El nombre de nuestras calles (62). Doctor González Coviella
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en el Diario de Avisos el 25 de junio de 2023).
EL NOMBRE DE NUESTRAS CALLES (62)
Calle Doctor González Coviella
En Las Mimosas, al final de la avenida Veinticinco de Julio, frente a la entrada de la urbanización La Ninfa.
Luís González Coviella (Montevideo, Uruguay, 1872 – Santa Cruz de Tenerife, 1940)
De padres españoles, llegaría a Santa Cruz de Tenerife cuando tenía 10 años de edad, realizando el bachillerato en el Establecimiento de Segunda Enseñanza, en la plaza Ireneo González.
Con apenas 16 años marchó a estudiar Medicina a la facultad de Cádiz, aunque al finalizar el tercer curso de la carrera se vio obligado a regresar a la Isla, al no disponer de medios económicos para continuarla, estableciéndose como practicante en esta capital.
Diez años más tarde finalizaría la carrera de Medicina en Sevilla, con la calificación de sobresaliente, regresando a Santa Cruz de Tenerife para ejercer su profesión.
Para perfeccionar sus conocimientos solía realizar viajes de estudio a la Península, Francia, Alemania y Suiza. En uno de estos viajes conocería a la que sería su esposa, doña Bonosa Dorta Pérez, con quien se casaría tres semanas después.
Su popularidad como médico-cirujano y su entrega a los demás, sobre todo a los humildes, daría lugar a que su consulta fuera un continuo peregrinar de enfermos de todo el Archipiélago Canario.
Cuando en 1901 abrió su consulta en su propio domicilio, sito en la calle Clavel, esquina San Pedro de Alcántara, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife le daría una subvención a cambio de que le proporcionara la atención gratuita a los enfermos sin medios económicos.
Su gran interés por la fotografía daría lugar a que a principios del s.XX fuera el pionero de la Radiología en Canarias, anunciándose en la prensa tinerfeña como “Gabinete de Radiología y Radioscopia médica, Doctor González Coviella”.
Sin embargo, no pudo ver cumplido su deseo de finalizar la construcción de un Sanatorio Antituberculoso Infantil en Buenavista, en el lugar conocido por Las Arenas, al negarle la ayuda oficial.
Hombre sencillo, al que no le gustaban los premios ni las distinciones, durante la visita que Alfonso XIII hizo al Archipiélago Canario en 1906, al enterarse que el Rey se lo quería llevar como Médico de Cámara, cogió su coche de caballos y se marchó al interior de la Isla.
En 1983, sería premiado con la Gran Cruz de la Beneficencia, junto con los otros médicos y enfermeras que trabajaron sin descanso durante la epidemia de Cólera acaecida en nuestra capital, en la que fallecieron 382 almas.
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