Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en El Día el 14 de abril de 2024)
Esmeralda Cervantes (busto de Mariano Benlliure)
Clotilde Cerdá y Bosch (Barcelona, 1861 – Santa Cruz de Tenerife, 1925), pasaría a ser conocida como Esmeralda Cervantes el 12 de abril de 1873, cuando, con tan sólo 12 años, ofreció un concierto de arpa en el Teatro Imperial de Viena (Austria), con motivo de la Exposición Universal.
En la recepción que posteriormente se celebró en la embajada de España, Clotildina recibió los mayores cumplidos de las personas que allí se encontraban; entre ellas, el eminente escritor francés Víctor Hugo, quien la bautizó con el seudónimo de “Esmeralda”, en memoria de la heroína de su novela Nuestra Señora de París, a la vez que Isabel II de Borbón le añadía el apellido “Cervantes”, el más ilustre de las letras españolas.
Tras el éxito obtenido, Richard Strauss la llevó con su orquesta por las principales ciudades alemanas, recibiendo en Múnich los elogios de Richard Wagner, quien la calificó de “Genio” cuando actuó ante el rey Luis de Baviera. En Londres actuaría en el Palacio de Buckingham, para la reina de Inglaterra y el príncipe de Gales.
Esmeralda Cervantes en su actuación en Viena con 12 años
A los 14 años inicia una macro gira de conciertos por Hispanoamérica. En Argentina actuó en el Teatro Colón de Buenos Aires, siendo recibida por el presidente de la República. En Brasil, el emperador Pedro II la nombró Arpista de su Imperial Cámara. En Uruguay, el presidente la distinguió como Hija Adoptiva de la República. En Chile ofreció varios conciertos benéficos y cenó con el presidente de la República.
Al año siguiente actuó en la Exposición Internacional de Filadelfia de 1876, dedicada al Centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos; en junio, reunió a más de diez mil personas en el Madison Square Garden de Nueva York; y en Cuba ofreció treinta y seis conciertos, durante tres meses, entregando la recaudación de veintiocho de ellos a beneficio de los heridos de guerra.
Su 16 cumpleaños lo celebró en Méjico, donde tuvo grandes éxitos artísticos. En el homenaje que se le tributó en el Casino Español, asistió el presidente de la República, Porfirio Díaz.
Con 18 años de edad formó parte del elenco artístico del concierto que Franz Liszt ofreció en Roma; quién, al oirla interpretar la Fantasía de Oberon op. 59 de Elías Parisk Alvar, exclamó ¡es la primera vez que siento el arpa!
Cuando tenía 19 años participó en la velada artística que la Sociedad Académica de Lisboa celebraba al cumplirse el tercer centenario del fallecimiento del escritor y poeta Luis de Camoens; al oírla, el rey Luis I de Portugal la nombró Arpista de la Real Cámara.
Después del “impasse” por su boda (1885-1889), retoma su carrera musical en Alemania, ofreciendo varios conciertos en Berlín, con la Berliner Philarmonischen; en Altenburg, con la Berliner Singakademie; y en Hamburgo, con la Berliner Opeembauss. También interviene en Londres, Bruselas, Frankfurt y Berlín, bajo la dirección de William Macet.
En agosto de 1893 fue invitada a la Exposición Universal de Chicago (Estados Unidos), participando en un concierto con la orquesta dirigida por Theodore Thomas. El 1 de diciembre actuaría en la Casa Blanca, ante el presidente Cleveland y, al día siguiente, ante el Cuerpo Diplomático, en el Metzerott Hall de Washington.
En sus conciertos, solía utilizar piezas de autores contemporáneos, aunque también solía interpretar sus propias obras, ya que fue autora de doce composiciones para arpa.
