...y unos cuantos destacados y muy ilustres desertores

 

Las caras más ocultas de la Gesta de 1797

Por Tinerfe Fumero   (Publicado en el Diario de Avisos el 25 de julio de 2011)
 

          Si los comportamientos heroicos y admirables se sucedieron durante los cinco días en los que se rechazó el intento de invadir y/o saquear Santa Cruz de Tenerife por parte del Almirante Nelson, tampoco faltaron algunas lamentables deserciones.

          Sea por los intereses ingleses en la Isla, especialmente fuertes con las grandes familias del Norte y La Laguna, o por mera cobardía, no fueron pocos los que renegaron del combate, dejando sin cubrir hasta dos baterías ante el enemigo.

          En su documentada Los desertores en la Gesta del 25 de Julio, Juan Carlos Cardell nos cita entre ellos a todo un Marqués, el de Fuente de Las Palmas, de nombre Domingo Chirino Soler y a la sazón comandante general de la Columna de Granaderos, que habría huido del combate.

          Pero la nobleza tiene más representantes en tan infausta lista, ya que Cardell coloca entre ellos, fundamentado en abundante bibliografía, al teniente del Regimiento de Cazadores de La Laguna Antonio Monteverde Rivas Ponte, perteneciente a una de las familias más ricas de la Isla y dueño del Mayorazgo de Rivas.

          Otro potentado al que se le achaca conducta tan impropia es al capitán Andrés Agustín De Torres Perdomo, aquellos días capitán de Cazadores del Regimiento de La Orotava y nada menos que titular del Mayorazgo de Tacoronte…

Elegidos para rendirse

          Con la distancia, resulta hasta cómico rememorar -como recogió entre otros la escritora y pintora Elizabeth Murray en sus Recuerdos de Gran Canaria y Tenerife- que tres oficiales llegaron a La Laguna huyendo del combate y, para justificar su deserción, anunciaron la derrota ante los ingleses.

          Que sea Álvarez Rixo quien remate la historia: “Más cuando el Cabildo de La Laguna, que ya había nombrado los Diputados que habían de bajar a la Plaza para tratar la Capitulación, pues creían que el General Gutiérrez había muerto y que la plaza había rendido según le había dicho horas antes D. Ventura Salazar de Frías y Polier, que se fugó de Paso Alto”.

Unos versos que hieren como espadas

          En la bibliografía sobre lo acaecido en Santa Cruz de Tenerife aquel 25 de Julio de 1797, destacan los acerados e hirientes versos confeccionados por Lorenzo Pastor y Castro y Graciliano Afonso.

Todo un Marqués de Chirino, Comandante,
del Cuerpo del Pays, fuerte columna.
apenas oyó el ruido fulminante
el camino tomó de La Laguna.
Salazar y Velasquez van delante
dando la voz infausta e inoportuna
¡de estar todo perdido, el Jefe muerto!
¡Y los ingleses, ya dueños del Puerto!
Su Sargento Mayor, Castro, que erguido
a nadie cede en el marcial despojo,
incomodado del nefando ruido
escapa como tímido conejo.
Monteverde tomó el mismo partido
viendo lo saludable del consejo,
y Torres, suponiendo un gran insulto,
entre dos milicianos escurrió el bulto.         Lorenzo Pastor y Castro

¡Ay, Orotava, Orotava,
oprobio de estos tiempos!
Lloren los doce hogares
aquel solar primero
semillero de orgullo
fuente de menosprecio.         Graciliano Afonso