Despedida a Juan Tous

Palabras pronunciadas por Luis Cola Benítez en la despedida del coronel Tous al pasar éste a la situación de Reserva y cesar en la dirección del Museo Histórico Militar de Canarias  (Casino de Tenerife, 20 de junio de 2000)

          Ciertamente, no es este el momento de entonar un cántico de despedida, ni de decir aquello de que “cuando un amigo se va, algo se muere en el alma”. Aquí nadie se va y de aquí no se mueve nadie.

          Simplemente nos reunimos en un acto íntimo de camaradería, para acompañar a un amigo que, cumplida con creces una etapa, experimenta un cambio de rumbo en su periplo vital, dejando unas responsabilidades, que hasta ahora han sido la razón de su vida profesional, para disponer de más tiempo que poder dedicar a otras, entrañables, de ámbito familiar y personal. Igualmente, para agradecer a sus más directos colaboradores, que también lo han sido nuestros, su entusiasta dedicación y el exquisito trato que nos han dispensado. Pero, en ningún caso, asistimos a una despedida.

          Posiblemente, ni él mismo sea consciente de lo que ha representado para nosotros su generosa acogida y su inestimable ayuda, a costa, sin duda, de crearle a veces algún problemilla y en merma de su tiempo libre, lo que confiamos sepa disculparnos María Luisa, su principal colaboradora. Nos ha servido de estímulo, de acicate y, además, de ejemplo. De un ejemplo que a todos nos gustaría imitar y que desearíamos ser capaces de seguir en cuanto a eficacia, entrega, profesionalidad y rigor científico y, sobre todo, de hombría de bien. ¡Qué difícil es encontrar en una misma persona las cualidades de eficiencia unidas a la calidad humana! Y, en Juan Tous, se alcanzan con plenitud ambas vertientes: el saber hacer y el saber estar.

          Todo esto tenemos que agradecérselo profundamente. Pero, que no se haga ilusiones y crea que se va a ver libre de nosotros, porque estamos firmemente decididos a tener que continuar agradeciéndoselo y totalmente seguros -así lo pretendemos sin rubor alguno- de que seguirá siendo la “columna vertebral” de nuestra Tertulia.

          Por todo ello, repito, nuestro más sincero agradecimiento, pero ante todo y sobre todo, de verdad, Juan, gracias, muchas gracias por el regalo que nos haces de tu amistad, que a todos nos honra.