La Danza de Enanos de La Palma en las Fiestas de Mayo de Santa Cruz de Tenerife
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en El Día el 28 de abril de 2024)
En el año 1892, al acercarse la fecha que conmemoraba el Cuarto Centenario de la Fundación de la Muy Noble, Leal, Invicta y Muy Benéfica Ciudad de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, en aquellos momentos Capital de la Provincia de Canarias, el alcalde de Santa Cruz, Anselmo de Miranda y Vazquez, quiso enaltecer la Cruz de la Conquista, otorgándole a su festividad carácter institucional.
“Para la debida organización de dicha fiesta y que responda a la importancia y cultura de esta capital, tengo a bien nombrar una Comisión formada por las corporaciones civiles y militares; presidentes de las sociedades científicas, artísticas, literarias, comerciales y de recreo; al arcipreste, directores de periódicos, arquitecto municipal, catorce vecinos, ocho regidores y dos alcaldes de barrio."
Todos los actos religiosos y populares que tuvieron lugar durante la primera semana de mayo revistieron gran solemnidad, siendo las mejores fiestas que hasta entonces se habían celebrado.
Danza de Enanos (2 de mayo de 1892)
Uno de los actos programados fue la Danza de Enanos, propuesta por Benigno Ramos Hernández, natural de Los Llanos de Aridane, establecido en Santa Cruz de Tenerife desde 1885, donde era propietario del hotel El Telégrafo y una tienda de ultramarinos, en el edificio situado en la plaza de la Constitución, esquina con la calle San Francisco, y una confitería en la calle Cruz Verde. A la vez que desarrollaba actividades de contratista, cambista, comisionista y consignatario de tránsitos, con agentes en Cádiz y Cuba. Años más tarde, abriría un comercio de restauración en la calle San Francisco, una tienda de muebles y carpintería en la calle San Juan Bautista y una empresa de importaciones en la calle Candelaria.
Este personaje, con un reputado nombre en la sociedad santacrucera, colaboraría en las Fiestas de Mayo de 1892, adaptando al escenario de Teatro Municipal (Guimerá) la Danza de los Enanos que, desde 1676, acompaña a la Virgen de las Nieves cada cinco años, desde su Santuario hasta Santa Cruz de La Palma.
Los bailarines, pertenecientes a la colonia palmera residente en Tenerife, comenzaron sus ensayos en el mes de marzo, y el estreno tuvo lugar el 2 de mayo de 1892, con un Teatro Municipal abarrotado de un público deseoso de admirar una de las tradiciones más nombradas de la isla de La Palma.
Enano de La Palma (1892)
Las caretas utilizadas fueron las que se habían estrenado en las Fiestas Lustrales de La Palma de 1890, realizadas por Aurelio Carmona López.
El espectáculo se componía de coro de entrada, llegada del mascarón con su séquito de enanos al son de la polka, escrita por Francisco Martín Rodríguez, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Canarias, y finalizaba con el canto de los versos escritos por Juan Padrón Rodríguez, a cargo de la orquesta y coro de la Sociedad Filarmónica Santa Cecilia, dirigidos por el citado Juan Padrón.
Para dotar al espectáculo de un carácter teatral, la escenificación conllevó múltiples dificultades para poder encajar en el escenario al denominado Gigante Enano y a las 12 parejas de enanos, con sus atavíos. Aun así, estas 25 figuras ejecutaron su prodigiosa coreografía, provocando la continua hilaridad del público por lo grotesco de sus movimientos y sobre todo la expresión de sus caras.
El abrumador éxito alcanzado en la representación daría lugar a que el organizador ofreciera dos nuevas actuaciones el sábado y el domingo siguiente; una, a beneficio del Hospital del Dolores de Santa Cruz de La Palma y la otra para recaudar fondos para la nueva sede que la Sociedad de Socorros Mutuos y Enseñanza Gratuita La Benéfica estaba construyendo en la calle Ruíz de Padrón, de la que Benigno Ramos era directivo.
Cuando el fin de semana siguiente se volvieron a presentar en el Teatro Municipal, la concurrencia fue tan grande que muchos espectadores tuvieron que ubicarse en los pasillos, sentados en sillas que habían llevado de sus casas.
Cada noche, al finalizar su actuación en el Teatro, los componentes la volvían a repetir en la plaza de la Constitución, repleta de público, aunque la parte musical se realizaba con guitarras y bandurrias, a cargo de los componentes de la Sociedad Filarmónica Santa Cecilia.
Al mes siguiente, la Danza de Enanos se presentaría en La Orotava, durante las fiestas de San Isidro Labrador y octava del Corpus, viajando luego a Las Palmas de Gran Canaria. En las postrimerías del verano, Benigno Ramos llevaría la Danza de Enanos al teatro de Santa Clara, en Cuba.
La Danza de Enanos se volvería a representar en las Fiestas de Mayo de 1894; en ellas, el perspicaz industrial palmense tuvo la ocurrencia de plasmar en las caretas de los enanos las imágenes de los políticos de la época, entre otros, Sagasta y Martínez Campos; el primero con su sonrisa bondadosa y el otro con seriedad y franqueza.
El éxito del espectáculo volvería a ser rotundo y, en las distintas funciones celebradas en el Teatro Municipal y en la Plaza de Toros, el lleno fue total. También volvería a repetir la turné por La Orotava, Cádiz y Cuba.
Enano de La Palma (1905)
A partir de 1905, Miguel Salazar Pestana idearía una nueva puesta en escena, vistiendo al enano como un hombre de época, cubierto con bicornio, e incorporando una caseta donde se produce la ilógica, incomprensible y siempre enigmática transformación de unos hombres altos en liliputienses.
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