Presentación de la exposición pictórica "Nada es eterno" de Gladys de Armas.


Intervención de Ana María Díaz Pérez (Sala de Exposiciones de la Mutua Canaria de Accidentes -MAC-, Casa Elder, Santa Cruz de Tenerife, 1 de marzo de 2013).

 

          Cuando Gladys De Armas me comunicó su deseo de que presentara su nueva exposición en los momentos en los que aún se estaba gestando, sentí una inmensa alegría, satisfacción que en estos instantes no sólo llega a su culmen, sino que se torna en un gran honor, porque la muestra que hoy se inaugura ha salido de los pinceles de una excelente pintora, de una íntegra mujer de gran entereza que, aunque parezca contradictorio, irradia dulzura, difícil tándem que en ella fluye paralelamente, pero a la vez su petición me produjo una enorme responsabilidad, ya que no sólo supone analizar la evolución de su producción pictórica, sino también desvelar las interioridades de su alma, inherentes a las vicisitudes de su vida, para poder comprender bien la obra de la artista. Así pues, siguiendo los sabios consejos de dos ilustres canarios, que tienen en común, salvando la distancia temporal, los ideales políticos republicanos, la profesión de médico y la formación en ciencias y en letras, el del notable psiquiatra D. Carlos Pinto Grote, quien afirma que para conocer bien a un autor hay que desvelar quién es y cómo es, y el del ya desaparecido y no menos destacado Dr. D. Tomás Zerolo Herrera, el cual aseveró que el cerebro actúa con las órdenes del alma, en consecuencia, voy a abordar sucintamente la vida y  la obra de Gladys con las palabras de mi mente, que no son otra cosa que los impulsivos dictámenes que le envía mi corazón.

          A todo ello se une que se trata de una muy buena amiga, por lo que los afectos de la amistad están a flor de piel, y he de confesar que esa empatía se estrecha aún más si tenemos en cuenta que las dos recibimos una sólida y estricta educación, en conocimientos y en actitudes, en el colegio de La Pureza de esta capital, tanto es así que me enorgullece referirme a ella como alumna del mismo centro docente, como compañera tertuliana en la Tertulia Amigos del 25 de Julio, como amiga, como ser humano, y principalmente como pintora, que es de lo que ahora se trata.

          Gladys ha sido una fémina cosmopolita, pues nació en La Laguna por circunstancias familiares imprevistas, mientras que su niñez y adolescencia se desarrollarían en un constante ir y venir de  Santa Cruz de Tenerife a América, y viceversa, por razones profesionales de su padre, marino mercante y ejecutivo de alto rango en distintos países del nuevo continente. Los esposos De Armas Trujillo, D. Tomás y Dª Julia, dieron a la niña una formación integral, allá, en distintos centros docentes, e incluso estudió magisterio, acá, sus padres, mientras permanecían en territorios foráneos, delegaron la complicada tarea de educarla a los abuelos maternos, así que la pequeña Gladys asistía primeramente al colegio de la Asunción. Pero las difíciles circunstancias políticas de Venezuela hicieron que todos los profesionales extranjeros que ocupaban puestos de elevada categoría tuviesen que abandonar aquellos lejanos lares. Fue entonces cuando la casi quinceañera se estableció en nuestra isla y prosiguió en el Colegio de la Pureza de María los estudios de secretariado internacional que había iniciado en una escuela privada de religiosas inglesas en Jamaica. Luego, contrajo nupcias, sin haber cumplido aún la mayoría de edad, en la santacrucera Iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción, con el que sería Jefe de Máquinas de la Marina Mercante, Juan de la Cruz García Mesa, y tras el enlace matrimonial pisó otra vez tierras americanas, en donde ejerció el secretariado en algunas empresas.

          Pasados unos años se trasladó definitivamente a su isla natal, en la que dos hijos, Eduardo y Susana, llenaron el hogar de los Sres. García De Armas. Mas la vida nos brinda alegrías, pero también tristezas, y en cuatro años, entre el 2001 y el 2004, falleció primero su padre, y a continuación, perdió otros dos de sus pilares, su hija, quien acababa de cumplir veintinueve años, y después su madre, con tan sólo una diferencia de seis meses entre ambas. No obstante, hemos afirmado que la Sra. De Armas es una persona de enorme fortaleza, de tal manera que ha sabido sobreponerse a la dolorosa huella que deja la desaparición de los seres más queridos, volviendo a encontrar en la pintura uno de sus más energéticos refugios. La educación que adquirió, hizo de Gladys una dama bondadosa, afectuosa y tolerante no solo de palabra, que puede resultar muy fácil, sino también de obra, que es lo verdaderamente consecuente, del mismo modo, que todo un ejemplo de seriedad, responsabilidad y honradez profesional. Como persona generosa, he de apuntar que ha colaborado con distintas asociaciones, prueba de ello es que en mayo de 2012 donó un cuadro titulado Aurora para sortear en un acto de voluntariado, organizado por el I.E.S. Las Indias, y celebrado en el Casino de Santa Cruz a beneficio de la AECC, sin olvidar, tal y como ha establecido la MAC,  la entrega de un porcentaje de la recaudación de los cuadros de la exposición que nos ha convocado en este acogedor recinto, a la Fundación María García-Estrada para la investigación del agente causal del sarcoma, cruel enfermedad que nos dejó sin una destacada  golfista canaria, con un prometedor futuro profesional como Licenciada en Ciencias Políticas, me refiero a la joven y bella María García-Estrada Acevedo.

