El nombre de nuestras calles (142). Manuel Verdugo

 
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en el Diario de Avisos el 14 de abril de 2024)
 
 
EL  NOMBRE  DE  NUESTRAS  CALLES  (142)
 
Calle Manuel Verdugo
 
Barrio Salamanca
 
 
Manuel Verdugo
 
 
Manuel Verdugo Bartlett nació en Manila en 1877, al estar su padre, natural de Tenerife, desempeñando el cargo de comandante militar de Filipinas. 
 
          Desde que tenía 11 años de edad escribía buenos versos, aludiendo en muchos de ellos a un autor que le apasionaba, Julio Verne.
 
          En 1892 ingresa en la Academia de Artillería de Segovia, donde obtiene el grado de Teniente, siendo destinado a Santa Cruz de Tenerife. 
 
          Cinco años más tarde, pide la baja en el Ejército para dedicarse por entero en la actividad literaria, comenzando a viajar por España, Portugal, Francia, Suiza, Bélgica e Italia, donde entablo amistad con Rubén Darío, Jacinto Benavente, Manuel Machado, etc.
 
          Cumplidos los 30 años, fija definitivamente su residencia en La Laguna, donde vivirá hasta su fallecimiento el 17 de enero de 1951.
 
          Fue una persona excéntrica y genial y sus contemporáneos le describen como un hombre elegante que vestía con pulcritud y que, inexcusablemente, cada mediodía salía de su domicilio para acudir a la “clínica de urgencia”, la taberna La Oficina, punto de encuentro lagunero, situado muy cerca de la Iglesia de La Concepción, donde personajes ilustres como Manuel López Ruiz, pintor de marinas; Francisco Bonnín, acuarelista; Juan Pérez Delgado, «Nijota», poeta; González de Mesa, abogado; Juan Oliva, procurador, etc. se reunían alrededor de sus añejas y desgastadas barricas de vino para charlar sobre literatura, arte, poesía, ideas o política. Su nivel dialéctico e ingenio llegaría a conformar una de las tertulias más brillantes de su época, pues en ellas, sin perder la compostura, fluía el humor, la ironía, las interminables charlas, etc. En una de sus paredes, Manuel Verdugo dejó escrito: Contra la sed ardorosa/ es buena medicina/ la inyección intra-vinosa/ para informes, La Oficina.
 
          A Manuel Verdugo se le ha calificado como mago del verso  pues sus sonetos son auténticas obras de arte, y su poesía es densa y musical.
 
          Su publicación más importante lleva el título de Estelas, un libro de plenitud y madurez que le coloca entre los mejores poetas españoles de su época. 
 
          De sus poesías, aparecidas en folletos, revistas y periódicos entre 1918 y 1943, destacamos: Lo que estaba escrito, Fragmentos del diario de un viaje, Burbujas, Huellas en el páramo, Las fronteras del mal, Jugando, Jardines de la Granja, Alicia al pie de los Laureles, Hojas … 
 
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