El general Antonio Gutiérrez, insigne militar arandino

Por Pedro Ontoria Oquillas  (Publicado en El Día el 9 de septiembre de 1984).

 

          Hace unos días, pasando por Aranda de Duero, recordaba la egregia figura del general Gutiérrez y las queridas islas Canarias. Su motivo es claro: don Antonio Gutiérrez González-Varona nació en esta noble villa burgalesa y Santa Cruz de Tenerife es la corona de gloria más grande que puede ostentar en sus sienes.

          Evocar su figura es recordar la defensa de Santa Cruz el 25 de julio de 1797 contra el almirante Horacio Nelson. Sin embargo, no es mi intención rememorar ni analizar tal efemérides, realizada, no ha mucho, en diversos artículos de la prensa tinerfeña. Mi deseo sería divulgar el origen y lugar de nacimiento del general Gutiérrez, tal vez desconocidos por gran parte de nuestros lectores y desvirtuados por algunos autores. La figura del defensor de Santa Cruz de Tenerife merece un estudio crítico y ecuánime en donde se refleje su vida y sus virtudes castrenses.

          Los datos de los primeros años de su vida los encontramos en las historias de la villa de Aranda de Duero (Nota 1), ya que los historiadores de Santa Cruz de Tenerife son remisos en proporcionarlos, comprensible por otra parte (2).

          En el hermoso municipio de Aranda de Duero -“municipium pulcherrimum” lo denomina Lebrija en sus Décadas- nacía el 8 de mayo de 1729 don Antonio Miguel Gutiérrez González-Varona y fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista el 15 del mismo mes. La actual iglesia de S. Juan Bautista llama la atención por su magna portada abierta a mediodía y por la robustez del edificio construido con piedras sillares, bajo y corto, con poderosos contrafuertes, cerrada la cabecera por liso muro y a los lados de esa cabecera las capillas absidales de planta poligonal (3). Históricamente es famoso este templo porque en él se reunió el año 1473 un concilio provincial por iniciativa del turbulento arzobispo toledano don Alonso Carrillo de Acuña, so color de reformar las inmorales costumbres del clero, pero en realidad para ver el modo de conseguir a la princesa Isabel partidarios que defendiesen  su derecho sucesorio a la corona castellana (4).

          La partida de nacimiento, que puede verse en el Libro 4º de Bautismos, folio 261, dice textualmente: “En quince de mayo de mil setecientos veinte y nueve. Bauticé solemnemente a Antonio Miguel hijo legítimo de el capitán Dn. Josef Gutiérrez y Dña. Bernarda González Varona, vecinos de esta villa; fueron sus padrinos don Juan González Varona y doña Ana Cano, vecinos de ella a quienes advertí el parentesco espiritual y demás obligaciones y lo firmé. Don Manuel García.-” [Rubricado] (5).

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ARANDA DE DUERO. Al fondo a la izquierda Iglesia de S. Juan Bautista y, a la derecha, Iglesia de Santa María.

          Por ambas ramas su ascendencia es noble y claramente arandina. Aunque su padre don José Gutiérrez Verges, Coronel de Infantería, no había nacido en Aranda, sí eran naturales de la villa su abuelo don Gabriel Gutiérrez Silva y sus bisabuelos paternos, don Francisco Gutiérrez Santallana y doña Isabel Silva Herrera, así como su madre, doña Bernarda González Varona Cano; su abuelo materno, don José González Varona y su bisabuela, doña Jerónima del Rincón, hija del doctor don Pedro de Roa del Rincón y de doña Mariana Calderón (6). Esto nos demuestra que era castellano de pura cepa y no aragonés como han afirmado algunos autores (7).

          En la historia de Aranda aparecen desde muy antiguo los apellidos Gutiérrez, Cano, del Rincón, Santayana, Herrera y Calderón. En cuanto a González Varona o Barona, que de las dos maneras se escribe, el primero que se estableció en Aranda fue don Juan Francisco González Varona Torres, natural de Santo Domingo de Silos, que casó con doña Jerónima del Rincón, de Aranda. Tenía don Juan Francisco varios mayorazgos, entre ellos el de los “Torres”, con enterramiento y patronato en una capilla de la iglesia del convento de Silos y enterramiento también en el grado mayor de la capilla mayor de San Juan de Aranda.

