Los escondidos aljibes

 
Por José Manuel Padilla Barrera (Publicado en El Día el 18 de noviembre de 2020).
 
 
          He leído recientemente que las obras de rehabilitación del Palacio de Carta se han tenido que interrumpir por la aparición de un aljibe en su interior. Resulta irónico, porque la obra, al no disponer  de la posibilidad de  almacenamiento de agua  en previsión de incendios, empezó precisamente con la construcción de un aljibe en la plaza de Candelaria delante del edificio.
 
         El Palacio de Carta, única muestra de arquitectura civil del siglo XVIII que nos queda en Santa Cruz, es en su interior una casa tradicional canaria, sin embargo su fachada  es claramente neoclásica, el estilo que durante muchos años los ingenieros militares utilizaron por todo el Imperio español. Eso da pie para afianzar la idea de que fue obra de un ingeniero militar, Manuel Hernández, amigo personal de su promotor y propietario el capitán Matías Rodríguez Carta. En todas esas grandes casonas canarias había un aljibe, pero con la llegada de la red de agua potable, fueron quedando obsoletos y con las sucesivas rehabilitaciones cubiertos y olvidados. 
 
          En el Palacio de la Capitanía General de Canarias ocurrió algo similar en la rehabilitación que se realizó en el año 1986. Esa rehabilitación tenía por objeto principal modificar el gran patio central. Ese bello patio del edificio era un patio al más puro estilo andaluz, con una fuente central, cuatro parterres ajardinados y azulejo sevillano en el zócalo de sus paredes perimetrales y basas de las columnas, pero el agua que se filtraba de los jardines había descompuesto la piedra que formaba el zócalo de la fachada, hasta el punto que hubo que sustituirla, por lo que hoy se puede ver una distinta tonalidad de esa piedra con el resto.  Al realizar esta obra se descubrió debajo de las dependencias del lado norte del patio un aljibe, que no figuraba en los planos, porque originariamente  debió pertenecer al viejo hospital demolido, sobre cuyo solar se construyó el actual palacio. El agua estaba en contacto con los forjados, y vaciado el aljibe desparecieron los problemas de humedad por capilaridad que nadie hasta entonces había sabido explicar, ni menos corregir.
 
          Pero el motivo que me mueve a escribir este artículo es dar a conocer que el Cuartel de San Carlos también tiene su aljibe escondido. Hace ya muchos años, en 1978, el que estas líneas escribe descubrió sobre el dintel de una puerta de ese cuartel una arqueta que el 13 de enero de 1850 había depositado el ingeniero militar Luis Muñoz; en ella entre otros documentos se encontraba una memoria sobre el desarrollo de la obra que había comenzado en mayo de 1849, y en uno de sus apartados, respetando la ortografía de la época, dice así:
 
                    Sé ha construido en el 1er patio del Cuartel un algive con 11.340 pies3 de cabida; habiendose dado esta gran cabida por la perdida de la noria de la Huerta del cuartel, y una cañeria de 306 varas lineales  para conducir á el  las aguas desde el arca ó registro del puente en el barranco  de Santos; pero falta construir á esta dos registros, y el brocal y bomba al algive, y la soleria que deba cubrir su bobeda. 
 
        Intentando averiguar cuales son las dimensiones del aljibe si hacemos  la descomposición factorial del número 11340, que expresa su capacidad,  nos encontramos que sus tres dimensiones interiores son números enteros, porque 11340 es igual a 2 al cuadrado por 3 a la cuarta por 5 y por 7.Estudiando diversas hipótesis quizás la más acertada sea que el aljibe tenga una  profundidad de 10 pies y en planta 42 por 27,  porque  esta relación del largo y ancho se aproxima mucho a la relación áurea, a la que siempre se ha intentando llegar al determinar las dimensiones de un rectángulo, en este caso. Existe un plano del patio en que se marcan unas atarjeas que marcan sus diagonales  y convergen justo en su centro geométrico.
 
          Espero que alguien de Patrimonio del Gobierno de Canarias lea estas líneas y se decida investigar en busca de ese aljibe, que con toda seguridad lleva más de un siglo olvidado en el patio de lo que fue el Cuartel de San Carlos.  
 
          Para finalizar quisiera expresar mi más ferviente deseo de que este incidente en la obra del  Palacio de Carta no suponga su entrada en la espiral de desidia e incompetencia que ha venido y sigue sufriendo el Cuartel de San Carlos, que dentro de poco, el 8 de diciembre, cumplirá 42 años desde que el Ejército hiciera su entrega a las autoridades civiles y todavía sigue esperando ser puesto  en servicio.
 
 
- - - - - - - - - - - - - - - -