Nuevas reflexiones sobre Gutiérrez. Réplica del General Gutiérrez a Clerget, Cónsul de Francia
Por Pedro Ontoria Oquillas (Publicado en El Día / La Prensa el 30 de octubre de 1999).
Una vez impresa la obra Fuentes Documentales del 25 de julio de 1797 han llegado a nuestras manos diversos documentos relacionados con algunos de los publicados en la citadas obras (Nota 1). En concreto, quisiéramos referirnos a una carta información del General Gutiérrez al Príncipe de la Paz, don Manuel Godoy, por su íntima conexión y correlación con el segundo informe del cónsul de la República Francesa a su Ministro de Relaciones Exteriores en 20 de septiembre de 1797. El cónsul Clerget también envió dicho informe a su embajador en Madrid quien informaría a la Corte Española.
Gumersindo Robayna. A los hijos ilustres de Canarias. Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife
El informe debió ser motivo de comentarios y preocupaciones por lo cual previenen o avisan al General Gutiérrez de los asuntos contenidos en el informe del cónsul francés para que exponga su opinión o clarifique los datos.
La contestación de Gutiérrez presupone un oficio del 10 de noviembre de 1797 del Príncipe de la Paz, no localizado todavía, pero cuyo contenido está implícito en la respuesta del Comandante General de las Islas Canarias, don Antonio Gutiérrez. Sin más preámbulos transcribimos el interesante documento (2) que nos ayudará a enjuiciar e interpretar las fuentes documentales francesas del 25 de julio de 1797.
"Exmo. Sor. En cumplimiento de lo que me previene V.E. por su oficio de 10 de Noviembre del año próximo anterior en que me comunica de Rl. Orden, lo que el Cónsul de la República Francesa residente en estas Yslas ha escrito con fecha de 20 de septiembre último al Sor. Embajador que reside en esa Corte:
Expondré con distinción de particulares lo que sobre cada uno comprendo, siguiendo para mayor claridad el orden de ellos, en la misma forma que V.E. se ha servido comunicármelos.
Dice el cónsul que desde que fueron rechazados los Yngleses, la Clase de Artesanos y los Cultivadores del País tienen disposiciones muy favorables para con los franceses, pero que los grandes propietarios y los negociantes se muestran inclinados por los Yngleses. Si el cónsul entiende por disposiciones muy favorables para con los franceses, y por inclinación para con los Yngleses, la disposición, o inclinación a favor del sistema de los unos o de los otros, podía acaso haber notado alguna diversidad en las ideas con proporción a la diferente relación de circunstancias que tienen entre sí las distintas clases de que trata y aun esto yo no lo sé; pero por si lo entiende en otra forma no puedo menos de asegurar que por mi parte estoy persuadido de que los Ysleños de todas Clases como fieles Vasallos del Rey, tienen y reputan en el día a la Nación Ynglesa por Enemiga ya la Francia por aliada y que están prontos a derramar nuevamente su Sangre en crédito de esta verdad, pero si llegase a mi noticia que alguno olvidado de sus deberes manifestara desviarse en lo más mínimo de este principio crea V.E. que no perdería instante en tomar con él una resolución proporcionada a la gravedad y a las circunstancias del caso.
