El 25 de Julio de 1797 Canarias pudo ser otro Gibraltar

“El 25 de julio de 1797 Canarias pudo ser otro Gibraltar”

Santiago Mata. Madrid

Jesús Villanueva Jiménez, ceutí de 1960, se apasionó desde la infancia, cuando se trasladó a Tenerife, por el desembarco de Nelson en Santa Cruz el 25 de julio de 1797. Su novela El fuego de bronce (Libros Libres) es la primera que narra por extenso la gesta en la que el almirante inglés perdió su brazo derecho.

     -¿Es más interesante que Trafalgar?

     -Fue la única derrota en la carrera militar de Nelson, que casi pierde la vida. Fue una derrota estrepitosa para los británicos, que eran muy superiores. Canarias estaba aislada, con la flota española bloqueada en Cádiz después de la derrota de San Vicente el 14 de febrero de 1797.

     -¿Estaba Nelson seguro de la victoria?

     -En ningún caso se planteó la derrota. Llevaba nueve buques de guerra, con 2.000 hombres profesionales, con el mejor armamento y 399 bocas de fuego. En Tenerife había apenas 400 hombres armados.

     -¿Qué legado deja la Gesta del 25 de julio?

     -Si hubiese vencido Nelson, hoy Canarias sería sin lugar a dudas otro Gibraltar. Mientras que los británicos, americanos o franceses no desaprovechan una oportunidad de hablar de sus heroicidades, nosotros no somos cuidadosos con nuestra historia.

     -¿Cuál fue la clave?

     -Que Nelson menospreció las defensas españolas y el general Antonio Gutiérrez de Otero, que era un militar de 68 años, cubrió todos los posibles pasos de Nelson. En la playa del Bufadero, 200 hombres evitaron el desembarco de 900.

     -¿Qué valores movían a los canarios de esa época?

     -No estaban acomodados como en la sociedad actual. Dejaron a sus familias para ir a la plaza del pueblo, donde les esperaba el coronel del regimiento de milicias, y fueron a Santa Cruz sabiendo que quizá no volverían, convencidos de que era su responsabilidad. Había muchos ataques, de corsarios, de ingleses, de holandeses, aunque este fuera el más notorio, pero era muy habitual incluso que los pesqueros salieran y se los llevara un corsario inglés. Era gente muy sacrificada, con gran sentido de la responsabilidad.

     -¿Tenemos una deuda con ellos?

     -No creo que tengamos deudas, todas las regiones de España nos hemos beneficiado del apoyo de los demás, es el principio de una nación.

     -¿Qué valores transmite su novela?

     -La lealtad, el patriotismo, la amistad, la fidelidad, pero también hablo de las miserias, de la deserción, de la ignorancia, y cuento muchas cosas que la gente desconoce, sobre la cultura y sociedad de la época, hasta detalles sobre por qué el escudo de Santa Cruz de Tenerife tiene tres cabezas de León; por qué salaban el pescado; hablo del gofio, del vino tinto del norte de Tenerife. Un montón de asuntos de historia cotidiana.

     -¿El patriotismo no ha caducado?

     -Parece reservado a las victorias de la selección de fútbol, en el día a día parece no tener importancia, pero para mí no está caduco. Trato con respeto lo que siente un labriego que en esa época tenía principios, como la religión, que hoy pueden no estar de moda. Escribo para quien le guste leer y se quiera enterar de lo que pasó. Quien además comparta esos valores que reflejo, lo va a pasar aún mejor.