La capilla del Santo Sudario (Retales de la Historia - 14)
Por Luis Cola Benítez (Publicado en La Opinión el 10 de julio de 2011).
Corría el año 1735 y el Lugar y Puerto de Santa Cruz era un pueblo de unos 6.000 habitantes, en el que ya se comenzaba a recoger el fruto de una actividad cada vez mayor, que respondía a la inercia del impulso demográfico y mercantil experimentado desde el siglo anterior. Es cierto que ya la trama urbana llegaba hasta la antigua calle San Roque –Suárez Guerra– y que, hacia los Toscales, las de la Marina, San Francisco y San Juan Bautista habían alcanzado el barranquillo de San Antonio, hoy cubierto por la calle de su nombre, al tiempo que en su solar habían comenzado a establecerse influyentes personajes al amparo de la actividad que promovía el puerto. Pero no es menos cierto que, exceptuando a unos pocos, la pobreza era generalizada en el pueblo.
La situación era tal que en el citado año el párroco de la Concepción expresaba que la iglesia "se encontraba sin fondos ni renta que baste para mantener una lámpara", razón por la que pedía al Cabildo de la Isla le concediera permiso para construir una casa para carnicería, que no existía en el pueblo, de cuyas rentas podría beneficiarse
La casa construida por la parroquia, además de acoger la venta de carnes, era a la vez matadero, función que hasta entonces en parte se seguía realizando en huertas y patios de las casas del pueblo, a pesar de que expresamente estaba indicado para este menester la margen izquierda de la desembocadura del barranco de Santos, razón por la que aquel lugar fue conocido como playa de
A la vista de ello, el alcalde real del Puerto, Juan de Arauz y Lordelo, preocupado por la situación en que se encontraba la santa reliquia histórica, solicitó al obispo, en 1743, licencia para construir en el mismo lugar una capilla que le sirviera de abrigo y protección, bajo la advocación del Santo Sudario, en la que también entronizó una imagen de la Virgen de los Dolores. Aducía, además, que en la capilla podría celebrarse el Santo Sacrificio de la Misa, lo que sería un gran beneficio para los vecinos inmediatos, que por su extrema pobreza no disponían de ropas decentes para acudir a la parroquia los días de precepto, y para los reclusos de la cárcel que estaba situada frente a
Con el paso del tiempo fue viniendo a menos el culto en la capilla del Santo Sudario y, de celebrarse tres misas al año, se pasó a que se celebrara sólo el día 3 de mayo, costumbre que se prolongó durante años, hasta que el estado de ruina a que había llegado la Carnicería debido a los pobres materiales empleados en su construcción, hizo que las autoridades decidieran ocuparse de su reparación. En aquel momento era alcalde de Santa Cruz
La iniciativa la tomó entonces el beneficiado parroquial Juan José Pérez González, que solicitó al obispo Tavira y Almazán permiso para demoler la capilla anexa, que según se decía ya no prestaba servicio por no estar en condiciones, lo que permitiría ampliar
Así acabó una de las capillas –si no la única– con que contó Santa Cruz. Nada sabemos de la Virgen de los Dolores que en su interior acompañó durante medio siglo a