Erre que erre con la "H" de Izán

Por Pedro Ontoria Oquillas  (Publicado en Aranda SIGLO XXI, en octubre de 1999).

 

          El artículo de "Gumiel de Izán, por fin perdió la H", aparecido en Aranda Siglo XXI, hace que cite unos latinajos que aprendí en mis años de estudiante: “Quod gratis asseritur, gratis negatur”, que en romance castellano diríamos, lo que se afirma gratuitamente, gratuitamente se niega. Este principio sirve para la totalidad de los asertos vertidos en el citado artículo. El argumento de autoridad, el “magister dixit” del que hace gala el autor, no es de recibo en este caso; hacen falta pruebas y documentación.

          Sin embargo no lo vamos a negar gratuitamente, ya que su argumentación se rebate con un sencillo análisis.

          En primer lugar llama la atención su sorpresa y puesta en duda del método democrático llevado a cabo por el Ayuntamiento de Gumiel de Izán. Pero..., "tu solus peregrinus es in Gomielem, et non cognovisti quae facta sunt in illa?" ¿Eres tú el único forastero en Gumiel que no conoce los sucesos en ella ocurridos?. Desde hace años no se hablaba de otra cosa: Izán, sí; Hizán, no. Todo aquel que haya querido participar y manifestar su voluntad y opinión tiempo y medio ha tenido. Por otra parte, el democrático informativo de Gumiel de Izán, NOS INTERESA, publicó sin obstáculo ni tapujo alguno las diversas opiniones recibidas e informó de la cuestión en varias ocasiones.

          Usando términos cultos de semántica, lingüística, etnia, democracia, oligarquía, musulmán y pontificar, desliza una serie de asertos que unos son erróneos y otros son hipotéticos que precisan demostración o aclaración.

          Afirmar que “el pueblo, tal cual se le conoce en la actualidad, es de origen musulmán, por los dos costados: por el nombre Gomel (Gumiel) y por el apellido Hizán con “H”, naturalmente” es erróneo, al menos en cuanto a Gomel se refiere.

          Notemos que el término musulmán no está usado correctamente y con precisión. Los árabes respetaron la denominación de los poblados de esta comarca: Lerma, Bahabón, Oquillas, Aranda... y Gumiel. Porque Gumiel no es de origen árabe: ni el núcleo de población ni su denominación o nombre. Esto no obsta para que haya sido durante algún tiempo dominado por los árabes.

          El término Gumiel ( Gomel ), por más que se emperren algunos, no es de etimología árabe, ni hebrea -como ha afirmado alguno- sino visigoda por su relación con el godo guma, antiguo alemán gomo, cuyo significado es hombre, varón. Está relacionado con una serie de nombres documentados de la época visigótica como Gumellus, Gemelus, Gumillus, Gomeliz, Gumila y Gomelo. Gumiel se deriva de Gumellus cuyo étimo o raíz es del gótico guma. Muchos restos de onomástica visigoda se conservan fosilizados en la toponimia. Las villas y fundos tomaban el nombre de su poseedor, indicado en genitivo latino, v. gr. : Gondomar, villa de Gundemaro, Gundemar-i; Gumiel, Gomel, villa de Gumellus, Gomelo, Gumell-i, Gomell-i.

          ¿Quién fue este Gumellus o Gomelo? Son conocidos algunos personajes que han dado nombre a sus respectivas villas, pero desconocemos qué personaje de los denominados Gumellus o Gomelo pudo ser fundador o dueño de la villa de Gumiel. Un obispo de Astorga de principios del siglo IX lleva el nombre de Gomelo ( P. Rodríguez López, Episcopologio Asturicense. Astorga 1906-1910 p.18-21). Francisco de Paula Mellado en su España geográfica, histórica, estadística y pintoresca. Madrid 1945 p. 241 nos dice que “esta villa debió su fundación a los godos”, aserto que repetirá en su Diccionario universal de historia y geografía. Tomo III, Madrid 1847 p. 443: “Gumiel de Izán está situada cerca del río Gromejón y fue fundada por los godos” y en los contornos de Gumiel queda Valdemiro, de origen godo.

          El núcleo de población que conocieron y dominaron los árabes fue el de origen visigodo, que se conocía con el término simple de Gumiel o Gomel. El documento de 1066 donde aparece “pro Gomelle de donno Içane” es lo suficientemente ilustrativo y nos indica que previamente existía una villa Gumelli (es decir, la villa de Gumellus o de Gomelo) que después pasó a ser propiedad de un dueño denominado Içane o Izán, que la constante tradición gomellana ha escrito sin hache. Diversos autores afirman el origen godo de Gumiel de Izán, entre otros J.Jungfer.-A.Martínez-Pajares, Estudio sobre apellidos y nombres de lugar hispano-marroquíes. Madrid 1918 p. 78 y J.M. Piel.-D.Kremer, Hispano-gotisches Namenbuch. Heidelberg 1976 p. 163. Es sintomático, por otra parte, que el gran arabista Miguel Asín Palacios en su Contribución a la toponimia árabe de España. Madrid 1944, no incluya el topónimo de Gumiel. Tengamos en cuenta que el método que siguió fue extraer del Diccionario Geográfico de Madoz todos aquellos topónimos que, atendiendo a su forma, parecían tener origen árabe. Izán, como hemos escrito en otra parte, es un personaje enigmático de difícil identificación personal y familiar.

