Patrimonio Arquitectónico (I). Edificio de la Dirección General de Salud Pública

 
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en El Día el 10 de septiembre de 2023).
 
 
PATRIMONIO  ARQUITECTÓNICO  (I)
 
Edificio de la Dirección General de Salud Pública 
 
(Antiguo Instituto de Higiene)
 
 
Edifico de la Dirección General de Sanidad
 
 
          El Instituto Provincial de Higiene de Santa Cruz de Tenerife, creado en 1925 para unificar los estamentos locales y regionales que se dedicaban a la beneficencia y la salud pública, se establecería en las dependencias del Hospital de los Desamparados (Hospital Civil), estando a cargo del Cabildo Insular de Tenerife, quién desempeñaba las competencias del control y asistencia de las enfermedades, la bromatología de los alimentos, el análisis de las aguas de abastecimiento y de las alcantarillas, la inspección de los barcos que llegaban al puerto, etc.
 
          En 1927, la Comisión Provincial de Sanidad consideró oportuno reubicarlo en un edificio más amplio y moderno que poseyera los recursos humanos y materiales precisos para su funcionamiento, adquiriendo un solar en la Rambla XI de Febrero (Rambla de Santa Cruz) de 5.558 metros cuadrados, donde levantaría el Instituto Provincial de Higiene.
  
          Las obras comenzarían el 5 de septiembre de 1932, estando a cargo de la Compañía Constructora Americana S.A., cuyo presupuesto alcanzó la cantidad de 209.100 pesetas. 
 
          Los trabajos fueron muy acelerados, pues en diciembre ya se había terminado el basamento del edificio y los muros interiores del sótano hasta su enrase para recibir la azotea, en enero del año siguiente estaba instalado el forjado de la escalera interior y el de la escalera de la fachada principal, y en abril ya se habían levantado los muros y tabiques del piso principal. 
 
          En 1934, el Inspector de Sanidad mandaría a realizar varias modificaciones en el edificio, las cuales fueron proyectadas por el arquitecto Marrero Regalado, consistentes en la apertura de cinco vanos en la distribución del piso principal para mejorar la ventilación e iluminación de esta zona; el cerramiento exterior del edificio, con un muro de hormigón; la instalación de electricidad y gas, etc. Las obras fueron concluidas y entregadas el 14 de julio de 1936.
 
El edificio
 
          El arquitecto encargado de realizar el proyecto del Instituto Provincial de Higiene de Santa Cruz de Tenerife fue Antonio Pintor y Ocete, quien utilizaría un modelo palaciego, ya barajado por el eclecticismo nacional desde finales del siglo XIX, en los que predominaba la contención de recursos ornamentales, ponderando la funcionalidad; por tanto, el edificio sigue la disposición tradicional de las construcciones eclécticas, en las que su frontis está articulado en un cuerpo central, dos laterales de características similares, y dos intermedios iguales.
 
          El cuerpo central, diseñado como eje de simetría, se estructura en tres niveles. En el primero se encuentra la puerta principal, con pilares a cada lado, modulados en sillares y rematados en una fina cornisa a la altura de la faja saliente que le separa del tercer piso. El segundo tiene una ventana adintelada con un entablamento en resalte sobre ella que recorre todo el inmueble y se transforma en un arco rebajado al llegar a los huecos centrales y laterales. El tercer nivel posee una puerta-ventana, cuyo antepecho está formado por una balaustrada de piedra artificial. 
 
          Los dos módulos intermedios, proporcionalmente distribuidos, se componen de grandes ventanales rectangulares, retranqueados respecto al plano principal, logrando la iluminación natural y la ventilación del inmueble. 
 
          Los dos cuerpos laterales, diseñados de manera similar, solo se diferencian por el vano de acceso que está sustituido por una ventana rectangular en cada uno de ellos.
 
          En la primera planta los huecos son menores y están duplicados, debido a la presencia de un pilar adosado, mientras que en el segundo nivel tienen un antepecho en forma de entablamento moldurado en resalte. En la tercera planta, los huecos tienen una balaustrada que completa el antepecho de la cubierta.  
 
          La distribución de las plantas se concibió a partir de ejes transversales que constituyen las galerías y ejes longitudinales que forman el vestíbulo-escalera.
 
          El semisótano estaba destinado a almacén, la planta baja a los despachos dedicados a vacunación, reconocimientos, análisis y veterinaria, y la planta principal albergaba los laboratorios, incluyendo dependencias para análisis de agua y bromatología, epidemiología, inoculaciones preventivas y un pabellón destinado a los servicios de desinfección.
 
          Con los años, la amplia capacidad del solar ha permitido levantar nuevos pabellones para usos concretos; sin embargo, la remonta de una planta en 1965, realizada por el arquitecto Tomás Manchado y Méndez Fernández de Lugo, desvirtuaría considerablemente el proyecto original diseñado por el arquitecto Antonio Pintor y Ocete.
 
 
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