Cuando Santa Cruz pudo con Nelson

 

Por Job Ledesma   (Publicado en ETC / La Opinión el 6 de agosto de 2006)

 

          El aniversario de la victoria de Santa Cruz de Tenerife sobre una escuadra comandada por Horacio Nelson trae a la actualidad un hecho histórico que no recibe la importancia que tiene. La Tertulia Amigos del 25 de Julio propone, entre otras iniciativas, destacar los lugares significativos de la Gesta, como los emplazamientos de los fuertes, con una serie de hitos y placas.

          De aquella victoria de un Tenerife comandado por el general Gutiérrez contra Nelson se cumplieron la semana pasada 209 años. Dicen muchos entendidos que es el hecho histórico más importante en el devenir no sólo de Santa Cruz, sino de toda Canarias. Los británicos llevan dos siglos quitándole peso ala derrota al decir que sólo fue una escaramuza , que no fue para tanto, que no hubo rendición. Quizás por esa campaña de desgaste, Santa Cruz recuerda con tanta timidez uno de sus sucesos más importantes.

          Ahí está sin embargo la Tertulia Amigos del 25 de Julio, una reunión mensual de historiadores y aficionados que escarba en la historia para explicar lo que queda por saber de aquella victoria, pero también para que la famosa Gesta tenga la importancia que se merece.

          Una de sus últimas propuestas consiste en la instalación por toda Santa Cruz de una serie de hitos de piedra que recuerden los lugares donde estaban ubicados los 16 fuertes, castillos y baterías que conformaban la defensa de Santa Cruz en aquellos días de finales de julio de 1797. ¿Por qué tanto fuerte? Emilio Abad Ripoll es general de brigada retirado, precisamente de Artillería, y presidente en la actualidad de los Amigos del 25 de Julio. Su respuesta es clara: “Santa Cruz era la única plaza fuerte de toda Canarias. Y los ingleses tenían claro que si caía Santa Cruz, caía Tenerife; y si caía Tenerife, caía toda Canarias.”

          Segunda pregunta, ¿entonces la intención de Nelson y su escuadra era ocupar Canarias, no simplemente trabar un pequeño raid para hacerse con la carga de varios buques que estaban fondeados en la bahía santacrucera? Emilio Abad es de la idea de que si Nelson llega a vencer, aquí estábamos todos hablando inglés y animando al Chelsea: “Venían a por todas. Piensa que la navegación de aquella época se hacía casi siempre bordeando la costa a partir de una serie de puntos de apoyo. Desde Inglaterra hasta la India, su joya de la corona, los ingleses primero tenían a Portugal, su aliado tradicional, y luego Madeira. Pero desde Madeira hasta Nigeria no tenían ningún lugar para repostar y descansar. Ese lugar debía ser Canarias”. Militar de larga carrera, Abad muestra una visión estratégica del conflicto. “Si Nelson toma Tenerife, ¿cuándo podría España recuperarla? En 1797 la flota española estaba bloqueada en Cádiz; en 1805 la flota queda destrozada tras la derrota de Trafalgar; en 1808 empieza la Guerra de la Independencia; en 1814 es la emancipación de la provincias españolas en América; no queda tiempo para que España regrese a por Canarias, y está vigente el ejemplo de Gibraltar.”

          Volvamos a lo que queda de la victoria sobre Nelson en Santa Cruz y la manera en que se quiere recuperar. La idea de la Tertulia es remarcar los emplazamientos de la artillería de la época, que sumaba casi un centenar de piezas, con unos recordatorios de piedra que se situarían sobre la calzada. “En la parte superior iría un dibujo con el perfil de cómo era el fuerte o la batería, y luego, debajo, estaría un texto explicativo sobre una placa de bronce”, remarca Abad. El Centro de Historia y Cultura del Mando de Canarias ya tiene elaborados los textos de esas placas y además se encargaría de situar la ubicación exacta de los hitos.