          Un tanto utópica resulta la afirmación que “la escritura etimológicamente correcta es Hizán, con H.” Tengamos presente que la lengua castellana transcribió fonéticamente la palabra y nos ha transmitido de generación en generación la grafía Izán desde el primer documento conocido (1043) y que no contradice a la escritura que resulta según normas modernas de lingüística. ¿No es válida la transcripción fonética de Abderramán? ¿Tendremos que modificar un sinfín de palabras para que se ajusten a la norma de la simple etimología correcta? Imagínense los arandinos la “sensación etimológica” que les produciría si después de siete u ocho siglos de ver escrita su villa con la grafía Aranda, de la noche a la mañana alguno empezara a escribir Haranda aduciendo que es la escritura etimológicamente correcta. Pues una cosa así debió ocurrir hace unos cuarenta y tantos años con el apellido de los gomellanos. Y una cosa así ha ocurrido con Aza. Dejemos la grafía que nos legaron nuestros antepasados y dejemos que los lingüistas nos expliquen y cuenten su historia, origen y etimología.

          Confuso es afirmar que “así se escribía y pronunciaba en sus inicios, antes de 1043, por ser de origen musulmán”. Hace falta demostrarlo. No sabemos ni se ha encontrado documentación alguna de cómo transcribían a la lengua romance antes de 1043 la correspondiente grafía arábiga, pues los “musulmanes” escribirían en caracteres arábigos. La realidad histórica es que el primer documento conocido en lengua castellana (1043) nos transcribe la grafía por Izán y así ha continuado hasta nuestro siglo. Lo demás son hipótesis y elucubraciones que habría que demostrar y confirmar.

          La “H” no se la quitaron a Izán en el siglo XI; es que no se la pusieron. Y no se la pusieron porque vertieron al castellano una sencilla transcripción fonética. De la misma manera que escribimos sencillamente fútbol y los lingüistas nos explicarán la escritura etimológicamente correcta de foot-ball.

          Un tanto anecdótica es la meticulosa precisión en la medida de las letras de la matrícula del carro, que parece haberlas medido con un nonius u otro instrumento de precisión. Precisión no usada en el “siglo de las luces” del vocabulario. El alcalde no basa su argumentación en una matrícula de carro sea “religioso” o “laico”, sino en el inmenso acervo documental de los archivos gomellanos que, durante siglos, el apellido de Gumiel aparece escrito Izán, sin “H”. Por tanto, quiere ser consecuente continuando con el legado que nos han transmitido nuestros antepasados durante muchas generaciones y siglos.

          El pueblo no lo ha tenido siempre claro, desde el momento que ha planteado la cuestión y ha querido dilucidarla. Había que tomar una decisión: o seguir escribiendo Izán, como se ha hecho durante siglos, o la moderna grafía Hizán introducida no se sabe, si democráticamente o cómo, hace unos cuarenta y tantos años. Aquí no se va ni a favor ni en contra de la Real Academia de la Lengua que, por otra parte, es preciso concretar sus normas y año. ¿En el indefinido catálogo sobre nombres geográficos del siglo XVIII de la Real Academia de la Historia, que cita Reis, se incluye el nombre de la villa gomellana?. Cuando en el siglo XVIII surgen las reglas ortográficas para implantar las normas de los topónimos, la grafía Izán ya estaba bien consolidada y cimentada y en documentos y obras impresas ya había aparecido invariablemente escrita sin H, es decir, Izán.

          El Alcalde no ha logrado hábilmente inmiscuir en este embrollo a toda una Junta de Castilla y León dejándose meter un gol. Consejos vendo y para mí no tengo. Los peritos de La Junta de Castilla y León estudiaron detenidamente el expediente y la autoridad correspondiente y competente optó por dar la adecuada solución. Como dice el Alcalde “concluyen así más de once años de análisis, estudios, gestiones y debates sobre esa controversia y se elimina una letra que jamás debió tener y que no sabemos con certeza cuándo, pero relativamente poco comparado con la historia de Gumiel”.

          ¿Calificaremos a nuestros ancestros de etimologistas incorrectos?. ¿Cuál es la transcripción etimológicamente correcta y exacta de la palabra arábiga del apellido de Gumiel ?. Los lingüistas transcriben la palabra fonética Abderramán por Abd al- Rahman, siguiendo normas etimológicas modernas. ¿Cuál sería la transcripción de la palabra fonética Izán siguiendo normas etimológicas modernas?

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -