Las cuentas claras... y tristes

 
Por Juan Manuel Valladares Expósito  (Comunicación en Radio Muelle en diciembre de 2022).
 
 
          Parece que en algunas ocasiones tras una derrota se paran las mentes y dejan de pensar en el futuro y hasta en el estudio del pasado. Y no entro en consideraciones en nuestro fútbol mas reciente porque no es el momento de añadir sal a las heridas abiertas.
 
          Pero, aunque para algunos siga resultando poco conocido y para tantos antipático, no estaría de mas que habláramos de las cuentas, no del Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba, que no esta en mi ánimo discutir si son leyenda o realidad, sino de las cuentas, las conocidas, de la conquista de Gran Canaria y Tenerife. 
 
          Por cortesía  y buena vecindad es justo empezar por las cuentas de la conquista de Gran Canaria con un trabajo admirable del profesor Ladero Quesada que lleva este mismo título. Y publicadas por el Anuario de Estudios Atlánticos, editado por la Casa de Colón en Gran Canaria. Y todo ello sin noticias legendarias, sino leyendo los textos que sobre el tema se encuentran en archivos nacionales, como el de Simancas. No pudo ser el estudio muy extenso a la vista del inmenso trabajo de transcripción, pero si definitivo para conocer lo que se gastó desde los años de 1481/1482 .Al estar totalmente publicada esta obra, no estaría de más para los estudiosos o curiosos en nuestra historia canaria que hicieran la lectura de la misma, pues en sus detalles, de una precisión extraordinaria, se verán uno a uno muchos de los envíos de material para dicha conquista en esos dos años. Unas cuentas con una precisión admirable que detallan todos los nombres de los buques implicados en el transporte, los nombres de sus propietarios y el exacto contenido de cada una de las partidas declaradas. De gran interés la relación de personas que en 1484 reciben el pago de su participación en la conquista de Gran Canaria de la mano de Antonio, hermano o hijo de Pedro de Arévalo. Muchos de los contenidos en esta relación participarán en la conquista de Tenerife.   Un detalle mas anecdótico que importante económicamente: El contable de dichas cuentas, Pedro de Arevalo, verdadero gestor de estas cuentas, cita a los  miembros de la comunidad judía Abraham Benveniste y Abraham Senior como aportación a la conquista. En 1492 Don Abraham Senior, convertido al cristianismo, dio origen a la familia de apellido Coronel. La familia Benveniste que quedó en España está vinculada al apellido de La Caballería.
 
          Y algo que no podemos dejar de comentar en ese trabajo: “Gastos ocasionados por el viaje de Guadarteme cuando vino a prestar obediencia a los Reyes en Calatayud, en 1481”. 
 
          El nombre del viajero se puede leer como Noguadartheme, Guadarme o Guadalterme. Nunca Guanarteme. Escribían lo que oían.
 
          Guanarteme que así se le llama en otros trabajos, como los de Abreu Galindo o Escudero, no viajó solo pues hay un gasto adicional entre otros muchos:
 
                “Que dió e pagó a los dichos cavalleros canarios para su costa para yr a [Ca-labyud  a dar la dicha obidiencia:  mill cient maravedies”
 
          Una segunda  cuenta presente en el trabajo da con una altísima precisión los gastos que presenta don Juan de Frias con este titulado: 
 
             GASTOS REALIZADOS POR JUAN DE FRÍAS PARA ATENDER A UNA "REYNA DE CANARIA" Y A SU HIJA RECIÉN NACIDA, CUYA CUSTODIA LE FUE ENCOMENDADA. ENTRE SEPTIEMBRE DE 1482 Y AGOSTO DE 1483.
 
          Los que tengan la fortuna de visitar Córdoba encontraran en su Alcázar de los Reyes una hermosa obra de nuestro artista palmero Facundo Fierro dedicada a esa reina canaria.
 
          Una lectura que recomiendo, pues a veces la historia o sus derivaciones no dan la imagen real de lo acontecido. Y puesto que la lectura es posible, no creo conveniente transcribir en su totalidad el texto del Sr. Ladero Quesada. Cada cual atienda a su interés y necesidad de tener datos ciertos sobre la Historia de Canarias.
 
          Pasemos ahora a relatar algunos hechos, más de dineros que de espadas, en las cuentas de la conquista de Tenerife. Realmente nos llama más la atención el esfuerzo económico y sus consecuencias hecho por el primer Adelantado.
 
          No entramos en la descripción de los temas económicos del primer desembarco en Tenerife en 1494 y la derrota en Acentejo, pues nos resultan más interesantes las cuentas del segundo, que sí van a tener un posterior desarrollo en la conducta del Adelantado.
 
          Los participantes en la primera entrada de 1494 no es que fueran considerados como poco capaces, pero sus proezas no fueron de gran valor. Pero Granada, con su guerra ya acabada, era un nido de soldados de experiencia. Y tener un amigo, como lo tenía el Adelantado, en la persona de Don Juan Alfonso de Guzmán, Duque de Medina Sidonia, era un salvoconducto para una gran empresa de conquista. Sus caballeros y soldados iban a ser los  protagonistas en la conquista de Tenerife.
 
