Presentación del libro "Templo Masónico de Tenerife".

 A cargo de Carlos Pallés Darias 

 
DISCURSO EN EL ACTO DE PRESENTACIÓN DE SU LIBRO TEMPLO MASÓNICO DE TENERIFE
 
Salón de Plenos del Palacio Municipal de Santa Cruz de Tenerife  (11 de enero de 2024)
 
 
Carlos Pallés leyendo su discurso
 
 
Carlos Pallés leyendo su discurso
 
 
          En primer lugar, quiero agradecer su presencia a las autoridades presentes, concejales, presidentes y directores de instituciones culturales, miembros de la Tertulia Amigos del 25 de Julio, masones, amigos, familiares, familia, a Elena y a Cande.
 
          Amigos todos.
 
          Decía Sócrates, “nuestra desconexión con el origen nos impide entender, saber que no se sabe, es el primer resultado del examen, y es la primera sabiduría verdadera: la conciencia de la ignorancia”.
 
           Y este es un libro de reconexión con el origen, con el origen de la masonería, de la masonería en Canarias, de la masonería en la Logia Añaza. 
 
          Es un libro que no está escrito por un masón, sino por un arquitecto. Tampoco por un historiador, porque solo soy un apasionado de la historia, un investigador y divulgador.
 
           No es una novela sino un ensayo, un libro de consulta que deseo les resulte interesante y didáctico. Habla de artes, de arquitectura, de geometrías, de matemáticas, de armonías, de fotografías, de historias, de personas y también de recuperación de la memoria.
 
           Pero no es un libro de Memoria Histórica, sino de Verdad Histórica; solo utiliza fuentes primarias. no juzga a nadie. porque nosotros no debemos juzgar a personajes históricos con nuestra ética y moral contemporánea.
 
          La memoria no es solo histórica, sino personal y global, se basa en la libertad individual y colectiva. ¡Nadie debe decirnos lo que debemos recordar y lo que no!  ¡ni por no acordarse, no pasó! 
 
          Como técnico y universitario, siempre he tenido que pensar sobre lo que me cuentan, leo o veo. Comprobar las fuentes y los hechos es una obligación fundamental, y este libro recoge muchas de esas comprobaciones personales.
 
           De pequeño paseaba de la mano de mi madre por la calle San Lucas hacia el periódico La Tarde y recuerdo cómo me atrapaba la singular geometría del templo, y le pregunté ¿qué es este edificio? y me dijo que era la Logia masónica Añaza.
 
            Y, ¿cuándo comenzó mi interés por la masonería? Yo siempre había estudiado geometría sagrada y símbolismo, relacionados con la arquitectura, pero fue con un encargo de Florentino Guzmán Plasencia, siendo concejal de la Sociedad de Desarrollo, para hacer unas fotos del templo, y con él comenzó este largo viaje. De Tino destaco su capacidad de gestión y su apoyo constante. Apoyo que nunca me ha faltado de Jesús Soriano Carrillo, al que considero como amigo. Mi agradecimiento.
 
           Hoy estamos en un acto institucional, no por la presentación del libro del Templo Masónico de Tenerife, sino por lo que significa de reconocimiento a la memoria de los maestros y hermanos que hicieron posible la construcción de su singular templo, único en España y en Europa. Por los olvidados de la historia que tanto sufrieron. Por las mujeres que siempre sufren más, por ellas mismas y por nosotros.
Mi agradecimiento a nuestro alcalde José Manuel Bermúdez Esparza.
 
           Como invitados personales, están presentes muchos de los que me ayudaron en la larga tarea del conocimiento para hacer las dos grandes exposiciones sobre el templo en 2014 y sobre los masones de la Logia Añaza en 2015; también los que me ayudaron en la maquetación y terminación del libro, especialmente a Iván Mora.
 
           Ahora que ha pasado el tiempo, más de 9 años, y he podido superar las dificultades para su edición, ya que a pesar de algún tímido ofrecimiento, y de comprobar como la mayor parte de las imprentas locales no podían imprimir con la necesaria calidad un libro que contiene fotografías, dibujos muy finos que requerían un papel y tinta especiales. Como resultado de este proceso he tenido que modificar mi empresa Arkhápolis Estudios para convertirla en editorial, para poder sacar el primero de mis libros terminados. Logré conseguir el isbn y por fin, gracias a la Litografía Romero, y concretamente a su comercial, Guacimara León, poderlo presentar hoy. Mi agradecimiento.
 
