"El manco de Tenerife" y el sentir popular

Por Luis Cola Benítez  (Publicado en El Día el 13 de abril de 1997)
 
                    En el Museo Militar Regional de Canarias, en el antiguo fuerte de Almeida de nuestra Capital, a la entrada de sus salas, figura la siguiente estrofa de un poema de Nicolás Estévanez:

  " Es signo de decadencia / en los pueblos y en las razas / el olvido de las glorias / y los timbres de la Patria."

           No sé a quién se le ocurrió poner estos versos allí, pero hay que felicitar al autor de la idea, pues constituyen una inmejorable introducción a la visita que en dicho punto se inicia. Respecto a la idea que inspiran, es un legítimo orgullo para Santa Cruz el hecho de que, al recordar y ensalzar las glorias propias, nuestro pueblo haya demostrado que sabe hacerlo con ánimo abierto y con la grandeza propia de su espíritu hidalgo, sin desmerecer ni disminuir las glorias ajenas. En primer lugar, porque esto último sería propio de almas mezquinas; en segundo, en relación con la Gesta cuyo Bicentenario se celebra, y utilizando un símil deportivo, porque para medir el mérito de nuestro equipo, no es lo mismo eliminar por goleada al Real Madrid, que al Villacascarrias F.C. 

         Se ha dicho que se piensa erigir un busto a Nelson y ello no es cierto, pero sí lo es que se va a hacer a su vencedor, el invicto general Gutiérrez. Ya tiene bastante el marino inglés con una calle en nuestra ciudad, lo que para algunos resulta inexplicable, aunque Nelson sea un personaje de renombre universal, como lo son Napoleón, Hernán Cortés o el Gran Capitán. Todos ellos hicieron la guerra de acuerdo con la época en la que vivieron, y no podía ser de otra forma. Es cierto que Nelson vino a robar, a expoliar, que amenazó con incendios y la destrucción si se le oponía resistencia, y que pensaba imponer pesadas contribuciones. Éstas, y no otras, fueron sus iniciales intenciones, al margen de que, de haber tenido éxito, cabe en lo posible que  pudiera haberse estabilizado la soberanía de su país en las islas. Pero así era la guerra entonces: aprovechar todas las ocasiones que se presentaran para hacer “presas” al enemigo, en beneficio de su rey, de los oficiales y de las tropas que las realizaban. Cualquier militar o marino que dejara escapar una ocasión propicia para ello, no sólo iba contra sus propios intereses, sino que hubiera faltado a su obligación.

           Pero volvamos a los versos de Nicolás Estévanez, que son un fragmento de un poema más largo, que sin duda conocería completo el autor de la idea de exponerlos. Es el mismo en el que se dice:

"Cuanto más alta se ponga / de Horacio Nelson la estatua / más alto verán los siglos / el nombre de mi Nivaria." 

         Y también es el mismo poema que, refiriéndose a Nelson, concluye:

"...Y dado que sus laureles / reverdecen en mi patria / y su gigante columna / es un templo a nuestra fama, / elevemos la memoria / del marino de Britania /  y al par de su ilustre nombre / el de las Islas Canarias."

          Este poema, escrito en 1871, según cuenta el mismo don Nicolás, fue inspirado en sus paseos por Londres en 1868: “Cuando cruzaba Trafalgar Square pensaba en la patria ausente, sobre todo en la pequeña patria, viendo elevada más alta que los techos la hermosa estatua del manco de Tenerife.” 

          Al conocerse esta poesía en Tenerife, leída por José E. Calzadilla en el Ateneo de Santa Cruz el 24 de julio de 1871, fue recibida con tal entusiasmo que pudo comprobarse que el patricio canario había hecho diana en el sentimiento del pueblo tinerfeño. Y no sólo fue así, sino que también sirvió de inspiración a otros poetas que cantaron la Gesta. En 1889, Antonio Zerolo cantaba:

 "Yo no puedo decir como Quintana, / “Inglés te aborrecí y héroe te admiro”, / que amante soy de la familia humana / y en cada hombre a un semejante miro. / Si alguna vez en Londres populoso / veo alzarse tu estatua, con profundo / respeto exclamaré: ¡Salve, Coloso!  / ¡por tí es Nivaria admiración del mundo! "

          Poco más tarde, el joven Cristóbal Real leía en el Gabinete Instructivo de Santa Cruz:

" Nelson..! No execro tu historia / y en mi pobre rima varia / hasta ensalzo tu memoria... / ¡pues le diste a mi Nivaria / el mayor lauro de gloria!!!"

           Está generalmente aceptado que los cantores, los poetas, son la voz del sentir de los pueblos.