La Refinería (Puerto y puerta - 82)

Por Rafael Zurita Molina  (Publicado en el Diario de Avisos el 4 de noviembre de 2012).

 

          Hace 82 años, el 3 de noviembre de 1930 decía el diario La Tarde que “con la llegada del buque-tanque inglés Oleander, que se encuentra atracado al dique Sur de nuestro puerto, puede decirse que ha comenzado -se iba a inaugurar oficialmente el día 27- a funcionar la Refinería”.

          Esta noticia se  adorna con una gozosa declaración de bienvenida: “Nos vamos a limitar por hoy a anotar esta fecha de la llegada del primer buque con petróleo bruto -procedente de la isla de Aruba, a la salida del lago Maracaibo- para el nuevo importante establecimiento industrial por lo que significa para nuestra isla en la escala progresiva de su avance económico, ya que esta actividad que ahora se inicia, que tiene interés general por si sola, se derivarán otras aplicaciones e industrias que darán auge y provecho a Tenerife”.

          Por otra parte, Juan Arencibia de Torres y Luis Cola Benítez, autores del libro publicado con motivo del 75 aniversario de la Refineria de Tenerife, en el año 2005, al referirse a esta escala reflejan de forma nítida lo que constituyó todo un acontecimiento para la ciudad de Santa Cruz.  Dicen que la gente se agolpaba con curiosidad en el paseo alto del dique Sur para presenciar las operaciones de atraque y descarga del crudo; y que la prensa dedicó grandes espacios a la noticia, consciente de que era el inicio de la producción de la gran industria recién establecida y de una importante etapa en la economía nacional -era la primera Refinería española- e insular.

          En cuanto a la inauguración, algo hay que decir sobre el contenido de los discursos; las fechas son mutables. Breves pinceladas: El gobernador civil felicita a los obreros y a los técnicos de la obra, terminando con vivas a España y a Tenerife; el obispo pide que haya paz y armonía y que cada uno sepa ocupar su puesto porque el trabajo es lo que hace felices a las personas; don Andrés Arroyo afirmaba que nuestra isla recibirá siempre con los brazos abiertos -muchas veces se olvida- a las industrias; y el señor Recasens, en representación de los que vinieron de la Península, destacó las facilidades encontradas en Tenerife, calificando a la Empresa como la última palabra de la ciencia.

          En la actual coyuntura, cabe renovar los especiales vínculos de la Compañía petrolera con la Ciudad y la Isla. Históricamente, hay que resaltar el dato de que hasta el año 1977 -cuando cambió el logotipo- su divisa fue la de Tenerife. Asimismo, su cercanía se patentiza recordando a los buques de su antigua flota que navegaron con la matrícula de nuestro puerto.

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