          Esta idea se suma a otra, producto también de la Tertulia: destacar con unas placas los lugares significativos de la Gesta, ubicaciones como la parte alta de la Plaza de la Candelaria, entonces Plaza de la Pila, donde se agruparon los tres centenares de ingleses que consiguieron desenbarcar en Santa Cruz durante la madrugada del 25 de julio. Otro espacio destacado es la antigua ubicación del convento de Santo Domingo, donde ahora se alza el teatro Guimerá. En ese convento los ingleses se hicieron fuertes hasta que al ver que no podían recibir ayuda de sus barcos, decidieron capitular.

          La propuesta para establecer los hitos de recuerdo se presentó hace un año al Cabildo de Tenerife y al Ayuntamiento de Santa Cruz. El tema sigue adelante en las dos instituciones, aunque sin que, por ahora, se hayan establecido plazos para su puesta en marcha. La cercanía de las elecciones, en mayo del próximo año, permite aventurar que la idea de los hitos puede quedar para la próxima legislatura, si es que prospera.

Visita turística

          En el Cabildo, las propuestas de la Tertulia se suman a otra iniciativa, la de establecer una ruta de los castillos en Santa Cruz similar a la que ya funciona en La Laguna y que tendría a la derrota de Nelson como su gran reclamo.

          Como copia de otros lugares que sí saben preservar su historia e incluso la venden como reclamo turístico, Santa Cruz podría ofertar su visita turística sobre la Gesta del 25 de Julio de 1797. El recorrido debería partir de la Plaza de España, donde se situaba el castillo de San Cristóbal, la principal defensa de la ciudad. La plaza está ahora en obras, pero donde antiguamente se ubicaba un quiosco de información turística, allí estaba la torre superior izquierda, mirando al castillo desde el mar, de las cuatro con que contaba San Cristóbal.

          Una de las dudas que planteaba la Tertulia sobre las obras de la Plaza de España era si precisamente iban a respetar uno de los pocos vestigios que quedan del ataque de Nelson. En la parte baja de la plaza, justo donde el muelle conecta con el aparcamiento a través de un pasaje subterráneo, se conserva la antigua sillería del muelle en la que aún se dejan ver los impactos de bala del ataque. La Tertulia presentó una solicitud para que estos restos se preservaran a pesar de las obras.

          De lo que no queda nada es del castillo de San Cristóbal, demolido a comienzos del siglo XX para permitir una mejor conexión entre la ciudad y la carretera de San Andrés. En el castillo estaba también ubicado el Tigre, el cañón que apuntaba hacia la playa, el que dicen que fue responsable de que Nelson perdiera su famoso brazo derecho en las playas de la capital.
El Tigre se conserva en el Museo Militar de Almeyda, junto con una colección de objetos relacionados con la Gesta que ocupan toda una sala. El museo, que recibe numerosos visitantes ingleses a lo largo del año a cuenta de la Gesta, despliega una impresionante maqueta que reproduce el Santa Cruz de Tenerife de 1797 y en la que, mediante luces, una narración y efectos de sonido se describen los cuatro días que duró el ataque de Nelson contra la ciudad. En la sala dedicada al ataque de Nelson está la bandera del HMS Emerald, uno de los buques ingleses, un pequeño cañón que se les capturó, maniquíes con uniformes de la época y varias maquetas, como la que reproduce el asalto de la playa situada junto al castillo de San Cristóbal, el desfile de los ingleses tras la capitulación o el hundimiento del cúter Fox.

          Este cúter, una pequeña embarcación de vela con un solo palo, formaba parte de la escuadra de asalto de Nelson. Transportaba unos 180 hombres, así como municiones, vituallas y 18 cañones. Mientras navegaba hacia la playa de Santa Cruz, un impacto de artillería bajo la línea de flotación lo hundió. Fue uno de los puntos decisivos que inclinó la balanza del asalto a favor de los defensores.

          Con el Fox se perdieron 97 vidas y todo el material que transportaba. Ahora hay un proyecto para localizar los restos del cúter. Un equipo de historiadores y buceadores se han puesto en contacto con la Tertulia para llevar a cabo los trabajos de ubicación del pecio del Fox, que se presume está en algún lugar entre Paso Alto y la plaza de España.