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          Sus apellidos no siempre los usó en el mismo orden, pues en un bando que dictó en Santa Cruz de Tenerife y que se conserva en la Capitanía General figura su nombre y apellidos de la forma siguiente: Antonio Gutiérrez de Otero y Santallana González Barona Verges Cano Torres de Aragón Silva y Herrera. Esta combinación de apellidos nos prueba que el general se preocupaba y ponía interés por su prosapia.

          Don Antonio Gutiérrez se educó en un hogar netamente arandino, impregnado de religiosidad y de espíritu militar. Muy pronto comenzó su carrera militar, pues según él mismo afirma en un escrito dirigido al Rey en 1778, en el año 1743 ya estaba en la guerra de Italia. Intervino también en el desalojo de los ingleses de Puerto Egmond, en la Gran Malvina, en el año 1770, de comandante de las tropas de desembarco, y últimamente en la expedición de Argel, donde fue gravemente herido.

          En 1761 era capitán del Regimiento de Mallorca, en 1769 obtuvo el grado de teniente coronel, y el de coronel, en 1772. En 1781 ascendió a brigadier, y en 1784 fue nombrado comandante militar de la isla de Menoría y gobernador de Mahón, donde permaneció hasta su ascenso a mariscal de campo en 1790.Al año siguiente, Carlos IV le nombra Comandante General de las Islas Canarias, cargo que desempeñó hasta su muerte, que tuvo lugar en 14 de mayo de 1799. Su cuerpo reposa en la iglesia de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife, cuya acta de defunción se conserva en el Archivo Parroquial de la Iglesia Matriz tinerfeña, Libro 14 de Defunciones, folio 104.

          El general Antonio Gutiérrez se distinguió por su espíritu generoso y humano. El espíritu de caridad cristiana del general arandino resplandece en su testamento, en el que, después de entregar su alma al Señor, que la creó, dispone numerosas mandas para sus sobrinos y para los criados que le habían servido.

          En Aranda aún se conserva un recuerdo imborrable de su espíritu religioso y de su generosidad. En 1758 el Corregidor don Alonso Isidro de Narváez y Vivero consiguió permiso para construir un nuevo retablo para la capilla mayor de la iglesia de San Juan, donde pudiese recibir culto una bella imagen de Nuestra Señora del Carmen que había donado a la iglesia. El retablo quedó terminado y colocado, pero fue dorado y jaspeado merced a un donativo de 9.000 reales que, para este fin, envió don Antonio desde las Islas Canarias en 1797, según consta en nota escrita a margen de su partida de bautismo.

          Sirvan estas líneas para el mejor conocimiento de este prudente y sereno general que reclamó el honor del primer puesto en la lucha contra la división mandada por Nelson para ofrendar su vida por la Patria.

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NOTAS
1. Pedro SANZ ABAD, Historia De Aranda de Duero. Burgos 1975 pp. 251-254.- Silverio VELASCO PÉREZ, Aranda. Memorias de  mi villa y de mi parroquia. Madrid 1925 pp. 383-384.
2. José Desiré DUGOUR, Apuntes para la historia de Santa Cruz de Tenerife desde su fundación hasta nuestros tiempos. Santa Cruz de Tenerife 1875.
3. Francisco LAYNA SERRANO, Las iglesias de Aranda de Duero (Burgos). En: “Boletín de la Sociedad Española de Excursiones” nº 49 (Madrid 1941) págs. 181-105.- Pedro SANZ ABAD, Op. cit., pp. 117-122.
4. Pedro ONTORIA OQUILLAS, El concilio de Aranda. Aportaciones para su historia externa. En: “Boletín de la Institución Fernán González” nº 187 (Burgos 1976) pp. 99-1046.
5. Pedro SANZ ABAD, Op. cit., p. º261.- Salvador SIERRA, Datos biográficos del general Gutiérrez. Imprenta Bayo, Aranda de Duero 1974 p. 5 sin numerar.
6. Pedro SANZ ABAD, Op. cit., p. 251.
7. José DUGOUR, Op, cit., p. 159: “El comandante general D. Juan Antonio Gutiérrez, aunque enfermo y achacoso, era aragonés y por tanto firme e intrépido militar”.
8. Pedro SANZ ABAD, Op. cit., p. 254.- Silverio VELASCO PÉREZ, Op. cit., p.  383.