Palabras al trabajo de Juan Tous sobre el Chinyero

Por Daniel García Pulido  (Publicado en El Día / La Prensa el 30 de junio de 2012).

 

          En el marco conmemorativo del centenario de la emblemática data de noviembre de 1909, centrado en el proceso eruptivo del volcán Chinyero en el municipio de Santiago del Teide, han visto la luz varios libros y exposiciones que han acercado de manera fehaciente aquel acontecer de la naturaleza a nuestro conocimiento más cercano. La relativa inmediatez a aquel acontecimiento, arrancando el pasado siglo, en una época ya en la que las comunicaciones permitían una cobertura medianamente intensa de los sucesos, nos ha permitido revivir a través de tales testimonios, tanto literarios como gráficos, una de las páginas más conmovedoras de la historia geográfica de nuestra isla; y es precisamente en ese ámbito de difusión cuando llega a nuestras manos, en estas fechas, un ejemplar de la obra La erupción del Chinyero a través de la cartografía, la fotografía y los documentos oficiales (del 18 al 27 de noviembre de 1909), escrito y editado por D. Juan Tous Meliá.

          Al introducirnos en sus páginas, al profundizar poco a poco en sus contenidos y sus diversos apartados, nos damos cuenta de que estamos ante un trabajo modélico en cuanto al estudio sobre la gestión documental del espacio, de los protagonistas y del germen activo, de los hechos, de un suceso histórico. Juan Tous analiza con la precisión del científico que subyace en su formación académica los detalles que conforman aquella página de nuestro ayer geológico, desgranando no solo su apariencia sino partiendo, en no pocas ocasiones, en pos de su vertiente "invisible", rastreando hasta el más mínimo retazo documental, el archivo más recóndito, la referencia precisa para cerrar el círculo de esos enunciados que constituyen el discurso de sus interpretaciones. Su nivel de eficiencia en el tratamiento del mundo de la cartografía y de la imagen ya ha sido refrendado con los mejores trabajos que hayan visto la luz hasta la fecha en las Islas sobre esta temática, y obviamente ese caudal de excelencia asoma con creces en las páginas de esta obra. A ese bagaje visual del mundo de los mapas, los planos y los croquis, Tous Meliá añade esa otra faceta que domina con certera inteligencia, esa destreza, difícil de encontrar en la actualidad, de "perseguir" la información hasta sus extremos más inverosímiles, revolviendo archivos y bibliotecas con una capacidad extensiva que deja poco o ningún espacio a la novedad.

          A lo largo de sus 335 páginas el autor nos acerca, precedido del necesario contexto histórico de aquel año 1909, a todas y cada una de las manifestaciones visuales (sea fotográfica, pictórica o cartográfica) que vieron la luz en aquellos mismos días de la erupción del Chinyero, con un estudio especial del plano levantado por D. Antonio de Ponte, figura singular en el ámbito del seguimiento pormenorizado de aquel acontecimiento de la Naturaleza en su estado más puro. Tous Meliá vertebra su investigación en torno a dos coordenadas: la secuencia cronológica, que permite al lector seguir paso a paso los avatares de aquellas jornadas; y las pautas tipológicas, diferenciando los distintos tipos de soporte de la información, ya sean mapas, imágenes fotográficas, o bien documentación oficial, informes o correspondencia. En todo momento, el autor complementa la información que va emergiendo de las fuentes historiográficas primarias con interesantes apuntes sobre la biografía de los personajes, en un ejemplo agradecido de didáctica y magisterio. La bibliografía y la recuperación del material ilustrativo son, sin duda, los más completos que se han efectuado hasta la fecha sobre la erupción del volcán Chinyero.

          Uno de los puntos más atrayentes de esta obra, a nuestro entender, es que se advierte de forma diáfana y atrayente esa fusión, buscada por Tous Meliá, entre el proceso eruptivo y la faceta humana asociada a dicho acontecimiento. No solo se describe de forma categórica y exacta el episodio vulcanológico a la vista de sus representaciones visuales sino que el autor otorga una parte importante de su trabajo a estudiar la actuación de las autoridades ante el propio fenómeno eruptivo, la vida de esas personas que intervinieron tanto en el estudio como la gestión de la crisis. El interés de Juan Tous alcanza a incluir, en dieciséis interesantísimos apéndices, los informes coetáneos de científicos, escritores o testigos directos de aquel Chinyero encendido, con textos en su mayoría inéditos o poco conocidos por el público, en lo que se configura como una recopilación envidiable que nos acerca, tal si fuéramos testigos en papel, a aquella "fastuosa" efemérides.

          Desde estas líneas, nuestra felicitación más sincera al autor por brindarnos todo este caudal de información acerca de una de las páginas más llamativas de nuestro pasado geográfico, así como nuestro agradecimiento por su generosidad al hacernos partícipe de sus conocimientos y de su magisterio en esta parcela con tal dosis de entrega, de pasión y de meticulosidad. No cabe duda de que esta obra es un título esencial ya para todo aquel que quiera adentrarse en la historia del Chinyero.

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