La Historia y su interés

          La preocupación de la Tertulia y el museo por mantener viva la memoria de la victoria contrasta con el escaso interés que se palpa en otros estamentos. Por desgracia son pocos los lugares que se preservan del Santa Cruz de de finales del siglo XVIII. Sólo dos defensas de la época permanecen casi intactas, las dos cerradas o un estado deplorable, lo que dice bien poco del interés de Santa Cruz por su historia. El Fuerte de San Juan, ahora denominado Castillo Negro, permanece con sus puertas cerradas hasta que el Ayuntamiento decida qué hacer con él. Hay varias ideas sobre dedicarlo a actividades culturales, pero como se apunta desde la concejalía competente, al ser un edificio histórico declarado Bien de Interés Cultural (las graciosas siglas BIC) es difícil acondicionarlo para cualquier actividad, porque apenas se puede alterar su morfología.

          Lo que queda del castillo de Paso Alto aún sigue sin uso y pasto de las basuras, mientras los cañones que durante años se emplazaban en este lugar se mantienen aburridos en el parque Viera y Clavijo. También desde el Ayuntamiento se apunta a que la reutilización del castillo de Paso Alto está pendiente de que se arregle un papeleo con la  Autoridad Portuaria. La intención del consistorio es que los cañones regresen a esta ubicación.

          Sólo una pequeña estatua y una calle minúscula recuerdan al General Gutiérrez, verdadero artífice de la victoria. Mientras el derrotado, Nelson, luce su nombre en nada menos que una avenida. Ni siquiera hay una estatua que recuerde el ataque y a los que cayeron defendiendo la ciudad.

          Esta situación podría cambiar si sale adelante la propuesta del Ayuntamiento para que Santa Cruz se incluya en las rutas históricas de la UNESCO. Desde el consistorio se adelanta que esa declaración de ruta histórica supondría un espaldarazo para aspectos históricos de la ciudad como el mismo ataque de Nelson.

Tres siglos de Jennings

          La actividad de la Tertulia no se limita al ataque de Nelson. Está próximo a celebrarse otro importante aniversario para Santa Cruz. El 6 de noviembre de 1706 el inglés John Jennings atacó también la ciudad y salió trasquilado. Este año se cumplen por tanto tres siglos de aquella otra victoria “la segunda cabeza de león del escudo de Santa Cruz”, según recuerda el general Abad. La primera sería el ataque de Blake, el 30 de abril de 1657, del cual se cumplen 350 años en 2007. La tercera es por la derrota de Nelson. Para recordar el ataque de Jennings, Emilio Abad anda liado organizando para noviembre una serie de conferencias sobre este otro hecho histórico.

          Son muchas las iniciativas y propuestas que fluyen de la Tertulia. Una es la de cambiar el nombre a la avenida marítima, que aún luce la denominación de José Antonio Primo de Rivera en el tramo que va desde la plaza de España hasta la plaza de Europa y ponerle “Paseo del Teniente Grandy”. ¿Quién era ese teniente? Pues el que tuvo la idea decisiva de abrir una tronera en el castillo de San Cristóbal para poner un cañón que enfilara la playa, el famoso cañón que hirió a Nelson en el brazo derecho y que causó una escabechina entre los ingleses que intentaron desembarcar.

          Porque el entonces  contralmirante no perdió el brazo en Santa Cruz, otro mito extendido entre la pequeña historia de la ciudad. La clave está en las notas de Thomas Esherby, cirujano del Theseus que atendió a Nelson. Sobre el herido escribió: "Presenta una fractura compuesta en el brazo derecho por una bala de mosquete (seguramente sería una bola de metralla) que pasó justo por encima del coco y dividió la arteria. El brazo se amputó inmediatamente.” La tosca cirugía de la época no se andaba con remilgos. El brazo, como todos los restos de las amputaciones, seguramente se tiró por la borda, sin más. Puede que su osamenta descanse en algún lugar frente a Santa Cruz, la plaza donde Nelson dejó algo más que la diestra, dejó tanto como una de sus pocas derrotas y el reto de que las Canarias seguirían perteneciendo a España.