El nombre de nuestras calles (102). General Serrano

 
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en el Diario de Avisos el 12 de noviembre de 2023).
 
 
EL  NOMBRE  DE  NUESTRAS  CALLES  (102)
 
Calle General Serrano
 
 
Transcurre desde la calle Galcerán a la Avenida La Asunción
 
General Serrano
 
 
Francisco Serrano y Domínguez (San Fernando, Cádiz, 1810 - Madrid, 1885), ingresó en el Ejército en 1822, ascendiendo por méritos propios durante la Primera Guerra Carlista (1833-40).
 
          En 1839, siendo ya brigadier, daría el salto a la política, alineándose con la opción progresista que representaba Espartero, quien le nombraría mariscal y ministro de la Guerra en 1841; aunque luego se volvería contra su excesivo poder, cooperando con Juan Prim para derrocarle (1843).
 
           En 1848, los políticos moderados de la época, al considerar que Serrano estaba influyendo en los asuntos de Estado, dada la gran amistad que tenía con la reina Isabel II, le alejaron de la Corte nombrándolo capitán general de Granada; entonces, dimitió del cargo, se apartó de la política, se casó, y se dedicó a viajar.
 
          En 1854, al estallar una nueva revolución progresista, volvería a apoyar a Espartero y, durante el Bienio Progresista, sería nombrado director general de Artillería, alineándose con la Unión Liberal, partido centrista formado por progresistas y moderados, que dirigía O'Donnell. 
 
          Luego sería embajador en París (1856), capitán general de Cuba (1859-62) y ministro de Estado (1863). 
 
          Por reprimir la sublevación del Cuartel de San Gil (1866) le sería concedido el Toisón de Oro. 
 
          Al morir O'Donnell en 1867, Serrano le sucedería como jefe de la Unión Liberal, participando en la Revolución que en 1868 destronó a Isabel II, venciendo a las tropas gubernamentales en la batalla de Alcolea. Al ser nombrado presidente del gobierno provisional, y estar vacante la jefatura del Estado, pasaría a ser presidente del Poder Ejecutivo (1869-70), con tratamiento de alteza.
 
          Una vez instaurada la monarquía democrática, con la coronación de Amadeo de Saboya, Serrano volvería a presidir el gobierno en dos ocasiones (1871 y 1872). 
 
          Al estallar la Tercera Guerra Carlista, Serrano derrotaría al pretendiente Carlos VII, firmando el Acuerdo de Amorebieta (1872). El rechazo de las Cortes a la firma de este convenio provocaría la caída de Serrano del gobierno, por lo que al proclamarse la Primera República tendría que exiliarse por su implicación en una conspiración (1873).
 
          En 1874, cuando el golpe de Estado del general Pavía disolvió las Cortes republicanas, Serrano volvería a ser nombrado presidente del gobierno y del Poder Ejecutivo.
 
          Al proclamar rey a Alfonso XII, Serrano pretendió ser jefe del Partido Constitucional, pero el Rey y Cánovas prefirieron a Sagasta como líder liberal.
 
 
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