           Este largo proceso no su hubiese podido materializar sin la aportación de la Mesa del Parlamento de Canarias, que asumió la compra de 100 unidades, y de la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, que compró otras 100. de esta forma puedo cubrir los costes de la edición del libro, al que he tenido que financiar con recursos propios por adelantado, a la espera de la materialización de los cobros. Mi agradecimiento especial a Gustavo Matos Expósito y a Miguel Ángel Clavijo Redondo. 
 
          Quiero recordar a los que, en esos años de espera, ya nos dejaron y que solo nos pueden acompañar desde la eternidad, entre ellos a mis padres, a mi tia Gloria y tantos otros que siempre me apoyaron. 
 
          Cambiando de tercio, decía Patricio Estébanez que "el éxito de las cosas depende de la oportunidad y la conveniencia", y así es. Y parece que hoy, por fin, es el día oportuno y conveniente para el reconocimiento de la memoria de los maestros, hermanos y vecinos que hicieron posible el templo masónico, y un homenaje de reconocimiento a su memoria y a los tantos que sufrieron las injustas consecuencias de los acontecimientos que se precipitaron con el comienzo de la guerra civil y sus desafortunadas secuelas.
 
          Quiero recordar especialmente la memoria del gran maestro José Ruiz y Rodríguez «toscano», de su hijo José Ruiz Fierro, del escultor Guzmán Compañ Zamorano, de los arquitectos Manuel de Cámara y Otilio arroyo. Mi reconocimiento. 
 
          Quiero rescatar y honrar la memoria de muchos de nuestros grandes patriotas y vecinos, una labor que siempre hace nuestra querida Tertulia Amigos del 25 de julio, y aunque solo fuese por lo conseguido con el padre político de Santa Cruz, José Murphy y Meade, ya hubiese justificado su existencia.
 
          Quiero recordar que la construcción del templo masónico fue posible gracias a una Santa Cruz muy diferente, aquella por entonces cosmopolita, diversa y tolerante, capital marinera y comercial, frontera avanzada de Castilla en el Atlántico sonoro, plaza fuerte defensora del cuello del imperio español, puerto que a todas las naves guardó. Capital de la provincia única de Canarias, título que ostentó con orgullo y que a nadie quitó. 
 
           Volviendo al templo. Adentrarse en el estudio de las geometrías ocultas del templo de la Logia Añaza es una aventura compleja y gratificante. Se trata de un edificio muy singular, tanto en su particular arquitectura, como por los mensajes iniciáticos y masónicos que ofrece.
 
           Este monumento, Bien de Interés Cultural, hoy en proceso avanzado de rehabilitación, como parte del patrimonio cultural es un superviviente de otro tiempo histórico, un testigo, una muestra del pasado que convive con nosotros. El patrimonio cultural debe ser respetado con independencia de ideologías, especuladores e iconoclastas. Y se conserva usándolo, y es mejor mal usarlo que no usarlo, como pueden demostrar sus 41 años como logia masónica, 65 como edificio militar, y los 22 de propiedad municipal, en estado de abandono y ruina.
 
          En la rehabilitación de nuestro patrimonio cultural sobran arquitectos estrellas y faltan maestros en el arte y oficio. Se trata de rehabilitar todo lo histórico y artístico original, eliminar los añadidos posteriores discordantes y lo que falta, hacerlo con diseño contemporáneo que pueda ser fácilmente retirado en el futuro. Siempre evitando generar los desafortunados falsos históricos.
 
          Hoy, estamos sentados en la Sala de representación de este Palacio Municipal, bajo el lienzo del gran maestro Manuel González Méndez, encargo de 1902, por 12.000 pesetas, y que pintase en París, que viajase por Italia y llegase a Santa Cruz para colocarse en  1905 en este techo abovedado que nos contempla. Un edificio diseñado para ser el Palacio de Justicia. 
 
          Alegoría que representa a la «verdad venciendo al error», alegoría que deseo para mi libro, y que alguien debería explicársela a varios de los ausentes hoy.
 
          Quiero terminar con una reflexión: el arquitecto debe crear su obra con arte [que etimológicamente significa “herramienta”]. Arte como herramienta para crear nuestra propia realidad. Arte como acto de creación que es a su vez herramienta. Arte como conexión personal directa con lo divino en nosotros. Arte como una herramienta de iniciación de lo divino en lo humano. No existe cultura iniciática sin arte. Arte no es un «a dónde», sino un «por dónde».
 
           Todos somos creadores de nuestra propia «experiencia vital». Todos somos «artistas». Y como decía el gran pintor Néstor Martín Fernández de la Torre: "hagamos que nuestra vida sea una obra de arte".
 
          Muchas gracias a todos por su presencia y paciencia. Abrazos. Gracias.
 
Presidencia del acto
 
Presidencia del acto
 
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