Dice también que además los empleados por el Rey han dado pruebas de su descuido con ocasión de varios insultos hechos por los Yngleses en estas Costas. Para esto ha citado la Presa de un Galion ricamente cargado, que poco antes habían sacado los Yngleses de debajo las Baterías y ha hecho memoria de la Corbeta Francesa la Mutine que los Yngleses sacaron del Puerto (donde creía estar en seguridad) sin que la Artillería de los Castillos se opusiese; lo cual dice animó a los Yngleses para tentar el ataque de la Ysla. Aunque las adjuntas Copias Números 1º y 2º que lo son de los partes que a su tiempo dirigí por la vía reservada de la Guerra (3), bastan por sí solos para dar una exacta y completa idea de la forma en que los Yngleses se apoderaron de los dos citados buques: el crédito de esta Guarnición que ha sabido granjearse el concepto y la admiración de sus mismos Enemigos me pone 'en la dura precisión de haber de asegurar a V.E. que la aserción del cónsul se halla destituida de fundamento según se comprueba evidentemente con las declaraciones recibidas a algunos de los mismos franceses apresados en la Mutine de los cuales incluyo Copia auténtica señalada con el Número 3º. (4)
Añade dicho cónsul que aunque la Ciudad y Puerto de Tenerife se pone en estado de defensa, la Gran Canaria está abandonada e insultada todos los días como ha sucedido con motivo de un Navío de Marsella medio armado que venía de Guadalupe el cual perseguido por dos Fragatas Ynglesas se refugió bajo el Cañón de los Castillos de donde las Fragatas lo sacaron, y que parte de la Tripulación que saltó a tierra no encontró en las Baterías ni Pólvora, ni Artilleros. Siendo la Ysla de Tenerife centro del Comercio, y de la consecuente prosperidad de las demás que componen esta Provincia no cabe duda en que será siempre entre ellas el primer objeto de la ambición enemiga, y la que algún modo decidirá la suerte de las otras, habiéndonos proporcionado la experiencia un ejemplar bien reciente de lo uno y de lo otro; y aunque es evidente que bajo este seguro concepto exige Tenerife la primera atención y que por lo mismo no he omitido el valerme de todos los arbitrios compatibles con mí situación y circunstancias para en lo que ellas permiten, poner esta Plaza en el estado de defensa que corresponde, no por eso se hallan abandonadas ni la Gran Canaria, ni las Yslas restantes cuya conservación y defensa me cuesta tantos afanes, desvelos y cuidados cuantos menos son los medios y arbitrios que para el fin me proporciona la actual constitución de ellas, no habiendo por mí parte dejado de aprovecharlos todos, y de dar sobre cada particular las disposiciones convenientes, comunicándolas en términos muy claros y positivos a los gobernadores, a los comandantes de Artillería e Yngenieros y a los demás a quienes pertenece el cumplimiento de ellas.
Y por último, Sor. Exmo., en cuanto al Navío de Marsella que cita el cónsul y que fue apresado por dos fragatas Ynglesas sobre la Costa de Canaria paso a manos de V.E. las adjuntas Copias Nº 4, 5 y 6 de los partes originales (5) que sobre el asunto he recibido del gobernador de las Armas de aquella Ysla y del oficial que se hallaba mandando en el Lugar de Guía por las cuales quedará V.E. enterado de lo ocurrido.
Que es cuanto deseoso de satisfacer a V.E. completamente en todo se me ofrece exponer sobre los particulares que comprende este informe.
Dios guarde a V.E. muchos años. Santa Cruz de Santiago Ysla de Tenerife 26 de Febrero de 1798.
Exmo. Señor. Dn. Antonio Gutiérrez. (Rubricado).
Exmo. Sor. Príncipe de la Paz"
El abate Pierre-François Clerget nació en la ciudad de Besançon, “vieille ville espagnole”, el día 20 de diciembre de 1745. Su partida de Bautismo se conserva en la parroquia de Santa María Magdalena (6) de la otrora capital del Franco Condado histórico y cuna de Víctor Hugo. Debió su prosperidad en el siglo XVI a Nicolás Perrenot de Granvela, canciller de Carlos V, de quien se conserva el Palacio renacentista con un museo histórico, “Palais Granvelle”. Clerget fue nombrado cónsul en las Islas Canarias el día 20 de agosto de 1795, cargo que desempeñó hasta el 5 de mayo de 1800, fecha en la que le sustituyó el médico y naturalista Augusto Broussonet. La intención que llevó a Clerget a pedir el consulado de Canarias fue, según carta que dirigió al entonces ministro de Relaciones Exteriores, Talleyrand, el querer escribir la Historia de las islas, de cuya existencia y publicación no hemos encontrado rastro alguno.
Fue Clerget quien recibió a la expedición “pour faire des Recherches et des Collections relatives á I'Histoire Naturelle” bajo la dirección del capitán Baudin y en la que intervino el naturalista y profesor André-Pierre Ledru. La expedición, como es sabido, tuvo que permanecer largo tiempo en Tenerife, a causa del mal estado del barco, La Belle-Angelique (7), luego vendido en pública subasta y reemplazado por un bric americano, llamado La Fanny.
Varios personajes importantes de la Isla prestaron a los ilustres visitantes toda clase de apoyo moral y material, poniéndoles a su disposición una casa habitación para alojamiento. Uno de los señores que más ayudó a los expedicionarios fue el marqués de Villanueva del Prado, que los alojó en su casa del Durazno varios días para que Ledru estudiase las especies que se cultivaban en el recién creado Jardín Botánico, del que figura una lista de plantas en su libro, Voyage aux îles de Téneriffe, La Trinité, Saint-Thomas, Sainte-Croix et Porto-Ricco, Exécuté par Ordre du Gouvernement Français. París 1810. La Expedición salió de Le Havre el 30 de septiembre de 1796 y duró hasta el 7 de junio de 1798.
