Santa Cruz y el encuentro de dos mundos

Por Miguel Melián García  (Publicado en El Día el 12 de mayo de 1994)

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    La Santa Cruz, símbolo de la Ciudad    


     Y la cruz navegó… Cientos de estelas dibujaron del mar las extensiones…

     Con la cruz en las anclas y en las velas,

     Añaza vio llegar las carabelas,

     Añaza vio llegar los galeones…

                         RAMÓN GIL-ROLDÁN Y MARTÍN  (1881-1940)

 

          El próximo mes de mayo cumplirá Santa Cruz de Tenerife medio milenio. En efecto, a finales de abril o primeros de mayo de 1494 las playas de Añaza, o Añazo, fueron holladas por el Adelantado don Alonso Fernández de Lugo y sus hombres, que iniciaron con su desembarco ellas la conquista de la isla de Tenerife.

           Don Alejandro Cioranescu, en su Historia de Santa Cruz de Tenerife, nos dice: "Se sabe que Alonso Fernández de Lugo emprendió la conquista de Tenerife, con licencia de los Reyes Católicos y con la colaboración de algunos capitalistas, que le proporcionaron las cantidades de dinero necesarias para organizar y mantener la expedición. De hecho fueron necesarias dos expediciones diferentes, ya que la primera había fracasado, tras la derrota y el desbarajuste de La Matanza de Acentejo. En ambas expediciones, Santa Cruz había servido de puerto de desembarco, de campamento y de base logística a la vez. Fue así como recibió Santa Cruz, desde el primer momento, su consagración como puerto principal de la Isla y, al mismo tiempo, se convirtió en el primer lugar de la Isla poblado por los conquistadores, desde antes de haberse terminado la conquista".

La primera Misa

          “Las fuentes tradicionales -añade el ilustre profesor- afirman que el día 3 de mayo, fiesta de la Cruz, se celebró la Santa Misa por primera vez en Tenerife, en el campamento de Añazo, y que esta festividad ha dado nombre a la ciudad de Santa Cruz”.

          En el Museo Municipal de Bellas Artes de nuestra capital podemos admirar los cuadros "Fundación de Santa Cruz" y "La Primera Misa", en los que el pintor santacrucero Gumersindo Robayna Lazo (1829-1898) recoge los momentos fundacionales de lo que hoy es Santa Cruz de Tenerife.

¿Qué celebramos en este Quinto Centenario?

          Para este humilde santacrucero de a pie -que también se siente muy vinculado a La Laguna-, este año 1994 se cumple medio milenio de que aquí, en lo que hoy es la Ciudad de Santa Cruz de Tenerife, se inició para nosotros el encuentro de dos mundos: el mundo neolítico de los guanches y el mundo renacentista de los conquistadores españoles. Aquí, en las playas de Añazo y en 1494, comenzó, con sus luces y con sus sombras, la formación de la actual sociedad tinerfeña.

La Laguna, primera Capital de la Isla

          Enseguida, al acabarse la conquista en 1496, los poderes administrativo, político y eclesiástico se trasladaron a La Laguna, que ya en 1497 se convierte en la sede del Cabildo de la Isla. Santa Cruz es, desde entonces, el puerto de La Laguna y la plaza fuerte que defiende a la Isla y, por tanto, también a La Laguna. La ciudad de Aguere pasa a ser pronto la población más importante de la Isla, en la que se establece la aristocracia (“la lluvia pule la piedra de los blasones" de las casas de sus nobles), y en 1531, treinta y cinco años después de terminada la conquista, la que era ya, desde finales del siglo XV, la población más importante de la Isla, recibe de la reina doña Juana de Castilla el título de Ciudad.

Ascenso lento de Santa Cruz

          Santa Cruz fue “ascendiendo” mucho más lentamente que La Laguna. Ya lo decía el gran poeta Pedro García Cabrera en su Canto a Santa Cruz: “Tú te has ido creciendo poco a poco, / trabajándote al ritmo de las olas, / …/ Te quiero porque vienes desde abajo, / de descalzas arenas, y no ocultas / tu quehacer de obrera de los mares…”.

           Por su heroica defensa de la Isla, Santa Cruz consigue, pese a la oposición de La Laguna, la categoría de Villa Exenta con los títulos de Muy Leal, Noble e Invicta en 1803; pasa a ser interinamente sede de la Diputación Provincial de las Islas en 1813; en 1821 se convierte en la capital de la provincia de Canarias; y en 1859 obtiene el título de Ciudad. Finalmente, se le concede el título de Muy Benéfica por el heroico y abnegado comportamiento de sus habitantes durante la epidemia de cólera de 1893.

          Pero la historia de lo que hoy es la capital de la Isla, de la provincia, y una de las dos capitales de la Comunidad Autónoma empezó en aquel lejano 3 de mayo de 1494 ante la cruz que da nombre a la Ciudad.

          Como ha dicho en estos días el citado profesor Cioranescu, “todas las ciudades de América del Sur fueron fundadas de igual forma; años más tarde, se les concedió el título de Ciudad”. Y el ilustre historiador Antonio Rumeu de Armas dice con rotundidad: “Santa Cruz tiene todo el derecho a celebrar su 500 aniversario”.

          Y esto es así, aunque a algunos políticos traten interesadamente de enmendarle la plana a la Historia.

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