Cruz Roja, sí.

Por José Méndez Santamaría  (Publicado en La Opinión el 5 de agosto de 2013).

  

          Hemos visto –3 de agosto– en las páginas de opinión de La Opinión de Tenerife, un artículo titulado “Ni Cruz Roja ni media Luna Roja: evolucionemos”, firmado por don Pedro González Cánovas. Respetando su argumento, aunque este modesto escribiente, no comparte la idea. Además no pretendemos entrar en polémica dar nuestro parecer.

          Como quiera que veo que conoce el tema y sabe de lo que escribe, no voy a tratar de dar una magistral lección sobre el asunto, pero si podemos recordar al ginebrino Jean Henry Dunant Colladon, hijo de una familia acomodada y que, por su iniciativa, junto al Dr. Appia, General Dufour, Dr. Maunoir y Gustave Moyner, que fue conocido como el Comité de los Cinco, logró sembrar la semilla que al cabo de los años se convertiría en una de las instituciones humanitarias más importantes, por no decir la más importante del mundo, que conocemos con el nombre de la Cruz Roja, e internacionalmente como el C. I. C. R. (Comité Internacional de la Cruz Roja). Su labor en conflictos graves es mundialmente conocida, respetada y querida. Esta organización se encuentra hoy implantada en 164 países y cuenta con cerca de 300 millones de afiliados.

          El señor González reconoce que: "el símbolo de Cruz Roja se debe a la bandera suiza, con colores invertidos, en memoria de sus fundadores y neutralidad" y comenta que en 2005 hay una serie de enmiendas a los Convenios de Ginebra para darle un cambio y llamarla Cristal Rojo. Pero, la prueba está que dicha propuesta no ha tenido el eco que algunos señores pretenden, y no deben estar de acuerdo al cambio de nombre de una institución que dentro de poco cumplirá los 150 años de su existencia. Nosotros también tenemos muy metido en nuestro cuerpo el sentimiento de Movimiento Humanitario Internacional, cooperando y colaborando durante muchos años y nunca hemos visto que la gente haya asociado a la bandera con la religión, pese a que muchos ciudadanos no saben el origen de la misma.

          Nosotros, modestamente, nos permitimos decir que dejemos las cosas como están, que evolucionemos en lo bueno, en la labor que hace Cruz Roja en la Guerra y en la Paz, y siga como está, sin entrar en más detalle, ya que pensamos que la mayoría de los benefactores de esta gran institución no quieren ese cambio.

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