La información del general Gutiérrez enviada a la Corte de Madrid es clara, enérgica y contundente donde manifiesta su interés y preocupación por la defensa de las Islas, interés que ya había mostrado en otras ocasiones adoptando diversas medidas, y donde confía en el españolismo de sus habitantes. Españolismo simbolizado poéticamente en el lírico y conmovedor poema de sonoras y bellas redondillas de Antonio Zerolo (1854-1923) del que no me resisto a transcribir sus últimos versos:
"Tenía que suceder... // Una bala de fusil // hizo al pájaro gentil // para siempre enmudecer.
¡Tinto en sangre, cara al sol, // aquel rey de los cantores // mostraba los dos colores // del estandarte español!
-¿Y el nido?- No sé, en verdad, // lo que fue del pobre nido. // Sólo sé cuán atrevido // luchó por la libertad // el pájaro de mi cuento ...
¡Tal vez los hijos quedaron // y la victoria cantaron // en las tapias del convento!"
Versos que han inspirado a un poeta de nuestros días, Antonio Bocanegra Larrazábal, un sentido comentario y un soneto denominado Símbolos que a continuación transcribimos (8):
"Otro año más, ¡Oh Tenerife amado // la prodigiosa gesta conmemoras: // A la Escuadra de Nelson; agresora, // Con valor rechazaste inusitado.
No prosperó el ataque, harto taimado, // de la Britania hueste bullidora, // pues, aunque holló tu tierra seductora, // hubo de reembarcar, mal de su grado.
A las tapias llegaron de un convento // algunos de los hombres invasores, // do un canario, según refiere el cuento
cantaba, sin cesar, himnos de amores... // ¡Y, al morir, tinto en sangre, cara al viento, // símbolo fue de España y sus colores!"
Acertó plenamente, comenta Bocanegra Larrazábal, el poeta al escoger como título para sus versos la significativa palabra “símbolo”y el amarillo canario, teñido con la roja sangre, que por la herida fluía, como representación de la bandera española... E, igualmente, vaticinó acertadamente al decir que “tal vez los hijos quedaron // y la victoria cantaron // en las tapias del convento”. Quedaron y quedan, para luchar por la libertad y el españolismo de Tenerife y de las Islas todas del Archipiélago los hijos y los hijos de los hijos del atrevido y valiente canario del convento.
Esa preocupación y defensa de lo canario del general Gutiérrez quedarían inmortalizadas por el pintor tinerfeño Gumersindo Robayna al incluir a don Antonio Gutiérrez, comandante general de las Islas Canarias, en su cuadro titulado A los hijos ilustres de Canarias que se exhibe en el Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife.
Notas:
1. P. Ontoria Oquillas, L.Cola Benítez.y D. García Pulido, Fuentes Documentales del 25 de Julio de 1797. Santa Cruz de Tenerife. 1997. Véase pp. 360-363 el Segundo Informe del cónsul Clerget.
2. Archivo Histórico Nacional. Estado. Legajo 569.
3. Fuentes y Documentales, op. cit., pp. 24-27.
4. En la copia nº 3 entre los testigos que declararon están Dn. Renato Emilio Savarian, «Guardia Marina, natural de la ciudad de Nantes departamento de la Lorena Ynferior de la República de Francia y Guardia Marina que ha sido de la Corbeta de Guerra de su Nación nombrada la Mutina que apresaron los Yngleses de este Puerto» y Dn. Juan Francisco Hameau, «natural de Srest en el Departamento de finis terrae de la República Francesa, que es Alférez de Navío y Oficial mayor en la Corbeta de Guerra nombrada la Mutina que apresaron los Yngleses esta rada».
5. No hemos podido localizar todavía las copias nº 4, 5 y 6. Existe mucha documentación dispersa en archivos públicos y particulares y tal vez algún día podamos entonar el ieureka!
6. Antonio Ruiz Alvarez dio a conocer la Partida de Bautismo de Pierre-François Clerget en la Revista de Historia Canaria, núm. 125-125 (Año 1959) p. 78.
7. Fuentes Documentales del 25 de julio, op. cit., p. 400 Sub voce Bella Angélica.
8. El soneto y comentario fueron publicados en el periódico EL DIA, Sábado, 25 de julio de 1987 p. 64 e incluido en el libro del autor Mis Sonetos. Santa Cruz de Tenerife 1990 p.35.