          Y ahora, como en la antigüedad se decía para las corridas de toros, “si el tiempo y la autoridad lo permiten”,  hablemos de las deudas, más que cuentas, de la conquista de Tenerife. Y una vez más habrá que consultar el maravilloso texto que no sigue gustando a muchos La Conquista de Tenerife 1494-1496 de Don Antonio Rumeu de Armas. Texto histórico, sin leyendas vianescas ni genealogías falsas, donde cada uno es quien es y cada  cual es noble o villano sin tener en cuenta su origen. Por su interés en la etapa final, solo dar algunos datos de la segunda entrada del Adelantado ya que de la primera y su derrota en Acentejo quedó bastante escaldado … pero muy seguro de la necesidad de acabar el negocio en una segunda.
 
          Y en ello empeñó Don Alonso lo que tenía y lo que pudo recabar de mercaderes genoveses, duque de Medina Sidonia, Doña Inés Peraza, Señora de Lanzarote, y hasta Doña Beatriz de Bobadilla…. y lo más doloroso  para él, su ingenio de Agaete, fruto de su participación en la conquista de Gran Canaria, dato que tantos ignoran y en el que el Adelantado invirtió mas de cuatro mil doblas, una fortuna para la época, roturando tierras, hizo caminos, trajo aguas. Todo un vergel vendido para poder ultimar la conquista de Tenerife. Pero, ¿a quien vendió el vergel? La historia da buena cuenta de la venta a un mercader genovés afincado en Valencia de nombre Francisco Palomar, que ya figura en el Libro Rojo de Gran Canaria (1947 Excmo.Ayto. de Las Palmas de Gran Canaria) entre otros caballeros “Palomares”. Venta en 19 de agosto de 1494.  La venta y sus consecuencias fueron tan trágicas para el endeudado Fernández de Lugo que algunos con mucho conocimiento del tema hablan de la única derrota económica del Adelantado y que pagaron con sus libertad muchos aborígenes canarios. La historia está llena de anécdotas. El escribano que hizo el documento, Gonzalo de Burgos, acabaría en un feo proceso ante la Inquisición por su pertenencia al mundo judeoconverso. Ese Gonzalo de Burgos es el que, a través de una historia no muy difundida, nos facilitó en el siglo XIX las posesiones en el continente africano por remitir a sus tratados con los reyezuelos de Tagaos las pretensiones de España en el reparto del continente africano.
 
          El listado de los acreedores de Don Alonso Fernández de Lugo daría para la primera guía telefónica de Tenerife, o guía de bucios y trompetas  más acorde al momento.
 
          Y con el aviso recibido en Tenerife en la batalla primera de Acentejo, dio Don Alonso a un superviviente de la misma, Gonzalo Suárez de Jaraquemada, instrucciones y poderes para reclutamientos y solicitud de préstamos. Otros numerosos banqueros, mercaderes de toda nación y oficio prestarán al Adelantado los dineros necesarios. Alguno, como Mateo Vigna (Viña), se hizo presente en Tenerife y no le fue nada mal, pues hasta dejó descendencia entre otros en su hijo Fabián, que fue residente en Garachico, y una hija, Leonor, que casó con el florentino Giovanni Alberto Guiraldin. Su propiedad más importante en la Caleta de Garachico pasó a llamarse Caleta de Interian, de la familia de los Interinan conquistadores en Gran Canaria. Y hasta un sacerdote mallorquín  de nombre Nicolas Angelat prestó dineros al Adelantado.
 
          Luego vendrán las crónicas tan variadas de los años, escasamente uno, tras la segunda entrada en las que los autores no se ponen de acuerdo ni en fechas ni en número de participantes. Unos hablan de 1494, olvidando o desconociendo que el único protagonista de la segunda entrada que da noticias ciertas es Bartolomé de Estopiñan, soldado de larga experiencia en África y Granada,  que afirma que la fecha solo pudo ser en 1495 cuando él venía al mando de las tropas del Duque de Medina Sidonia. Creemos poder afirmar que las tierras concedidas a este capitán por el Adelantado no lo fueron a su nombre, pues no figura en las Datas de Repartimiento aunque si aparece una Catalina Estopiñán, hermana de Bartolomé,  esposa de Batista Escanio. Debió haber habido entregas, pues el mismo Bartolomé demandó al Adelantado ante la Justicia en 1504, desde Andalucía, por haberle arrebatado las tierras que le había donado en Tenerife, pero bien es cierto que al no avecindarse en la isla perdió sus derechos.
 
       ¿Y como se pagan las deudas cuando lo que da la tierra no es oro, ni plata, ni piedras de valor ?….con hombres.
 
          Vendría bien ahora recordar a aquel rey que la historia conoce como Breno, vencedor ante los vecinos de Roma en los años de 390 antes de Cristo. Cuando el precio puesto a su victoria le resultó barato, apenas unos 350 Kgs. de oro, puso su espada sobre la balanza que pesaba el rescate y dijo “Vae Victis” Ay de los vencidos !
 
          Una frase que resuena y seguirá resonando mientras el humano no alcance la sabiduría para saber que nadie gana jamás una guerra, pues madres, padres e hijos habrá siempre en los dos bandos.
 
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