El nombre de nuestras calles (131). Juan Padrón
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en el Diario de Avisos el 3 de marzo de 2024)
EL NOMBRE DE NUESTRAS CALLES (131)
Calle Juan Padrón
Calle La Gloria hasta 1900
Enlaza la calle Pérez Galdós con la prolongación de la calle Ramón y Cajal.
Juan Padrón Rodriguez (La Orotava, 1847 – Santa Cruz de Tenerife, 1896).
Músico formado en la Banda del Batallón de Cazadores nº 21 del acuartelamiento de San Agustín de La Orotava, también conocida como Charanga de Cazadores, de la que llegaría a ser músico mayor y director en 1888, participando en las tocatas que los Domingos tenían lugar en el Kiosco, sito en la plaza de La Constitución; en las exposiciones de horticultura que cada año se hacían en los jardines de la Marquesa de La Quinta Roja; y en la romería de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza. También fue director de la Banda La Fe de La Laguna.
En 1879, Juan Padrón fundaría en Santa Cruz la Sociedad Filarmónica Santa Cecilia, en la calle Castillo, actual Círculo de Bellas Artes, siendo su primer director.
En 1893, la citada Sociedad adquirió un solar de 1.477 metros cuadrados, con fachada principal a la entonces denominada calle del Pilar, hoy Teobaldo Power, y fachada trasera a la calle La Gloria, actualmente Juan Padrón, encargándole al arquitecto municipal Manuel de Oraá que proyectara un edificio para que fuera la sede de la Sociedad Filarmónica y que albergara sala de conciertos, aulas para una academia de música, dependencias para la orquesta y oficinas.
Juan Padrón era una persona muy apreciada en los círculos musicales tinerfeños, llegando a ser una figura sobresaliente que compuso numerosas piezas románticas, pasodobles y marchas procesionales.
En las Fiestas de mayo de 1894, organizó un Festival Musical en la plaza del Príncipe en el que intervinieron la orquesta Santa Cecilia, el Orfeón Tinerfeño, la Banda de Música Municipal y una agrupación de guitarras y bandurrias.
Juan Padrón llegaría a ser Vicepresidente del primer Cabildo Insular (1913).
Al fallecer, su sepelio fue una manifestación de duelo y consternación para la sociedad santacrucera, la cual lo acompaño de forma masiva hasta el cementerio de San Rafael y San Roque. En la actualidad sus restos descansan en el Panteón de Personajes Ilustres del cementerio de Santa Lastenia, aunque su tumba continua en el primer camposanto.
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