos y servicios regionales radicados en Las Palmas con lo que se pretende relegar a un modesto segundo plano a la isla mayor...“ Y, añado ahora, la más poblada de la Macaronesia... meciéndose en su dolce far niente.

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