          A lo largo del tiempo nuestra protagonista fue adquiriendo saberes en el campo de la plástica, lo que le ha llevado a ser pintora y profesora, puesto que en la actualidad sigue compaginando su actividad diaria con la docencia de dibujo y pintura. Deseo finalizar este apartado manifestando que la Sra. De Armas Trujillo, aparte de su hijo Eduardo, un caballero extraordinariamente sencillo, sensible, cordial y afectuoso, tiene otro gran amor que tampoco oculta en absoluto, todo lo contrario, constantemente demuestra su gran pasión por su nieto Edu, como se le llama cariñosamente, un pequeño de 10 años, recién cumplidos, del que puedo afirmar sin temor a equivocarme, que es un buen deportista en el equipo de fútbol Basílica A de Candelaria, siendo su abuela una de sus seguidoras más fervientes, al tiempo que un alumno responsable en el Colegio de Las Dominicas, pero sobre todo, un niño, que a pesar de su corta edad, y esto es lo sorprendente, sabe estar en cada circunstancia, algo que, y hablo con conocimiento de causa por mi experiencia docente, indiscutiblemente se asimila en el hogar familiar y que evidentemente se complementa en el centro escolar.

          Hasta aquí, unas breves pincelas biográficas, mas como hemos apuntado con anterioridad, Gladys De Armas Trujillo es una pintora ya consagrada por méritos propios. Comenzó su andadura artística en el año 1987, fecha que nos remite a sus primeras aportaciones, siempre dentro de la figuración, excepto en una ocasión, en los albores del presente siglo, que se decantó por el arte abstracto, y puedo manifestar que resultó una serie que no desmerece en absoluto del resto de su producción, ni técnicamente, ni en el aspecto compositivo. Veinte años han pasado desde que decidiera sacar la obra fuera de su taller, hasta la última muestra que ejecutara en el año 2007 y que pudo contemplarse en la lagunera ermita de San Miguel.

          En sus primeros cuadros, dentro del clásico academicismo, aparece la naturaleza muerta, bodegones, los primeros realizados a carboncillo,  considerados de gran calidad artística por el que fuera uno de nuestros más afamados acuarelistas, D. Guillermo Sureda Arbelo, a lo que hay que añadir que su autora les imprimió un sello canario en lo que a determinados  objetos representados se refiere. Bastaron un par de años para que cambiase sus composiciones, dejando atrás las configuraciones académicas, con la intención de plasmar en sus lienzos el impulso creador de sus sueños a partir de 1989, de manera que con la creatividad de su mente y con la habilidad de sus manos ha trasladado su ingenio a los distintos soportes: papel, tablex, madera y lienzo, habitualmente con el óleo, por ello, al representar aquellas ideas que no se ajustan estrictamente a la realidad, su estilo se enmarca en un ámbito onírico de tendencia surrealista.

          Su maestría ha sido objeto de reconocimiento dentro y fuera de nuestras fronteras, al haber recibido en 1990 su cuadro titulado Túnel vacío una mención honorífica en el III Concurso de pintura Óscar Domínguez organizado por el Excmo. Ayuntamiento de Tacoronte y, dos años después, al haber representado a Canarias en Italia, cuando expuso en la XXX Feria del Lago Mayor en Arona de Novara, telas, que en palabras del alcalde sureño de Arona de aquel entonces, Manuel Barrios, “causaron mucha admiración”, incluso, puede apreciarse obra suya en la calle, pues a iniciativa de la Tertulia Amigos del 25 de Julio, desde el 31 de enero pasado dos de sus dibujos, en homenaje a la campesina de San Andrés y a las aguadoras, que colaboraron con su ayuda en el ámbito de la gesta en la que vencimos al contralmirante británico Horacio Nelson, ilustran el texto de sendas placas ubicadas entre el casillo de Paso Alto y el Club Náutico.

