El Cañón Escorpión. De la Torre de Londres al Castillo de Santa Catalina en la isla de La Palma (1557-1860)

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  por Juan Tous Meliá

Edita: Juan Tous Meliá  (Tenerife, 2008)

Número de páginas: 170

 

 

 

         

 

          La historia comienza en 1993 cuando Tous estaba preparando la edición del libro de José María Pinto de la Rosa, Apuntes para la historia de las antiguas fortificaciones de Canarias. Al tratar sobre las fortificaciones de La Palma, el autor incluía un documento titulado “Notas históricas sobre las antiguas fortificaciones de la isla de La Palma”. Un párrafo, que decía así, le llamó la atención:

               “En 1742, según inventario practicado por el ingeniero militar don Manuel Gayangos, en virtud de orden dada por el Comandante general de la Provincia don Andrés Bonito de Pignatelli, tenía este castillo (se refiere al de San Miguel) cuatro cañones de bronce de calibres 18, 12, 8 y 4.  En uno de estos cañones, que actualmente se halla en el Museo de Artillería de Madrid, se leen los siguientes dísticos:

               Qui vitam  qui  fortunas amiserat omnes, / legun & juditio tan  periturus erat; / eduardi sextini munere vivit et illi  / post summun grates debit habere deum. (Traducción: El que arrebató vida y fortunas de todo género / iba a perecer por imperio de las leyes y decreto del juez. /  Vive por el favor de Eduardo Sexto y a él,  /  después de Dios altísimo, debe  rendir homenaje de gratitud).

          En una de las molduras de la culata tiene la siguiente inscripción con el nombre del fabricante:

               Robert. And. Jhon Owin. Bret her in Ma. Dethis pace.anne Dñi 1551

         Un disparo de este castillo que mandaban Pedro Hernández Señorino y Baltasar Hernández de Acosta, echó a pique un navío de los que formaban la escuadra del corsario inglés Francisco Drake el 13 de noviembre de 1585”

          Desde aquel momento Juan Tous se interesó por el cañón. A lo largo de todos estos años fue recopilando información de los archivos, así como datos sueltos que figuraban en la abundante bibliografía consultada. Cual si se tratara de una investigación policíaca, hizo un recorrido documental a lo largo de los más de 400 años que tiene de vida el cañón. El resultado es el presente trabajo, que tampoco hubiera sido posible sin la ayuda y colaboración de muchas personas y entidades a las que en su Preámbulo agradece el autor el apoyo.

          El 23 de junio de 2005, cuando el trabajo estaba terminado y sólo a la espera de que saliera a la luz el libro Acuerdos del Cabildo de La Palma. 1554-1556 para darle la forma final, la prensa publicaba la siguiente noticia:

          «El senador palmero José Luis Perestelo ha presentado una iniciativa parlamentaria en la que solicita que el Ministerio de Defensa apruebe el traslado a La Palma del cañón ‘El Escorpión’, que se encuentra expuesto en el Museo Militar de Madrid, dado el carácter histórico de esta pieza de artillería, que permaneció en la Isla desde mediados del siglo XVI hasta 1860». La noticia añadía que el cañón había sido fabricado en Londres, en 1551, por encargo del duque Somerset y adquirido por el Cabildo en 1557. Resaltaba también que se trataba de una pieza importante de la artillería española, que era un referente para la historia de la isla de La Palma y que cumpliría una función que nada tiene que ver con el carácter anecdótico que tiene en Madrid.

          El 1 de noviembre del mismo año el Diario de Avisos bajo el titular «Defensa confirma que no devolverá el cañón ‘Escorpión’ a la Isla», publicaba una artículo firmado por Carlos Fuentes, que entre otras cosas decía: «El cañón Escorpión, la pieza de artillería que entre los años 1557 y 1860 formó parte del sistema de protección armada de la bahía y el puerto de Santa Cruz de La Palma, no volverá a la Isla. El Gobierno central acaba de confirmar en el Senado que el arma formará parte de la colección que se expondrá en la nueva sede del Museo del Ejército, en la ciudad castellano-manchega de Toledo. Culmina así, y por ahora sin éxito, la reclamación de una devolución que el senador palmero de Coalición Canaria (CC), José Luis Perestelo, ha realizado durante los últimos meses en la Cámara Alta». El artículo añadía que cuatro meses después, la respuesta gubernamental no deja lugar a la duda y entrecomillado  explica las razones:

                «El cañón Escorpión es una pieza única de extraordinario valor histórico y didáctico, máximo exponente de la artillería de la época del emperador Carlos I. Por esta razón, está previsto que forme parte del nuevo Museo del Ejército de Toledo, donde ocupará un destacado lugar en la colección de artillería del museo, considerada en la actualidad como una de las mejores del mundo y adquirirá una gran relevancia en el entorno artillero en el que será exhibido».

          De esa forma, lo que parecía ser un fondo museístico más se ha convertido, gracias a las investigaciones de Juan Tous, en una pieza única de extraordinario valor histórico. En realidad ya lo era. Lo que pasa es que estaba dormida, o durmiendo, durante cientos de años.

 

Leer aquí las palabras pronunciadas por Emilio Abad en el acto de presentación de la obra 

 

 

 

 

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