La Torre del Conde de La Gomera

 
Por Alastair F. Robertson (Publicado en inglés en el número 612 de Tenerife News -26 de octubre a 8 de noviembre de 2018-). Traducción de Emilio Abad.
 
 
          Se me permite sugerir, a través de las páginas de Tenerife News, al Cabildo de la Gomera, el Ayuntamiento de San Sebastián y la Universidad de La Laguna que se lleve a cabo una prospección arqueológica en los terrenos que rodean la Torre del Conde de San Sebastián, La Gomera?
 
          La Torre del Conde de La Gomera es la principal seña de identidad, el icono, de San Sebastián, la capital de la isla. Actualmente, la torre se yergue aislada, pero hace siglos era tan solo una parte de un conjunto de edificios mucho mayor.
 
          La Torre del Conde es una construcción defensiva, y existe constancia de que sirvió de refugio. Sin embargo, por sí sola, la torre no hubiese podido soportar un asedio de más de unos cuantos días, aunque solo fuera por la carencia de agua potable. La lógica lleva a pensar que debieron existir otros edificios, y son visibles en dos de las paredes de la torre las huellas de que formó parte de una estructura mayor. Esas muestras indican que hubo dos alineaciones de edificios, una en la parte noroeste y otra en la sudoeste de la torre. Ello demuestra claramente que al menos existió un edificio en forma de “L”, con la torre en el ángulo. Pero un edificio en forma de “L” no podía ser considerado fácilmente defendible, por lo que es seguro que esas dos alineaciones eran de hecho los dos lados de un cuadrilátero de muros y edificaciones que rodearían un patio y cuyas esquinas coincidirían aproximadamente con los cuatro puntos cardinales, con la torre en el oriental. En esta instalación habrían podido existir alojamientos para invitados y sirvientes, cuadras y almacenes.
 
          El sumamente importante pozo, que hoy se encuentra aislado, a corta distancia al sudoeste de la torre, estaría situado en el interior de un cuarto que formaría parte de la alineación sudoeste y, por tanto, protegido para el uso de los ocupantes del complejo. Los escalones que suben a la puerta del primer piso de la torre, también parecen provenir del lado sudoeste. Las jambas de las puertas de la planta baja han sobrevivido; una puerta  daría cara al patio y la otra al exterior. Hay orificios en las piedras que forman las jambas para introducir en ellos travesaños de madera, lo que indica que la torre del lado sudoeste podía defenderse por sí sola como último refugio en caso de que el resto del complejo hubiese sido tomado por los enemigos. 
 
          La Torre del Conde fue construida por Hernán Peraza “el Viejo” entre 1447 y 1450, durante los primeros tiempos de la conquista española de las Canarias. Se utilizó como refugio contra el ataque de los indígenas gomeros al menos en una ocasión. En 1488, tras el asesinato de su esposo, Hernán Peraza, “el  Joven”, la bella y famosa Beatriz de Bobadilla “… se refugió a toda prisa con sus hijos y los principales habitantes de la villa en el castillo del puerto. Apenas habían penetrado en él cuando fue rodeado y estrechamente asediado por los gomeros” (Referencia 1). Toda aquella gente importante traería consigo a sus familias, sus sirvientes y sus más preciadas posesiones; por tanto, necesitarían bastante espacio, lo que es otro indicio a favor de la existencia de un complejo de edificios y no de una solitaria torre.
 
          Las únicas pistas documentales de la existencia de una estructura en forma cuadrangular se pueden encontrar en el uso de la palabra “fortaleza”   y en una descripción de 1578 que habla de “una torre y una casa fuerte” (Referencia 2), marcando una diferencia entre ambas, lo que recuerda a la Casa Fuerte de Adeje en Tenerife, con la residencia del señor, su plataforma para cañón en la torre, varios edificios independientes y huertas con sus muros. Sirve de confirmación que, después del asedio, Beatriz de Bobadilla entró en la torre con treinta hombres y colgó a Hernando Munos “en la plaza de la torre”, o en otras palabras, en el patio interior (Referencia 1).
 
          Y surge la pregunta; “¿Cuando se demolió el cuadrilátero de edificios?”. En 1578, transcurridos bastante más de cien años desde su construcción, se describe a la organización defensiva como obsoleta y necesitada de modernización (Referencia 2). Se había levantado como defensa contra los ataques de los nativos desde el interior de la isla, pero esa amenaza había dejado de existir hacía mucho tiempo y el peligro venía ahora del lado del mar. El rey Felipe II ordenó que se hiciesen los trabajos de reparación de acuerdo con los planos del ingeniero Fracin (Referencia 3).
 
          En 1587, el rey Felipe encargó al ingeniero italiano Leonardo Torriani que estudiase todas las fortificaciones de las Islas Canarias y propusiese mejoras para ellas. En su libro Descripción e Historia de las Islas Canarias aparece un dibujo de la propuesta que hacía para San Sebastián, en el que aparece la torre levantándose aislada y rodeada por unos nuevos muros con bastiones en las cuatro esquinas (Referencia 4). Parece probable que la demolición se llevó a cabo en algún momento posterior a 1578, pero las mejoras de Torriani nunca comenzaron, de modo que la torre permaneció aislada como única superviviente de de un complejo más grande de edificios defendibles, se convirtió en una prisión por algún tiempo y luego cayó en desuso (Referencia 5).
 
          Todo lo relativo a la construcción de la torre puede ser revisado (y actualizado, si se llevara a cabo una detallada investigación arquitectónica, aunque solo fuera por las imprecisiones existentes en los dibujos publicados). Por otra parte, no se conoce nada en absoluto sobre los edificios que cerraban “la plaza de la torre”, de modo que podría ser de mucha importancia realizar una investigación geofísica del lugar, seguida, dependiendo de sus resultados, de una excavación arqueológica. Alrededor de la torre solo existen espacios vacíos, de modo que parece estar esperando la oportunidad de que, quizás, se descubra la primitiva Torre del Conde, el antiguo fuerte de Hernán Peraza, “el Viejo”.
 
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Referencias
1.- Glas, George. La Historia del Descubrimiento y Conquista de las Islas Canarias 
2.- El Museo Canario, número 19, año 7, julio-septiembre de 1946 (pp. 17-44)
3.- Revista de Historia, tomo I, año 1, abril-junio de 1924 (pp. 41-45)
4.- Torriani, Leonardo. Descripción e Historia de las Islas Canarias, 1588
5.- Pinto de la Rosa, José María. Antiguas fortificaciones de Canarias
 
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