La Compañía Nacional Española de Telégrafos Submarinos (II)

 
Por Alastair F. Robertson  (Traducido del inglés por Emilio Abad y publicado en el Diario de Avisos el 2 de julio de 2023).
 
 
          La Nacional Española abrió su oficina central en 106, Cannon Street, Londres, y, aunque parece que era una empresa totalmente británica, su dirección telegráfica era “Guanche”. En el otro extremo del cable, en Tenerife, pocos meses después, en mayo de 1884, la compañía había trasladado su sede española de la isla a Cádiz para tener una comunicación más cercana con el gobierno de Madrid, ya que estaba planeando el tendido de un nuevo cable desde Canarias a Puerto Rico.
 
          La empresa tuvo éxito, y en pocos años España ocupaba el sexto lugar en la lista de los principales países propietarios de cables telegráficos del mundo, detrás de Gran Bretaña, Francia, Alemania, la India británica e Italia. El sistema telegráfico español  operaba con cinco cables entre Cádiz y Tenerife que, con el sistema interinsular de Canarias, sumaban un total de 1.163 millas (unos 2.100 kilómetros). Según los términos del contrato, el gobierno español debía hacerse cargo de ellos en 1893 y, al hacerlo, España ocuparía el quinto lugar entre los países propietarios de una red de cable submarino.
 
Otros cables
 
          Así como las Islas Canarias fueron un punto focal para el transporte marítimo transatlántico y de África Occidental, después de 1883 el archipiélago se convirtió en un nudo de enlace de cables telegráficos submarinos. La conexión con Senegal se estableció ese año; luego, en 1886, se formó la West African Telegraph Company. Con unas 3.600 millas náuticas de cable conectaría con otros cables telegráficos, incluido el cable Nacional Español entre Canarias y Cádiz. La India-Rubber, Gutta-Percha and Telegraph Works Company era la encargada de fabricar, tender el cable y equipar las estaciones de señales. Robert Kaye Gray, dirigente ya tanto de la Compañía Nacional Española como de la India-Rubber Co., iba a ser uno de los directores. En agosto se había completado la conexión con el cable de la Nacional Española.
 
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Tendiendo el cable
 
 
          El 18 de agosto de 1890 la Gaceta de Madrid informaba sobre un proyecto de tendido de una red de cables en siete tramos bajo el Mediterráneo, desde Almería hasta las posesiones españolas en el norte de África, incluyendo dos desde las proximidades de Tarifa, con terminales en Ceuta y Tánger; desde Almería, vía la isla de Alborán, a Melilla; y vía Chafarinas y Melilla a Alhucemas y el Peñón de la Gomera frente a la costa marroquí. Se invitó a la empresa India-Rubber a presentar una oferta, que alcanzó un presupuesto de 4.280 pesetas por milla náutica. Pero se planteó una alternativa: la Compañía Nacional Española podía tender el cable más económicamente, a 2.634 pesetas por milla náutica, a cambio de una prórroga de quince años en su contrato de explotación del que unía Canarias con Cádiz.
 
          El editorial de la Crónica Meridional comunicaba a sus lectores que: 
 
                    “Somos de la opinión de que se debe hacer la concesión a esta última empresa, porque durante los quince años que permanezca al frente de la explotación de los cables entre la Península y Canarias, con toda seguridad el público estará mejor atendido que si lo hiciera el gobierno, al mismo tiempo que llevará a cabo el tendido de cables entre España y las posesiones de África, proyecto de extrema urgencia.”
 
          Se aceptó la oferta de la Compañía Nacional Española, pero en Canarias el acuerdo despertó sospechas de irregularidad. El 6 de octubre el Diario de Tenerife escribía:
 
                 “La empresa operadora de nuestros cables, la Compañía Nacional Española de Telégrafos Submarinos, ha presentado una propuesta para tender los cables que unirán la Península con las plazas españolas de África y Tánger, pero, por lo que hemos leído en los periódicos de Madrid, dicha propuesta no se ajusta enteramente a las reglas de la libre competencia. No obstante, el pliego ha sido pasado, junto con el presentado por la India Rubber Company, al departamento correspondiente a fin de que emita un informe que será trasladado al Consejo de Ministros.”
 
          No se pudo hacer nada al respecto, el contrato era un hecho consumado.
 
          Otra irregularidad pareció haber ocurrido un año después, lo que provocó que la Compañía Nacional Española compareciera ante el tribunal estatal que entendía en conflictos contencioso-administrativos. El 6 de agosto de 1891 la empresa fue acusada de no cumplir una Real Orden dictada por el Ministerio del Interior el 30 de mayo de 1891, relativa a  la garantía de trabajos llevados a cabo en estaciones, boyas y cables subterráneos para la colocación de cables submarinos en Canarias.
 
          Cualquiera que fuese el resultado de la vista, no he podido encontrar  nada más en la prensa de aquellos días. Presumiblemente, el problema se resolvió.
 
          Pisándole los talones al contrato del norte de África, en 1892 se formó la South American Cable Company. Su objetivo era el tendido de un cable telegráfico entre Brasil y la costa de África a través de Tenerife. Según un folleto explicativo que se publicó, el propósito de la nueva compañía era “unir sus cables en Senegal con los de la Compañía Nacional Española de Telégrafo Submarino”. El cable tendría una longitud total de 3.895 km, conectaría en la isla de San Luis de Senegal con el de la Compañía Nacional Española y su línea que iba de Tenerife a Cádiz y los enlaces con el resto de Canarias. En Cádiz, los mensajes se transferirían a la línea de la compañía a Gran Bretaña y "a los puestos avanzados de cable del Mediterráneo”.
 
          Se alcanzó un acuerdo, con fecha 29 de enero de 1892, entre la Compañía Nacional Española y la South American para establecer los procedimientos de regulación del tráfico telegráfico. Por un contrato de la misma fecha, se establecería en San Luis una estación de operación conjunta. De sus términos se podía deducir que la compañía India-Rubber era una vez más una parte integral del contrato, y Robert Kaye Gray volvería a ser director.
 
         
          Continuará….
 
 
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