Otros derroteros
Al cumplir los 30 años considera que debe cambiar su vida itinerante por una más reposada. Se presenta a las oposiciones a la cátedra de arpa del Real Conservatorio de Madrid y, al no obtenerla, comienza a dar clases de arpa en su piso del Paseo de Gracia, en Barcelona, a la vez que dirige las revistas La Estrella Polar y El Ángel del Hogar, en la que publicó su obra La historia del arpa, Cartas Musicales, etc. También Funda la Academia de Ciencias, Artes y Oficios para la enseñanza de la mujer, en el ático del Hotel El Continental, en la Rambla de Canaletas, donde niñas y adultas de escasos recursos económicos se formaban en diversas disciplinas, teniendo que cerrarla tres años más tarde por falta de apoyo institucional.
Ciudadana de Santa Cruz durante 25 años
Esmeralda llegó por primera vez a Santa Cruz de Tenerife, el 25 de julio de 1880, a la edad de 19 años, precedida de una gran fama mundial y acompañada por su madre.
Los días 26 y 29 ofreció dos conciertos en el Teatro Municipal, organizados por la Sociedad Filarmónica Santa Cecilia, volviendo a a ofrecer otro concierto el día 30, tan brillante como los dos primeros, cuya recaudación entregó al Capitán General Valeriano Weyler para que pudiese financiar las obras de la plaza que luego llevará el nombre del militar.
Los días 2, 3 y 4 de agosto ascendió al Teide, caminando desde La Orotava, dejándonos un entrañable relato titulado: Un Recuerdo de mis Viajes. Subida al Teide.
Durante su estancia, madre e hija se inscribieron en la Logia Tinerfe nº 114, en calidad de Hermana Hospitalaria de Honor y grado 3º.
En esta estadía, Esmeralda se prendó de nuestra isla y de nuestra ciudad, visitándonos y deleitándonos con algún concierto durante la escala del barco que la llevaba para América.
Esmeralda Cervantes en Tenerife a la edad de 42 años
Hasta que, a partir del 25 de diciembre de 1901, se quedó a residir en Santa Cruz con su marido el ingeniero brasileño Oscar Grossman, donde impartiría clases particulares de solfeo, piano, canto y arpa en su domicilio de la calle La Rosa 25.
En 1918 adquirieron un viejo caserón en la calle Bernabé Rodríguez 1, con entrada por la calle del Pilar, derribándolo para construir un chalet con jardín, huerta y casa para el servicio. En el mes de agosto subían a veranear a La Laguna, para disfrutar de la excelente temperatura.
Durante sus 25 años de estancia en Santa Cruz, Esmeralda brindó su apoyo, su experiencia y su arte a numerosas asociaciones pues, el 18 de abril de 1903, ofreció un concierto benéfico para recaudar fondos para la Junta de Caridad de Señoras de Santa Cruz de Tenerife; en las Fiestas de Mayo de 1904 formó parte del jurado en un concurso de bandas de música celebrado en el Club Tinerfeño (Náutico); en las Fiestas de Mayo de 1924, dirigió el Coro de Señoritas del Círculo de Amistad XII de Enero que actuaron en el Teatro Guimerá.
El citado año interpretó escogidas composiciones religiosas en la misa celebrada en la iglesia de San Francisco, en honor de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro; en la inauguración de la iglesia de las Asuncionistas ofreció bellas composiciones de música religiosa; y colaboró en la fiesta celebrada para recoger fondos para ayudar a los soldados españoles que luchaban en Marruecos.
También publicaría una serie de artículos en el Diario de Tenerife, titulados Recuerdos de Viajes, en los que cuenta su estancia en Constantinopla y su opinión sobre la mujer turca.
En marzo de 1925, una hemiplejia la dejaría inválida, falleciendo a los 65 años de edad. Las solemnes honras fúnebres tuvieron lugar en la iglesia de San Francisco.
Esmeralda simpatizó tanto con nuestra tierra y con nuestra gente que, después de recorrer todo el mundo recogiendo aplausos, distinciones y simpatías, eligió Santa Cruz para su retiro y descanso definitivo, junto a su marido Óscar Grosmann, durmiendo ambos la paz eterna en un mausoleo de mármol de Carrara, situado en el pasillo del patio central del cementerio de Santa Lastenia.
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