          Tras un paréntesis de un lustro, retomó los pinceles y fruto de un par de años de trabajo es la exposición que dentro de unos minutos se inaugura y que lleva por título Nada es eterno. Ciertamente, nada permanece, la vida pasa y lo material se destruye con el devenir histórico, mas la ausencia de eternidad supone que los cuerpos se han materializado y que han durado un tiempo indefinido, por consiguiente, sus pinturas son un canto a la vida, afirmación que justifican algunos de sus títulos: La vida ILa Isla de la Vida, Protegiendo la Vida, El Árbol de la Vida, en esta última obra, de una especie arbórea que ha perdido totalmente su verdor penden huevos, los cuales son símbolo de nacimiento.

          En este nuevo conjunto de su buen hacer, la técnica y el soporte utilizados frecuentemente ha sido el óleo sobre lienzo, salvo en señalados trabajos; en breves instantes podremos apreciar como sigue una misma línea temática, siendo el grueso de esta muestra el paisaje onírico, aunque colándose entre sus cuadros dos desnudos femeninos, uno de ellos realizado con acrílico y grafito, y también nos lleva ante una imagen de la Virgen del Carmen, en homenaje a los marinos, especialmente a su padre, por haber ejercido una profesión estrechamente vinculada al mar, así que Gladys nos desvela en 25 cuadros sus sueños, sobre todo panorámicas de distintos paisajes vistos desde el océano, por lo que el agua juega un papel importante, pues no olvidemos que vivimos en una isla, siendo, por lo tanto, una de las tonalidades más repetidas el color azul, a pesar de que su pigmento preferido es el blanco, blancura de la que no nos ha privado en esta colección, sirva de ejemplo la obra titulada La Espera, pero además podremos admirar en ese campo visual que nos ofrece, construcciones concentradas, ojos, que miran al espectador con pestañas que se convierten en árboles, tal como ocurre en El ojo de la montaña, que marca el límite entre la tierra y el mar, vegetación cuyas raíces terminan en dedos,  árboles secos que paradójicamente brotan del agua, etc…

          En las distintas escenas aparecen de forma habitual algunos elementos, que la propia autora considera sus fetiches, tales como la luna en su fase llena, satélite por el que se siente atraída y le sirve de inspiración, el ojo, que todo lo ve, el agua y el huevo, símbolos de vida, la cruz en lo más alto, el toque espiritual, el árbol seco, el final de la existencia, figuras geométricas, las cuales le llaman poderosamente la atención, escaleras que no tienen fin, quizás soñando llegar hasta el imposible infinito, etc…

          Ella se considera parca en palabras, peculiaridad común a algunos artistas de la plástica, lo que produce que al suponerles un gran esfuerzo expresar públicamente sus ideas y emociones con la voz, lo consigan con los pinceles sobre una tela, en el caso de Gladys, o con el modelado de una escultura; en este último ámbito no quiero obviar a mi único hermano, Antonio Díaz, que convierte el bronce y el barro en sugestivas piezas. De ambos, pintora y escultor, he sido fiel testigo de su disfrute durante el proceso de elaboración de sus respectivas creaciones. Todo lo opuesto a los que sí tenemos facilidad para comunicarnos por medio de la palabra, pero carecemos de la innata destreza de cristalizar en una obra nuestros pensamientos y sensaciones.

          Como podrán comprobar dentro de un momento, la Sra. De Armas Trujillo es una magnífica pintora, y, a un tiempo, una excelente persona de respetuoso y afable trato con los demás, en definitiva, artista y mujer en un mismo ser, epígrafe que da paso a un artículo de mi autoría del próximo número de la revista Atlántica del Derecho, la Historia y la Cultura, la cual dirige con todo acierto el destacado notario D. Alfonso Cavallé Cruz, motivo por el que no he querido desvelar más datos acerca de su semblanza, pero si ahondamos algo más en su intimidad, puedo decir que es una fémina tremendamente reflexiva, por lo que no es de extrañar que sus flores preferidas sean los pensamientos, y  si tuviese que describirla en un abrir y cerrar de ojos, viene a mi memoria el título de una película, cuyo protagonista fue el actor estadounidense Dustin Hoffman y que aplicado a ella resulta la siguiente frase: "Gladys es una pequeña gran mujer".

          Para concluir, sólo me queda expresar mi sincero agradecimiento a la prestigiosa Mutua de Accidentes de Canarias, ubicada en este emblemático edificio de enorme belleza arquitectónica, conocido por la Casa Elder, en la persona de un caballero innovador, su Director de Comunicación, D. Víctor Álamo de la Rosa, no sólo por habernos cedido su espacio para celebrar este acto, antesala de la interesante exposición que nos brinda Gladys de Armas, sino también por demostrar, una vez más, que la actividad empresarial puede aportar mucho a la cultura, e incluso impregnarla de aires renovadores sin apartarla ni un ápice de la seriedad que conlleva, y, por supuesto, también dar mis más efusivas gracias a todos Uds. por arroparnos esta tarde con su asistencia.

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